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Cómo sobrevivir en el mundo laboral si eres una persona introvertida

No ha salido el sol y Josh Manheimer está empleado a fondo en su trabajo, sumido en sus pensamientos. Hoy se imagina cuál es la frase perfecta que hará que la gente abra ese sobre genérico que llegó a su casilla de correo.

Desde una casa en una zona rural de Vermont, en Estados Unidos, Manheimer confecciona lo que llama, sin pena ninguna, “correo chatarra”, ese que contiene publicidad y que la mayoría desprecia. Y es uno de los mejores en el mundo.

Es, me dice, el trabajo perfecto para una persona introvertida. Y no es que me lo haya dicho personalmente: sólo nos comunicamos por correo electrónico.

Manheimer nunca se reúne con clientes. Prefiere pasear a su perro o alimentar a sus caballos.

“Me gusta la gente”, afirma. “Pero no funciono en organizaciones con políticas. Soy como un venadito, perdido y desvalido”.

Sus problemas son comunes entre los introvertidos, que representan la mitad de la población. No son penosos, pero prefieren un ambiente menos estimulante, más tranquilo y que permita pensar.

Eso no significa que no puedan tener carreras extremadamente exitosas: muchas de sus características comunes son muy valiosas en el terreno de lo laboral. La clave es encontrar el trabajo que se les ajusta.

Estas son algunas experiencias de personas introvertidas que han encontrado un trabajo ideal para su personalidad.

Asuntos del corazón

A veces encuentranla ocupación perfecta -si bien improbable- por azar.

Michael Motylinski era un abogado en California y realmente odiaba su trabajo.

“Siempre estaba en reuniones, siempre interactuando con personas”, dice.

Sin embargo, su vida laboral dio un vuelco cuando su hermano le pidió que oficiara su boda. Para ello, Michael tomó un curso en Internet para convertirse en pastor.

Luego se mudó a las Islas Vírgenes, donde siguió trabajando como abogado hasta que en comenzaron a solicitar los servicios de alguien que oficiara bodas, y él se ofreció.

De ahí en adelante empezó a recibir llamadas de organizadores de matrimonios, de cruceros y cadenas hoteleras.

Actualmente oficia unas 250 bodas al año, y aunque tiene que estar en frente de una multitud, él insiste es que es el trabajo perfecto para una persona introvertida.

“El día de la boda las personas por lo general están tan ocupadas y nerviosas que casi ni me notan”, explica.

“Sólo estoy parado en el altar o en la glorieta, y cuando la ceremonia comienza leo mis líneas. Después del acto me mezclo entre la gente, y al poco rato me escapó por la puerta trasera sin que nadie se de cuenta”.

Un alter ego

El caso de Dan Nainan también refleja un cambio completo de carrera.

Dan comenzó su vida profesional como ingeniero en Sillicon Valley y siempre se ha descrito así mismo como introvertido.

Sin embargo, ahora se gana la vida contando chistes en un escenario frente a miles de personas.

En su empleo anterior tenía que ir a conferencias y hacer demostraciones de los productos de Intel. Le fascinaban los viajes internacionales, pero le aterraba hablar en una sala de eventos.

Eso lo llevó a pensar en medidas drásticas para superar su miedo escénico.

Decidió tomar un curso corto con la comediante Judy Carter, autora del libro “La Biblia de la comedia”.

De ahí pasó a hacer presentaciones ante 2.500 invitados en un foro sobre ventas, organizado por la compañía. Ahora en Nueva York y le va bien como comediante a tiempo completo.

Desde su punto de vista, el cambio de ingeniero a comediante le dio dos personalidades. “Es como una dicotomía del tipo Clark Kent/Superman”.

“A veces siento que las personas con las que me relaciono luego de los shows se decepcionan un poco, porque no todo lo que digo los hace reventar de la risa”.

“En la 'vida real' soy mucho más quieto y tímido, y eso creo que sorprende a la gente”.

Timidez o introversión

El caso de Dan no es el único. A muchas personas tímidas se les recomienda tomar clases de actuación -se les llama “terapia de exposición”- como un medio para vencer la ansiedad que genera la interacción social, o para disminuir la timidez en el trabajo.

A pesar de ello, Gregory Pontrelli, presidente ejecutivo de Lausanne Business Solution, advierte que estos términos no deberían confundirse con introversión.

La empresa de Gregory se dedica a la gerencia de talentos, y en su opinión “un individuo puede ser extrovertido, y sufrir de timidez o ansiedad social”.

Pontrelli también cuestiona el concepto según el cual existen carreras ideales para personas introvertidas, dado que incluso ocupaciones que siempre se han visto relacionadas con extrovertidos -por ejemplo, ventas- se necesitan diversas habilidades para ser exitoso.

“Algunas compañías cometen el error de evaluar candidatos con pruebas psicométricas, para luego ir descartándolos en el proceso de selección”.

“Las empresas deberían dar la bienvenida a la diversidad de personalidades, incluyendo introvertidos-extrovertidos, porque aportan diferentes perspectivas que, por lo general, conducen a una mejor toma de decisiones, soluciones e interacción con clientes”.

Yin y Yang

Esta diversidad de personalidades mezcladas puede apreciarse en las bases de las empresas más exitosas del mundo.

Steve Wozniak, introvertido y famoso cofundador de Apple, formó un formidable dúo profesional con un más extrovertido Steve Jobs.

Bill Gates hizo lo mismo con Paul Allen en Microsoft, y posteriormente con el vivaz Steve Ballmer.

Y en esta lista también se agregan Mark Zuckenberg y Sheryl Sandberg, de Facebook.

Siguiendo esta misma fórmula, Deidre Woollard busca desarrollar una estrategia similar con Audie Chamberlain, su socia de negocios, que es completamente lo opuesto a ella.

Esta combinación de yin y yang en su relación incluso se refleja en el nombre de su empresa de relaciones públicas, El león y el mundo.

“Yo disfruto mucho el estar con extrovertidos, lo cual no estoy segura que sea igual para otros introvertidos. Para mí ellos son como unos escudos humanos”, dice Wollard.

La dinámica entre ellas dos funciona muy bien para la compañía.

“Ella se encarga del desarrollo del negocio. Le encanta ir a conferencias y hablar con clientes potenciales por teléfono. Yo soy la que toma notas en las reuniones y desarrollo los planes estratégicos. Mi trato con clientes casi se reduce a correos electrónicos”.

Pareja introvertida

Para muchos introvertidos, más complicada son las relaciones personales que las del trabajo. Aun así, algunos logran transferir sus habilidades de un campo a otro.

Ese el caso de Josh Manheimer, quien conoció a su esposa Renee a través de Internet.

Ella era una modelo de modas que vivía en Perú y no hablaba inglés, mientras que él no hablaba español.

Sin embargo, tal fue la intensidad de sus correos electrónicos, incluso luego de ser traducidos por un software, que luego de ocho días logró persuadirla de mudarse de su cálida y soleada Lima, a su aislada granja en Vermont, Estados Unidos.

“Ella no tenía la menor idea de dónde quedaba Vermont o si aquí necesitaba usar abrigo para el invierno. Nos casamos cinco meses después, bajo una cascada secreta”.

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