Economía

Microfranquicias, empleo y desarrollo

La microfranquicia es un modelo de negocio de baja inversión y operación simple que cuenta con el apoyo y estructura de un franquiciador y que proporciona a las personas base de la pirámide la oportunidad de invertir en un negocio probado, aumentando sus probabilidades de éxito y supervivencia al crear una fuente de autoempleo digna.

Precisamente la generación de autoempleos de calidad sustentables y su relación con varios índices de desarrollo humano constituye una de las principales motivaciones que ha llevado a construir y sumar esfuerzos entre varias instituciones para la implementación de una estrategia de microfranquicias regional que está en marcha en Centroamérica. Tengo el honor de ser parte del grupo que trabaja desde hace más de un año en la integración de este plan en Guatemala, Honduras y Costa Rica, y que en próximas fechas se estará lanzando en su difusión al público.

La microfranquicia responde a la necesidad de crear oportunidades de negocio que generen ingresos mínimos equivalentes en promedio a lo requerido al costo de la Canasta Básica Vital, que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, actualmente es de un poco más de Q6 mil mensuales para cubrir las necesidades de vivienda, alimentación, educación y transporte, entre otros, para una familia de 5.5 personas.

Es importante comprender que la microfranquicia no es un modelo de negocio de asistencia social, por lo que es mandatorio que el proyecto sea autosustentable económicamente para el franquiciador y el franquiciado; al final, esta formato tiene su base económica en los principios de mercado y si depende de asistencia o de donantes y subsidios haría que el proyecto fuese insostenible en el largo plazo, cosa que nadie desea. Por otro lado, la microfranquicia requiere de la operación personal y dedicada por parte del franquiciado, no admite inversionistas ausentes o, dicho de otra forma, el que la compra la opera.

Es necesario indicar que el sistema de microfranquicias no significa tomar un micronegocio y franquiciarlo, que sería francamente un desatino. Para franquiciar exitosamente se requiere que el franquiciador sea un negocio probado, ya que no se franquician ideas o proyectos, y es mandatorio que la empresa que se expanda cuente con infraestructura sólida, marca registrada, sistema de distribución y una operación comprobada y estable. El franquiciado realizará por otro lado una inversión que podrá ir en promedio desde los Q20 mil hasta los Q120 mil, dependiendo de cada modelo de negocio y que le permita emplearse a sí mismo o a su grupo familiar.

Finalmente, quiero compartir que luego de mucho análisis hemos llegado a la conclusión conceptual de que si bien el formato es la microfranquicia, no existe tal cosa como un microfranquiciado, así como no hay un microemprendedor, o un microempleado o una micropersona; micro es el formato de franquicia y la inversión que se requiere para el montaje del negocio. El franquiciado es un ser humano pleno con sueños y realizaciones plenas, así como el franquiciador tampoco puede ser micro o mini; o se es franquiciador o no. Esto, mas allá de un asunto de términos, conlleva que cualquiera que desee franquiciar asume los mismos compromisos y responsabilidades de cualquier franquicia y que cualquier emprendedor, independientemente de su origen o condición económica o limitaciones, es capaz de lograr sus objetivos personales a través de, ahora sí, una microfranquicia. *Director General de Francorp

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