Para lograr estas metas, la aplicación adecuada y el funcionamiento del AFC es esencial. Esto no sucederá sin un acompañamiento cercano por parte del sector privado. Existe especial interés de este sector en la facilitación del comercio y por ende, es importante que pueda acompañar los esfuerzos nacionales, regionales e internacionales y apoyar a los gobiernos en el logro de los objetivos, la implementación y el funcionamiento del AFC.
La idea de una Alianza Mundial para la Facilitación del Comercio (Global Alliance for Trade Facilitation – GATF por sus siglas en inglés) se presentó por primera vez en 2015, durante diversos eventos organizados en la OMC. Sin embargo, su lanzamiento oficial tuvo lugar durante la reciente Conferencia Ministerial de la OMC, realizada en Kenia a finales de 2015.
La GATF se compone de varios países donantes, liderados por Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania y Canadá, que se han asociado con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en ingles), la Cámara Internacional de Comercio y el Centro Internacional para la Empresa Privada, con el fin de reunir en una misma plataforma a representantes de ambos sectores y unificar esfuerzos para la puesta en marcha de las reformas que conlleva la implementación del AFC.
Un número importante de compañías multinacionales tales como DHL, Wal-Mart, eBay, Maersk y Huawei se han unido ya a este esfuerzo. Se espera que en las próximas semanas, nuevas empresas se adhieran a la Alianza.
Dentro de las actividades previstas por la GATF, vale la pena mencionar el establecimiento de un diálogo orientado a la acción, con las diferentes partes interesadas. También se ha programado una sensibilización sobre las alianzas público-privadas como eje rector de los cambios requeridos, la prestación de asistencia técnica y donaciones para apoyar la creación de capacidades, así como la creación de medidores para evaluar y monitorear la evolución de las reformas de facilitación del comercio.
Los Miembros de la Alianza esperan trabajar de forma coordinada, con diferentes organizaciones internacionales, como la OMC, la Organización Mundial de Aduanas (OMA) y el Banco Mundial. Por este medio, se busca reunir la experiencia y los recursos necesarios, para alcanzar resultados tangibles en la materia.
Hasta ahora, los esfuerzos a nivel mundial para movilizar a la comunidad empresarial han sido generalmente fragmentados y las empresas de algunas regiones del mundo aún no conocen el AFC.
En este contexto, la Alianza contribuirá a maximizar el potencial social y económico del AFC y ayudará a reforzar el conocimiento y la participación de las empresas en su implementación. Con este tipo de iniciativas, se generara? demanda y apoyo desde la base, para las reformas de facilitación del comercio que sean necesarias en el futuro.
A escala regional, sería muy interesante el establecimiento de una red centroamericana similar, compuesta por las organizaciones regionales del sector privado, tomando como ejemplo la GATF. La alianza regional podría acompañar e impulsar los procesos de implementación y favorecer el intercambio de información de los avances y logros entre los países de la región.
De igual forma, el establecimiento de esta estructura formal permitiría tener un conocimiento profundo y coordinado, de las áreas cuya aplicación requerirá mayores esfuerzos. Sobre esta base, se convertiría en un catalizador de los cambios y beneficios que se espera traiga consigo el AFC, tras su entrada en vigor.
Ojalá alguna organización regional del sector privado organizado en Centroamérica tomara el liderazgo de impulsar un proyecto de esta naturaleza en nuestra región.
