Brasil espera una cosecha de 38.29 millones de sacos de arábica, contra 10,86 de robusta.
La reducción de la producción se debe en buena parte al ciclo bianual del café, con un año más productivo que el siguiente, pero también a lluvias irregulares y altas temperaturas en estados productores y el frío en Paraná.
El estimado de la cosecha es aún así el más elevado para un año de baja producción en los períodos bianuales y confirma que tiende a reducirse esa diferencia.
Con 2.3 millones de hectáreas cafeteras, Brasil es el primer exportador mundial de café, con 25% de las ventas internacionales en 2012.