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El rey sin corona

El rey que se quedó sin corona, quien cayó con la frente en alto y con las lágrimas que derramó no se reservó la amargura por la derrota al final de la batalla. Esa fue la imagen que dejó el delantero de Heredia Robin Betancourth, que concluyó la final del torneo Apertura 2013 del sábado último como guardameta de emergencia ante la expulsión del portero panameño, José Calderón.

Los socios del ataque de Heredia durante el campeonato fueron el brasileño Anderson Andrade —izquierda — y el artillero Robin Betancourth. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Los socios del ataque de Heredia durante el campeonato fueron el brasileño Anderson Andrade —izquierda — y el artillero Robin Betancourth. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La planificación del equipo de Morales, Izabal, se basó en todos los factores futbolísticos de una final, a la cual llegó con la ventaja del 2-0 que logró en la ida.

Pero los planes se derrumbaron de manera inesperada, cuando Comunicaciones emparejó la serie (3-3), y tras la expulsión de Calderón a dos minutos de finalizar los tiempos extras, se vistió de portero el artillero Betancourth, quien fue protagonista de altura en las tandas de penaltis.

momento crucial

Robín se colocó los guantes al minuto 118. Solo tuvo tiempo de efectuar un despeje y después atrapó un balón que llegó por alto, porque a continuación llegó el momento de los penaltis.

Contra todos los pronósticos, el futbolista que creció en el Barrio Ixpul, San Francisco, Petén, atajó el primer lanzamiento que le correspondió a José el Moyo Contreras. Hizo lo mismo en el cuarto tiro que hizo Carlos Figueroa.

En los restantes cuatro disparos, solo en el que tiró el paraguayo Joel Benítez, se lanzó al lado contrario de donde ingresó el esférico. En los demás voló al lado correcto, y estuvo a punto de anular el tiro del portero de los cremas, Juan José Paredes.

La jornada pudo haber sido brillante para el improvisado guardián, ya que cuando remató su respectivo tiro, su zurdazo superó a Paredes.

“A pesar de todo estoy contento porque el equipo hizo un gran esfuerzo. Perdimos con dignidad. En lo personal me queda la espina de la revancha, lo cual es una motivación para lograr la corona en el futuro, la que merecemos por todo lo que mostramos en este Apertura”, declaró Betancourth.

Confianza

Como una visión de lo que sucedería en el segundo partido de la final, horas antes el artillero se colocó los guantes y camisola de guardameta y practicó en esa posición. Eso reforzó, sin saberlo, su confianza para lo que viviría inesperadamente.

“Tengo algunos secretos guardados como portero. Mi seguridad, más la confianza y palabras de aliento de mis compañeros, me motivaron en los penaltis”.

“Cuando me tocó lanzar el penalti lo hice con convicción, porque no quería ser el villano. Fue un zurdazo, a donde acostumbro mandar la pelota”, agregó.

AGRADECE A DIOS

“Queríamos el título sin llegar a los penaltis, y jamás pensé que yo fuera a atajarlos, pero Dios es tan lindo que nos da sorpresas, así como me dio la serenidad y sangre fría para estar allí”.

Betancourth, de 22 años, que está con Heredia desde el 2011, tras llegar de Aurora, de la Liga Departamental de San Francisco, recordó que allí jugó algunos partidos de portero, pero siempre estuvo en el ataque.

“Llegué a los 19 años a Heredia gracias a don Julián Tezucún. Desde allí empezó mi historia en el futbol competitivo”, recordó.

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