Fue tanta la emoción luego de anotar el 2-2 transitorio que obligaba a jugar la prórroga, que el uruguayo cayó muerto tras alzar los brazos y celebrar el gol. Rápidamente fue atendido por los médicos de la Selección charrúa y pudieron darse cuenta que el corazón del jugador se había detenido. Juan Hohberg había sufrido un paro cardiorrespiratorio y murió en pleno partido.
Los doctores continuaron realizándole masajes cardíacos pero Hohberg no reaccionó.
Sin embargo, uno de los asistentes médicos (de nombre Abate), no se dio por vencido tan fácilmente y tomó la decisión de estimular sus funciones vasomotoras y respiratorias por medio de la suministración de coramina oral. Hohberg empezó a recobrar el conocimiento y abrió los ojos…¡había revivido en tan solo segundos de forma milagrosa!.
Siendo atendido a un costado del campo, Hohberg pidió volver a jugar y así fue, aunque los especialistas le habían recomendado descansar por la gravedad de la situación que atravesó.
Pese a la gran hazaña de lograr el empate, Uruguay terminó perdiendo en tiempos extras la semifinal frente a los húngaros por marcador de 4-2 con un doblete de Sándor Kocsis a los minutos 109 y 111 con lo que los charrúas se quedaron con las ganas de disputar su segunda final mundialista consecutiva.
Uruguay, a la postre, perdería también la lucha por el tercer puesto frente a Austria (3-1) mientras que la Hungría de Ferenç Puskas sucumbiría frente a Alemania Federal por 3-2 en la gran final.
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