Economía

Siglo XXI: Mercados y no privilegios

El mes pasado, el fabricante de llantas Bridgestone renunció en Costa Rica a las exenciones fiscales —régimen de zonas francas— para facilitar sus exportaciones a los países de la Alianza del Pacífico. Algunos de los incentivos a los que renunció son: "exención en el pago de impuesto sobre la renta, pago de importación de materia prima, impuestos al consumo de bienes y servicios y sobre las remesas al extranjero". Fuente: www.Centralamericadata.com.

A más de alguno de mis lectores le parecerá increíble que una empresa renuncie a exenciones fiscales y elija pagar impuestos. ¿Por qué? La respuesta es muy simple: MERCADO. Si la empresa de llantas está ubicada en zona franca no podrá exportar sus productos usando los acuerdos comerciales con los países de la Alianza del Pacífico —Perú, Chile, México y Colombia—, que son XXX millones de habitantes y un poder adquisitivo de YYYY millones de dólares. Bridgstone eligió MERCADO.

Precisamente más y mayores mercados fue la principal razón para la negociación del Tratado de Libre Comercio entre Guatemala y EE. UU. (DR CAFTA, en inglés), vigente desde el 2004, y del Acuerdo de Asociación (ADA) con la Unión Europea, vigente desde el año pasado. El “precio” pagado por el estado guatemalteco para conseguir nuevos mercados para las empresas chapinas fue eliminar impuestos de importación para los productos de los países con los que se firmó un TLC o ADA.

En otras palabras, se hizo un “hoyo” a las finanzas públicas al eliminar los aranceles de importación, A CAMBIO de nuevos mercados para las empresas guatemaltecas. Con mayores mercados, las asociaciones promotoras del TLC y del ADA prometían generar más empleos, mayor crecimiento económico y decían que habría mayor recaudación de impuestos de consumo para compensar la pérdida de ingresos fiscales al eliminar aranceles de importación —poco hablaron de la ganancia para el consumidor de más variedad y mejor precio—.

En Guatemala no se habla, y menos se hace un análisis académico imparcial, de la “peculiar” situación de que los principales beneficiarios de la “compra” de nuevos mercados a costa del hoyo fiscal —vía DR CAFTA y ADA—, están bajo el decreto 29-89 —conocido como Ley de Maquilas—, así que no han pagado impuestos por décadas. Eso sí, a la clase media y pobre nos subieron impuestos en el 2012.

Ahora, los de “siempre” pretenden seguir sin pagar impuestos con las iniciativas de ley denominadas de inversión y empleo y argumentan que sin ellas no podrán competir con los incentivos fiscales de otros países de la región. ¿Y no será que el mundo ha cambiado y no quieren entenderlo por insistir con sus exoneraciones fiscales? Intel, la empresa de microchips, ha cerrado sus operaciones de ensamble en Costa Rica —con muchísimos incentivos fiscales se ubicó ahí en 1998— y se ha mudado a Asia. ¿Así que la respuesta para atraer o retener inversión son incentivos fiscales? ¿Y por qué Intel se fue de Costa Rica?

bakereny@hotmail.com, en Facebook “Reny Mariane Bake”, @RenyMariane

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