Economía

Cooperativas en Cuba, ¿actualización de modelo socialista?

El sistema de cooperativas no agropecuarias (también llamadas urbanas) resulta cada vez más notorio en Cuba, como parte de lo que en la isla se conoce como "proceso de actualización" del modelo económico socialista.

En la actualidad funcionan 135 de estas cooperativas en los sectores comercio, gastronomía y servicios, según datos del ministerio de Comercio Interior.

La viceministra de ese organismo, Odalys Escandel, informó esta semana que están aprobadas unas 350 de esas asociaciones, de las cuales “muchas” se encuentran en los pasos previos antes de iniciar su funcionamiento.

Escandel precisó que esas entidades se desglosan en 102 dedicadas al comercio de alimentos agrícolas en La Habana y las vecinas provincias de Artemisa y Mayabeque; 189 en la gastronomía, entre restaurantes y cafeterías, y 55 en los servicios personales y técnicos.

Según la funcionaria, los resultados en las cooperativas comercializadoras de productos de la agricultura son “favorables”, mientras que en las gastronómicas se evidencian “mayores ingresos a sus trabajadores, mayor oferta y calidad en el servicio”.

La creación de cooperativas no agropecuarias comenzó en julio de 2013 como una forma “socialista” de propiedad colectiva, en diferentes sectores, las que constituyen una organización económica con personalidad jurídica y patrimonio propio, integradas por personas que se asocian aportando bienes o trabajo.

Este proceso “experimental” se inició con 124 cooperativas en varios sectores de la economía, incluidas 99 de la esfera del comercio, 12 de la construcción, 11 del transporte y dos del sector industrial (recuperación de materias primas).

Luego se autorizaron otros grupos de esas asociaciones, incluida la primera y hasta ahora única cooperativa dedicada a la exportación, que comercializa aves ornamentales como canarios y periquitos.

El objetivo fundamental de las nuevas formas de gestión es la producción y prestación de servicios útiles a sociedad, mediante la gestión colectiva, y deben ser capaces de cubrir con sus ingresos los gastos y obligaciones tributarias.

En todos los casos se mantiene el principio de que el Estado continúa siendo dueño de los medios fundamentales de producción, al tiempo que se libera de las actividades que no son fundamentales en el desarrollo económico del país.

Las autoridades cubanas prevén llevar al sector no estatal a aportar cerca de un 50% del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2015. La intención es hacer más dinámica la economía interna y estimular la productividad, a la par de reducir los gastos del Estado con la disminución de plantillas.

“No hay dudas de que las cooperativas, como alternativa organizativa y de autogestión, ocupan un lugar importante en la actualización del modelo económico cubano”, sentenció el diario oficial “Granma” el pasado 30 de abril.

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