Píldoras promocionadas por reconocidos gurús de belleza o cremas que tienen como imagen a distintas personalidades no se han salvado de la inspección de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) , que vela por la protección del consumidor en el país y asumió la tarea de evitar los engaños o mentiras “piadosas” publicitarias.
“Las autoridades que protegen a los consumidores tienen que entender que la publicidad engañosa es el cáncer del sistema económico”, dijo a Efe el superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, quien además considera que esta publicidad es “un gravísimo atentado contra la leal competencia”.
La lista de empresas en la mira es extensa y va desde colegios bilingües que no lo son, almacenes de muebles que incumplen sus promesas de entrega, productos “milagro” que ofrecen organizar el metabolismo o ayudar a perder peso, hasta aquellos cuyo empaque tiene un peso menor al ofrecido o lácteos fermentados que se venden como yogur.
Pero quizás los más sonados entre el público por el reconocimiento de su marca han sido “Redu Fat Fast” del empresario Jorge Hané y la gama de productos del laboratorio mexicano Genomma Lab, entre ellos Goicoechea, Asepxia, Cicatricure y Medicasp.
A Hané le fue impuesta una multa superior a los 700 millones de pesos (unos US$202 mil 670), por publicidad engañosa, después de que la SIC evidenciara que el producto “no cuenta con estudios médicos o científicos contundentes para demostrar que sirve para eliminar grasa, reducir peso o disminuir medidas corporales”.
Mientras a Genomma Lab se le ordenó cesar la publicidad de sus productos, y contar con la autorización expresa y previa de la Superintendencia para cualquier promoción.
La Superintendencia, que inició un proceso de fortalecimiento que le permitió aumentar su presupuesto, tener más personal, elevar “veces” su capacidad sancionatoria y ser autónoma, señaló que la publicidad del laboratorio “presuntamente podría inducir a error, engaño o confusión a los consumidores colombianos”.
También fue multada con 550 millones de pesos (unos US$159 mil 200) la marca Natural Vitamins “por suministrar información y publicidad engañosa en su producto Té Chino El Original” , que prometía prevenir el cáncer, mejorar el hígado graso, reducir la dependencia a la insulina y bajar los niveles de los triglicéridos y glicemia.
“No puede ser que unos empresarios se aprovechen de la ignorancia de la gente, de la necesidad de la gente, de los anhelos que tiene la gente, de sus problemas, para generarles soluciones falsas a través de la publicidad engañosa”, agregó Robledo a Efe.
Para el funcionario, detrás de todo esto “hay un tema social” , que tiene que ver con las aspiraciones de los compradores y el “sacrificio” económico que hacen para adquirir un producto.
“Para una persona comprar la crema, comprar las pastillas, comprar las píldoras puede representar el 15 o el 20% del salario mínimo”, apuntó Robledo, quien consideró que “ese es el drama” que ocasiona “la publicidad engañosa de productos de consumo masivo” .
A su juicio, el público “no tiene por qué andar desconfiando que un empresario le está diciendo mentiras”.
Y aunque la tarea sigue, la Superintendencia ya ha impuesto multas que ascienden a un billón de pesos (unos US$400 millones) y que por su eficacia la sitúan entre las autoridades más respetadas de la región en protección a los consumidores.