Economía

La interminable crisis de transporte marítimo obliga a cambiar los ciclos comerciales

La disrupción logística ha modificado la forma de brindar servicios y como consecuencia, las almacenadoras se han tenido que adaptar a las necesidades de los clientes.

El pico del año de carga no se reflejó en noviembre y diciembre como era lo tradicional, sino en agosto y septiembre del 2021. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

El pico del año de carga no se reflejó en noviembre y diciembre como era lo tradicional, sino en agosto y septiembre del 2021. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

La crisis de contenedores continúa durante el presente año, los puertos están saturados, los tiempos de entrega se han extendido, y pese a que se percibe cierta estabilidad en las tarifas, aún están altas.

Lo anterior, provocó un cambio en los ciclos comerciales de las empresas, y se debe a dos factores: el primero se refiere a la incertidumbre comercial derivada de la crisis logística, porque no se sabe qué costos tendrá la próxima compra; y luego, cuál será el precio de trasladarla, planteó Rodolfo Escobar, director de Central Almacenadora, S.A. (Cealsa), almacén fiscal que opera importaciones y exportaciones.

Previo a la crisis de contenedores, los ciclos de compra se basaban en las cosechas, pero hoy, si el importador tiene oportunidad de compra ya no importa la fecha. O sea que si el proveedor vende en enero, el empresario local compra porque no quiere llegar a la cosecha sin fertilizantes o  químicos, entre otros productos.

Por el lado de los exportadores, si hay oportunidad de espacio marítimo, también prefieren enviar sus productos y no esperar. Sin embargo, el proveedor también se está protegiendo y debido a que las materias primas están tardando en llegar, ya nadie se arriesga, analizó Escobar.

En un ciclo normal, se arrendaba una bodega, pero ahora, con los ciclos rotos, muchos tenían la bodega vacía y cuando venía la compra grande, no había espacio suficiente.

“Las empresas rompieron su flujo de caja comprando más, pero al venir los productos a Guatemala, al empresario no le urge pagar sus impuestos, y puede esperar un año, porque queda resguardado el producto sin contrato obligatorio fijo, sino por ocupación”, explicó Escobar.

Los servicios de almacenaje se adaptaron a las necesidades de los clientes por la crisis logística. (Foto Prensa Libre: Cortesía Cealsa)

Lento y caro

Federico Rölz, directivo de la Gremial de Bodegas adscrita a la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) agregó que ante esa disrupción logística, han observado que las empresas están planificando con mayor antelación cualquier requerimiento, tanto materia prima como producto terminado. Incluso, en lapsos de seis a ocho meses, para poder garantizar las entregas.

“En algunas industrias han cerrado sus pedidos hasta seis meses. para poder dar tiempo a la producción y a la demora en la cadena logística”, dijo. Pero además, los costos están subiendo y algunos han tenido que trasladarlos al consumidor final.

Por otro lado, las barreras de ingreso para un nuevo empresario son más altas porque los costos de transporte son ocho veces más caros que hace dos años. “La planificación oportuna es clave para no atrasarse”, refirió Rölz.

En el tema de almacenamiento el ejecutivo dijo que los asociados a la gremial han tenido que flexibilizar los espacios porque los empresarios buscan bodegas por las que no se pide un contrato a largo plazo.

“Los empresarios no tienen certeza de cuándo recibirán el producto y cuándo lo sacarán. Por lo tanto, es necesario brindar opciones de acuerdo con esos cambios”, concluyó.

Diversificación de proveedores

En opinión de Jorge Gómez, director ejecutivo del Comité de Exportación e Importación (Combex-Im) las empresas se han adaptado a estos cambios y analizan la manera de no verse limitados en inventarios.

Por lo tanto, se suma un tercer factor al cambio en los ciclos comerciales y es la necesidad de diversificar a los proveedores, en otros orígenes. “Un gran exportador guatemalteco asistió a una feria para buscar otros proveedores que tenían en Asia y en Brasil. Ahora están utilizando barcos de carga a granel y no solo de contenedores”, comentó.

La crisis de contenedores no tuvo repercusión en el transporte aéreo y mantuvo su comportamiento habitual. “Aunque hubo incremento de tarifas en el transporte aéreo y cambios en algunos itinerarios”, aclaró el directivo de Combex-Im.

Por otro lado, Gabriel Corrales, director general de APM Terminals, indicó que algunas líneas marítimas evitaron atracar en puertos que estuvieron suspendidos por el covid-19, y no se despacharon las cargas.

En tal sentido, el pico del año de carga no se reflejó en noviembre y diciembre como era lo tradicional, sino en agosto y septiembre, aprovechando los mejores precios internacionales ante el ambiente de temor, aparte de reservar inventarios para garantizarse el siguiente año.

Mencionó que desde el punto de vista logístico, hubo desórdenes que rompieron la secuencia de los barcos que llegan a Guatemala y hay acumulación de carga en otros puertos que venían para el país.

“Esta situación generó demoras para los importadores, desorden en la llegada de los barcos para poder recoger o dejar las cargas, y adicionalmente, en China había temores de que la producción se interrumpiera por la pandemia y por los problemas energéticos.

Reajuste llevará tiempo

En conclusión, la tendencia de la crisis logística continuará este año, porque se rompió en pedazos un reloj que caminaba muy bien, y reajustarlo no será sencillo: los puertos no se dan abasto, los tiempos de descarga se han ampliado y se ve difícil el regreso de los costos a niveles anterior, indican los expertos.

“En el primer semestre del 2024, quizá empiece a normalizarse, pero mientras tanto, debe reforzarse la calidad del servicio para poder apoyar más a los clientes, porque ahora el tiempo es un factor clave”, expresó Escobar.

Gómez, de Combex-Im, agregó que la crisis logística continuará y los precios seguirán altos durante el primer semestre del presente año. Y Corrales, de APM Terminals, dijo que no se trata de una falta de contenedores, sino que estos no estaban donde debían.

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