Eso luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó reportes noticiosos de que quería que su gobierno comprara la vasta isla ártica perteneciente a Dinamarca.
BBC NEWS MUNDO
Groenlandia: cómo el territorio de Dinamarca se convirtió en el centro de la disputa económica y geoestratégica de EE.UU. y China
Groenlandia no está acostumbrada a ser el centro de atención, pero el año pasado apareció en las portadas de los periódicos de todo el mundo.
Un tercio de los habitantes de Groenlandia vive en la capital, Nuuk. (Foto Prensa Libre: Getty Images)
El gobierno danés respondió de inmediato que Groenlandia no estaba a la venta, lo cual provocó una disputa diplomática.
La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, calificó el deseo de Trump de “absurdo”, lo que llevó al presidente de EE.UU. a responder que sus comentarios eran “repugnantes”.
Sin embargo, las dos partes pronto saldaron sus diferencias y Estados Unidos anunció una política diferente para aumentar su presencia e influencia en Groenlandia: abrirá un consulado a fines de este año.
Será el primero en el territorio desde 1953, aunque EE.UU. continúa administrando una instalación militar en el norte de Groenlandia, la base aérea de Thule.
Dado que China también está interesada en establecer vínculos económicos más estrechos con Groenlandia, ¿por qué la isla de repente tiene tanta demanda?
¿Y qué podría significar el nuevo consulado de Estados Unidos tanto para la economía de Groenlandia como para el movimiento de independencia del territorio?
Antes de responder a eso, primero una breve guía de Groenlandia.
Un vasto y helado territorio
Groenlandia es la isla más grande del mundo si Australia se considera un continente.
Ubicado principalmente dentro del Círculo Polar Ártico, unas tres cuartas partes de su tierra están permanentemente cubiertas por una capa de hielo.
Tiene una población aproximada de 56.000 personas y es el país o territorio menos densamente poblado de la Tierra.
Un tercio de las personas vive en la capital, Nuuk, y no hay caminos hacia las otras ciudades, que abrazan la costa. En cambio, se debe volar o ir en bote, que a menudo no es posible durante el invierno.
Es un territorio autónomo dependiente de Dinamarca desde 1814, con su propio parlamento que se ocupa de los asuntos internos. El parlamento danés en Copenhague, al que Groenlandia envía dos representantes, se ocupa de sus asuntos internacionales.
Actualmente, la economía de Groenlandia depende de dos cosas; pesca, que representa el 95% de sus exportaciones, y una subvención anual del gobierno danés. Este subsidio totaliza 3.900 millones de coronas danesas (US$600 millones) y proporciona más de la mitad del presupuesto anual del gobierno de Groenlandia.
Un punto estratégico
Los analistas dicen que hay dos razones por las que Estados Unidos y China miran con entusiasmo a Groenlandia: la economía y la geoestratégica.
Y ambos están vinculados al cambio climático.
Económicamente, Groenlandia tiene algunos de los depósitos más grandes de los llamados metales de tierras raras, como neodimio, praseodimio, disprosio y terbio. Estos se utilizan cada vez más en la fabricación de teléfonos móviles, computadoras y automóviles eléctricos.
Y estratégicamente, el país se encuentra entre Norteamérica, Europa y Rusia.
El cambio climático y las temperaturas cada vez más cálidas significan que podría ser más fácil extraer esos metales y navegar a través del Océano Ártico circundante, ya sea en un buque de carga o en un buque militar.
El geólogo danés Minik Rosing dice que Groenlandia tiene muchos más tesoros debajo de su superficie.
“También hay mineral de hierro… hay una mina de rubí… hay oro… hay platino”, dice. “Y el cambio climático hace que navegar sea mucho más fácil”.
Sin embargo, advierte que los largos inviernos árticos todavía limitan severamente la minería en Groenlandia: “No puedes trabajar en una mina 12 meses al año, puedes trabajar tres meses al año más o menos”.
“Así que eso significa que cualquier inversión que realice en minas estará inactiva durante muchos meses, y eso dificulta las cosas. Y cualquier mina puede tomar hasta 50 años antes de que tenga una producción decente”, continúa.
Entonces, en lugar de razones económicas, Rosing cree que Estados Unidos está mirando a Groenlandia debido a su creciente importancia estratégica.
“Creo que la mayor parte del interés de Estados Unidos se debe a razones estratégicas, simplemente quieren estar presentes”, dice. “Los minerales juegan un papel menor en eso”.
¿Y el consulado de EE.UU.?
Si bien el gobierno danés rechazó hacer comentarios para este artículo, el diputado danés Soren Espersen, de la oposición, dice que le preocupa que el consulado estadounidense en Groenlandia aumente los llamados a la independencia en ese territorio.
Actualmente, las encuestas sobre el tema no son concluyentes, y algunos sugieren que hasta el 64% de los groenlandeses quieren que el país se separe de Dinamarca, mientras que otros ponen el apoyo en 38%.
“Los estadounidenses quieren estar listos cuando Groenlandia declare su independencia”, dice Espersen, del derechista Partido Popular Danés.
“Los estadounidenses están agregando combustible al deseo de independencia de Groenlandia”, añade.
Ante ello, el congresista espera que el gobierno danés haga más para demostrar que es “más serio” el mantener Groenlandia.
Espersen tampoco quiere ver a China y su influencia o presencia en Groenlandia.
El gobierno danés parece estar de acuerdo con esto, y en 2017 acordó construir dos nuevos aeropuertos en Groenlandia en lugar de que el proyecto se destinara a una empresa china.
Aaja Chemnitz Larsen es una de los dos parlamentarios de Groenlandia en Copenhague. Es del partido independentista y socialista Inuit Ataqatigiit.
Si bien dice que “es bueno tener una buena cooperación con los estadounidenses”, le intriga la cantidad de personal que puede estar presente en el próximo consulado de Estados Unidos.
“Estoy preocupada porque probablemente habrá más diplomáticos estadounidenses en ese consulado de los que tengamos personal en la Dirección de Asuntos Exteriores de Groenlandia”, dice.
Su preocupación es que la presencia estadounidense podría volverse demasiado dominante: “Podríamos ser superados”, considera.
La embajada de Estados Unidos en Copenhague no respondió a las solicitudes de comentarios.
Chemnitz Larsen agrega que aunque la independencia de Groenlandia es su objetivo a largo plazo, no cree que esté “a la vuelta de la esquina”.
“Y no creo que debamos vendernos a quienes pagan más, ya sea Estados Unidos o China, para salir de la unidad del reino danés. Eso no es independencia”, opina.
La economista danesa Uffe Palludan está de acuerdo en que los groenlandeses deberían estar preocupados por dejar entrar demasiada inversión estadounidense o china.
“Tendría un enorme impacto desestabilizador en la sociedad groenlandesa”, advierte.