Economía

Financiamiento para microfanquicias

El fundamento de un negocio es ser autosustentable económicamente, o sea que debe ganar plata o no es negocio. El modelo de microfranquicias aplica exactamente el mismo principio, porque no tiene ningún sentido trabajar para perder dinero o depender de un subsidio que siendo un recurso finito, termine amenazando la permanencia de ese negocio más temprano que tarde.

La microfranquicia es un formato de negocio de baja inversión que está dirigido a generar desarrollo a través de la generación de empleos y autoempleos de calidad personas de pocos recursos económicos, permitiéndoles tener un ingreso digno para sostener a sus familias, pero que no debe confundirse con un programa de asistencia social o caridad.

Hoy, diversos proyectos de microfranquicias están naciendo en nuestro país con el apoyo de diversas instituciones, como el Ministerio de Economía y la Agencia de Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ). Si bien estos esfuerzos están dirigidos a brindar asistencia técnica y recursos para que los franquiciadores, los otorgantes de la franquicia, puedan hacer más accesibles los modelos de inversión para el franquiciado, la persona que adquiere la franquicia, este último siempre debe realizar una inversión que en promedio puede ir entre Q50 y Q160 mil, y si bien es un monto ciertamente bajo para montar un negocio, debemos tener en cuenta que para las personas a quienes están dirigidas las microfranquicias puede ser todo su patrimonio, y en muchas ocasiones no contar con esta cantidad.

Las entidades financieras tradicionalmente son bastante conservadoras en financiar proyectos de emprendimiento por el riesgo que suponen, de tal cuenta la tasa de colocación de créditos en esta línea son muy bajos. Por esta razón es que contar con programas de financiamiento formal específico por bancos y entidades financieras que reconozcan que un menor riesgo de un proyecto de microfranquicia comparado a un emprendimiento nuevo y que la oportunidad de captar negocio en un sector muy poco atendido, puede ser muy importante para esa institución de financiamiento.

Como mencioné antes, lo peor que puede suceder es que un negocio cuente con subsidios de donantes para la operación permanente, que harían artificial su viabilidad, ya que ese negocio debe generar utilidades o excedentes que le permitan autosustentarse y generar desarrollo a sus propietarios. En definitiva, se requieren fuentes de préstamos para la instalación del negocio a una tasa competitiva, ya que de poco sirve igualmente tener líneas de crédito a tasas tan altas que hagan que el emprendedor trabaje exclusivamente para pagar el préstamo y poniendo en riesgo la permanencia del negocio.

Hay avances importantes en este sentido. En Costa Rica, por ejemplo, un banco lanzará en mayo próximo un programa de créditos para la instalación de franquicias con un interés equivalente a la tasa pasiva; otros tres bancos están financiando con un interés competitivo de entre el 11% y el 15%. Las instituciones de cooperativas de crédito pueden jugar un factor diferenciador y trascendental en atender un mercado de población sensible, brindando oportunidades de invertir en negocios probados, a una tasa que vaya en relación a la disminución de ese riesgo. Esperemos todos que esto se logre muy pronto en Guatemala, para contar con un motor de generación de inversiones y empleos.

Mi comentario hoy para los emprendedores es que hay grandes esfuerzos para lograr préstamos con un bajo interés para poder invertir en una microfranquicia, muchas personas estamos trabajando en ello. Enhorabuena.

*Director General de Francorp

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