Los magistrados del máximo tribunal Dina Ochoa, Leyla Lemus, Héctor Pérez Aguilera y Néster Vásquez, decidieron mantener la suspensión de los estatutos porque consideraron que se estaban irrespetando leyes internas y esto constituía una inconstitucionalidad.
El único voto disidente fue el de Roberto Molina Barreto, que consideró que el COG gozaba de autonomía para establecer modificaciones a los estatutos y evitar suspensiones futuras como la que finalmente ocurrió por una “injerencia política en el proceso de reelección del presidente del Comité Olímpico Nacional de Guatemala”.