Fuentes del Banxico señalaron hoy que la salida se producirá hasta el 30 de noviembre próximo a solicitud de Peña Nieto, pero no revelaron más detalles.
Carstens no solo goza de gran prestigio dentro y fuera de México, sino que en los últimos años ha logrado sortear con éxito las dificultades económicas.
Cuando Carstens anunció que dejaba el banco central, los expertos coincidieron en que era una mala noticia para el país, inmerso en una gran incertidumbre a raíz del triunfo de Donald Trump en la elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Esas dudas se han acentuado tras la toma de posesión de Trump el 20 de enero pasado y el endurecimiento de sus políticas migratorias y comerciales.
El 1 de diciembre el economista negó tener roces con el Gobierno que llevaran a su renuncia y rechazó que su salida pueda ser comparada con la de decisión de un capitán que abandona el barco en medio de la tormenta.
Dijo que los tiempos los marcaba el BIS, que agrupa a 60 bancos centrales de países que representan el 95 % del PIB mundial, y garantizó una transición “tersa, ordenada y sin sobresaltos” en el instituto emisor.
Ese día Peña Nieto felicitó a Cartens por su nombramiento en el BIS, algo que consideró “una gran distinción” no solo para él sino para “la conducción de las políticas macroeconómicas de México”, y señaló que la designación de su sucesor se daría más adelante.
Carstens fue nombrado gobernador del banco central a fines de 2009, durante el mandato del presidente Felipe Calderón (2006-2012), por un periodo de seis años y en septiembre de 2015 fue ratificado para un nuevo mandato que iba a concluir en diciembre de 2021.
En 2011 fue propuesto por México para ocupar la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI), un proceso en que fue derrotado por la francesa Christine Lagarde.
El BIS es la institución financiera internacional más antigua del mundo. Fundada en mayo de 1930, su sede es Basilea (Suiza) y asiste a los bancos centrales en la promoción de la estabilidad monetaria y financiera global.
