Economía
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Aranceles de Trump impactan a niveles de 1974

Inversionistas cuestionan el papel de EE. UU. en el corazón financiero y la seguridad de los activos del país.

Trump ha puesto en suspenso las nuevas imposiciones arancelarias por 90 días; sin embargo, el mercado financiero sigue siendo incierto, lo que también evita que se decidan las inversiones a mediano y largo plazos. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Los aranceles han hecho que algunos inversionistas cuestionen el papel de Estados Unidos en el corazón del sistema financiero y la seguridad de los activos del país durante los períodos de agitación del mercado.

Cien días del presidente Donald Trump. Setenta días de fluctuaciones en los mercados financieros. Treinta y dos días de pérdidas. Más de US$6.5 mil millones perdidos del valor de las empresas que cotizan en bolsa.

Para los mercados financieros, la caída del 7 por ciento del S&P 500 es el peor comienzo de un mandato presidencial desde que Gerald Ford sustituyó a Richard Nixon en agosto de 1974 tras el escándalo de Watergate. El desplome es más crítico que cuando estalló la burbuja tecnológica a principios de siglo, y George W. Bush heredó un mercado ya en caída libre.

En cambio, Trump heredó una economía con una base sólida y un mercado bursátil que subía de un máximo histórico a otro.

Promesas

Un mes después del inicio del mandato de Trump, el índice S&P 500 marcó un máximo histórico. Los inversores estaban animados por el potencial aparentemente ilimitado de la inteligencia artificial y por un nuevo mandatario que había hecho campaña con un programa favorable al crecimiento.

En un discurso pronunciado el 19 de febrero ante el Instituto de la Iniciativa de Inversión Futura, en Miami, Trump aseguró a los inversionistas que les aguardaba la prosperidad económica.

Sin embargo, un día después del discurso de Trump, la preocupación por la inflación empezó a afectar el mercado, intensificándose a principios de marzo con el anuncio de aranceles del 25% a México y Canadá.

Cambio de paradigma

El anuncio de aranceles de dos dígitos a países de todo el mundo provocó la peor venta de dos días del S&P 500 desde marzo del 2020. La diferencia fue que la caída se produjo en respuesta directa a la política gubernamental.

“Fue una venta rápida, sobre todo si se tiene en cuenta que no hubo una conmoción externa como la pandemia”, dijo Mohamed El-Erian, presidente del Queens’ College de la Universidad de Cambridge y exdirector ejecutivo de Pimco, una de las mayores gestoras de activos del mundo.

Los economistas empezaron a advertir e que la economía, que había estado experimentando una desaceleración constante del crecimiento del empleo a medida que se enfriaba la inflación, se dirigía hacia una recesión mucho más aguda. El Gobierno volvió a restarle importancia a la caída de las acciones. Los inversores se apresuraron a proteger sus carteras de nuevas pérdidas.

La semana previa a la entrada en vigor de los aranceles, tanto el índice Nasdaq Composite, de gran peso tecnológico, como el índice Russell 2000 de empresas más pequeñas —que suelen ser más un barómetro de las perspectivas económicas que las empresas multinacionales mucho más grandes— habían caído en mercados bajistas.

Alarma

Normalmente, en tiempos de agitación, los inversores de todo el mundo buscan activos estadounidenses como fuente de fiabilidad y seguridad. Compran dólares y deuda pública estadounidense, lo que suele provocar que suba el valor de cada uno de ellos.

Eso es lo que ocurrió cuando el mercado de valores cayó inicialmente. Pero en los días previos a los aranceles, tanto el dólar como la deuda pública estadounidense también empezaron a caer, haciendo saltar las alarmas en Wall Street.

Los operadores describieron una sensación de pánico y miedo cuando los precios se tambaleaban a la baja, disparando los rendimientos.

El bono del tesoro a 30 años comenzó la semana con un rendimiento ligeramente superior al 4.3 por ciento. Durante la noche, antes de que entraran en vigor los aranceles, el rendimiento —que es indicativo del costo de los préstamos para el gobierno estadounidense— subió por encima del 5 por ciento. Fue un movimiento enorme en un mercado que normalmente se mueve en centésimas de punto porcentual cada día.

Aranceles yo-yo

Desde el 9 de abril, se ha producido un cambio en el tono del gobierno.

Los funcionarios han promovido lo que dicen que han sido negociaciones comerciales positivas que tienen lugar entre bastidores.

Aunque las afirmaciones del Gobierno sobre las negociaciones son rechazadas por ser inventadas, como en el caso de China, los inversores han interpretado que la Casa Blanca está intentando darle al mercado motivos para alegrarse.

Sin embargo, pocos están dispuestos a apostar por lo que ocurra a continuación.

“Si el Gobierno modera pronto la política arancelaria y la incertidumbre arancelaria disminuye, el daño duradero podría ser modesto o insignificante”, manifestó James Egelhof, economista de BNP Paribas. Dijo que dedicaba cada vez más tiempo a responder a las preguntas de sus clientes sobre cómo podría ser una posible recesión económica, si persiste la incertidumbre arancelaria.

“Si los aranceles siguen comportándose como un yo-yo, subiendo, bajando y volviendo a subir, esta incertidumbre no disminuirá y tendrá un efecto paralizante sobre todo en las empresas”, comentó.

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