Economía

El Salvador en la Unión Aduanera

Hace unos días,  mientras esperaba durante casi una hora cruzar el puesto fronterizo de las Chinamas hacia Guatemala, recordaba que el 20 de octubre pasado se reunieron los presidentes de Guatemala y Honduras con el presidente salvadoreño.

Dicha reunión fue en el puesto fronterizo de El Amatillo, entre El Salvador y Honduras, uno de los lugares de mayor tránsito de mercancías de Centroamérica.

El motivo  era   oficializar la incorporación de ese país al proceso de la Unión Aduanera (UA).

Una revista de negocios de El Salvador comentó que esta incorporación no será cosa fácil.

Concretamente, en palabras de la viceministra de Economía, se deben resolver más de 125 tareas, entre ellas la “adecuación de todos los sistemas informáticos, normativas legales y de procedimientos internos, cambios de horarios y adecuación de instalaciones”.

Se espera que para mediados del próximo año, El Salvador logre hacer su tarea e  incorporarse plenamente al proceso.

También debemos recordar que el principal instrumento que posibilita la utilización de la UA, la Factura y Declaración Única Centroamericana (FYDUCA) será de uso obligado para el comercio entre Guatemala y Honduras a partir de enero próximo, una herramienta electrónica que permite el pago anticipado de impuestos de ventas en Honduras e IVA en Guatemala y que la documentación de la compra/venta entre ambos países se registre, valide y apruebe antes de la llegada del camión a la frontera.

La utilización intensiva de la FYDUCA, instrumento desarrollado por la SIECA con asistencia técnica y financiera del Grupo del Banco Mundial, deberá coadyuvar a eliminar trámites y cuellos de botella en frontera, un ambiente propicio para la corrupción.

Aunque es un tema migratorio, también se espera que los turistas de los tres países podamos aprovechar el proceso y cruzar de una manera expedita las fronteras, con controles unificados, lo que evita el doble control físico.

Este procedimiento funciona desde hace algún tiempo entre Guatemala y El Salvador.

Seguramente que se deberá pensar en invertir en más ventanillas para los nacionales de los tres países y procedimientos más automatizados, incluso con perfiles de riesgo para evitar el control migratorio de personas que cruzan de manera frecuente y concentrarse en el paso de menores.

La realidad es que las personas que actúan fuera de la Ley no se preocupan por hacer una hora de espera y fila en el cruce fronterizo.

El reto ahora es para el sector privado. SAT y SAR  han optimizado las condiciones para hacer menos trámites y ninguno en frontera, ahora toca modernizarse y cumplir las nuevas reglas de negocio, y claro, tardar menos tiempo en Las Chinamas.