Se invitó a varias familias a preparar diferentes platillos basados en el frijol: colado, volteado, parado, en caldo, en rellenitos, en tostadas y de otras formas; además, se conformó un jurado que calificara las creaciones.
El ingenio culinario no tuvo límites y el evento fue todo un éxito, y eso me llevó a reflexionar que en nuestro país tenemos gran cantidad de tradiciones, costumbres y eventos históricos que perviven en el imaginario ciudadano; solamente hace falta la voluntad de reordenarlos y elevarlos a la categoría de evento anual.
Varias municipalidades llevan a cabo, desde hace muchos años, la reconstrucción de sus centros históricos, y proyectos como este abren preguntas como: ¿hasta qué punto es posible la reconstrucción del pasado?, ¿cuán variable es el concepto de “auténtico”?, pero más aún, ¿cuál es la ética en esta profesión que permite la destrucción selectiva en pos de la creación de una ilusión?
En Estados Unidos, las ciudades podían fracasar o ser exitosas, dependiendo de su habilidad para integrarse a la red económica del país. Y para promover sus propios lugares de residencia, comenzaron a hacerlos parecer como si fueran el paraíso, aunque fueran pequeños pueblos. Promoviendo, mediante panfletos y avisos, sus cualidades de producción agrícola y de clima, sin importar cuán remoto o desolado pudiera ser ese lugar.
En la América Latina colonial se presentó un escenario completamente distinto, donde la jerarquía política de las ciudades era determinada por la Corona española, y las metas económicas no eran necesariamente el tema principal en las políticas de construcción de una imagen de ciudad. Objetivos políticos, militares, o religiosos también se consideraban centrales.Una ciudad podrá ser siempre interpretada.
Cada ciudad puede ser traducida según se nos ocurra.Sin embargo, en nuestro país poco o nada se ha hecho para explotar adecuadamente la industria del turismo en las ciudades.Algunas tienen uno o dos eventos al año que les permite la llegada de miles de turistas, locales o extranjeros, que les genera fuerte actividad económica, tal el caso de la Semana Santa en Antigua, puertos y lugares de descanso, el maratón de Cobán, enero en Esquipulas, etcétera, pero otras ciudades no han desarrollado ningún atractivo que las convierta en destino.
Y esto es precisamente lo que podría hacerse para generar visitantes, reconstruyendo, creando o inventando si es necesario. Tenemos muchos ilustres personajes que han de haber nacido en algún sitio. Cada pueblo tiene anécdotas, historias bélicas, hazañas deportivas, misterios naturales, fenómenos curiosos, etcétera, y si no las tienen, habrá que inventarlas, recrearlas y promoverlas, para que se conviertan en destino, y así recibir ese turismo que cambia y genera economía en sus pueblos.
El turista busca entretenimiento, quiere ilusión y no le interesa o no le preocupa la autenticidad (Disneylandia, por ejemplo), por lo que es válido y necesario que nuestras ciudades se conviertan en destinos, tal como lo hacen los habitantes de San Juan Sacatepéquez con los barriletes, o la Caravana del Zorro, en Esquipulas.
Recientemente estuve en Chiquimula visitando a un pariente muy famoso que ha dado gloria a esta ciudad, es el escritor Elías Valdés, y le hablaba sobre el rescate de la Iglesia Vieja y la antigua estación del ferrocarril, en donde se podrían llevar a cabo eventos culturales. En San Juan Comalapa tienen muchos temas, como a Andrés Curruchiche en la pintura realista y a Rafael Álvarez Ovalle, como autor de la música del himno nacional, entre otros.
Y la lista de inventores guatemaltecos es larga, empezando por Federico Lehnhoff y Eduardo Cabarrús, quienes desarrollaron el café soluble; Ricardo Bressani, creador de la Incaparina; Luis Von Ahn, con captcha; Brenda Duque Guerra, Carlos Galeano López, Estuardo Méndez Ruiz y tantos otros sobre los que se podrían montar historias de sus inventos, para organizar eventos, festivales y actividades en sus ciudades natales, para volverlas destino turístico y, por ende, un buen generador económico, tanto en el comercio como en lo inmobiliario.
Estos y otros temas similares los trataremos en el Curso de Avalúos e Introducción al Catastro, que se impartirá en el Colegio de Ingenieros de Guatemala a partir de febrero. Interesados llamar a Danilo al 2383 5500.
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