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Charles Fernández, el misionero del pentatlón

Charles Fernández se describe a sí mismo como un hombre de fe que recibió “el llamado de Dios” para ayudar a su prójimo. Es por ello que a la edad de 7 años emprendió una de las grandes aventuras de su vida, al viajar de Estados Unidos a Guatemala, junto a sus padres y sus dos hermanos, para desempeñarse como misioneros  evangélicos.

Charles Fernández tiene el deseo de poner en alto el nombre de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Jeniffer Gómez)

Charles Fernández tiene el deseo de poner en alto el nombre de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Jeniffer Gómez)

El pentatleta, Charles Fernández  es una de las cartas fuertes de Guatemala para los juegos olímpicos que comienzan el 5 de agosto en Río de Janeiro.

El chico de 20 años tiene claras sus metas en la vida: servir al necesitado, en nombre de Dios, y representar a Guatemala de una manera memorable en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

“En el año 2004 vine a Guatemala como misionero, junto con mi familia. Ayudamos a gente de escasos recursos. A eso nos dedicamos como familia, afuera de lo que yo hago del deporte”, comparte Charles con una anorme sonrisa que adorna su rostro.

“Me encanta poder ayudar a la  gente. Es un llamado que Dios ha puesto a mi vida. Para eso estoy aquí en el deporte también, no solo para traer logros a Guatemala, sino usar lo que gano de esos logros. Debemos apoyarnos los unos a los otros”, señala.

Nació el 27 de diciembre de 1995.
Ganó medalla de oro en la Copa del Mundo de Kescskemet, en la prueba de dobles mixta, junto a Isabel Brand.
Conquistó la presea de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.


Junto a su vida dedicada a la labor social y a predicar el evangelio, Charles mostró su interés por las actividades deportivas desde que era un niño. “Siempre me gustaba jugar baloncesto, futbol, voleibol, hasta beisbol hice. Siempre fui un niño activo”, recuerda.

A los 14 años, Charles tuvo la oportunidad de acompañar a su padre a una competencia máster de pentatlón moderno.
Ese fue el momento en el que este deporte, compuesto por cinco disciplinas, acaparó su atención de gran manera y se lanzó a él mismo el reto de practicarlo.

Febrero del  2010 representa un antes y un después en la vida del campeón panamericano en Toronto 2015. Sus aptitudes para este deporte fueron deslumbrantes desde sus comienzos y él lo supo. Es por ello que decidió entregarse por completo y se atrevió a soñar y a tomarlo en serio, algo a lo que podía dedicarse por completo.

Los primeros dos años en el deporte estuvieron cargados principalmente de diversión para Charles. En el 2012, todo cambió, cuando siguió de cerca los Juegos Olímpicos de Londres y fue testigo de la histórica medalla de plata del marchista Érick Barrondo. “En ese momento pensé que tal vez yo también podía lograr algo grande para Guatemala”, confiesa.


En ese momento se planteó el objetivo de clasificar a los Juegos Panamericanos y buscar el boleto a los Juegos Olímpicos. “Desde entonces he trabajado durísimo. Gracias a Dios y a mi familia he podido llegar a donde estoy. Me siento agradecido con  la gente guatemalteca por la motivación”, expresa Charles.

El pentatleta fue una de las gratas sorpresas del deporte guatemalteco en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, pues se colgó la medalla de oro —con lo que consiguió la clasificación a Río 2016— y dejó buenas sensaciones con su impecable desempeño.

“Lo de Toronto ha  sido el momento más importante de mi carrera hasta hoy. Cumplí mi sueño en ese entonces, que era clasificar a Olímpicos. La medalla  no era parte del plan, pero por la gracia de Dios se ganó el oro”, afirma el exponente nacional.

A pocos días  de los juegos de Río, Charles se muestra entusiasmado, pero cauto, a pesar de la gran expectativa que lo rodea por sus buenos resultados  en las últimas copas del mundo, en las cual   es se clasificó a las finales y se quedó a un paso de subir al podio.

Junto a su entrenador, el egipcio Walid Zayed, Charles siempre enfatizó  que su plan de trabajo indicaba que iría por una medalla olímpica en los juegos de Tokio 2020, pero los planes han cambiado. por su increíble crecimiento como atleta.

“Hace un año decía que mi objetivo estaba en los Juegos Olímpicos de Tokio, que en esas justas estaría  al cien por ciento en mi vida deportiva. Por  la gracia de Dios, en las competencias de este último año, he tenido muy buenas indicaciones en lo que es mi posicionamiento en el ranquin mundial”, asegura.

“En diciembre del año pasado terminé como el número cinco del mundo. Mi competencia es muy fuerte, todos tienen mucha experiencia, pero eso no quita posibilidades de que pueda poner a Guatemala en lo más alto en Río de Janeiro”, dijo.

Charles está comprometido para dar su máximo esfuerzo en la edición 31 de los Juegos Olímpicos. Quiere ser una inspiración para el pueblo de Guatemala. “He tenido muchos sueños literales, en los que he ganado una medalla olímpica, aunque no sé en dónde”, confiesa con una mirada cargada de ilusión.

Con los pies sobre la tierra, humildad y  esfuerzo, Charles quiere volver a hacer sonreír a su país; quiere que sus padres vuelvan a derramar lágrimas de alegría y está muy cerca de lograrlo.

“Para mi papá —Carlos Rodolfo— es un sueño hecho realidad; él soñó como atleta ir a los Juegos Olímpicos, pero Dios tuvo otros planes y ahora me dio la oportunidad a mí. Él está más que feliz y orgulloso, y seguro que toda mi familia igual. Si no fuera por el apoyo de ellos, yo no estaría aquí”, dice el deportista misionero.

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