Bandesa tenía como objetivo impulsar el desarrollo agrícola con el otorgamiento de créditos y préstamos a los pequeños y medianos productores y administraba fondos públicos. Sin embargo, por mala administración, fue objeto de estafas y varios de los beneficiarios de los préstamos incumplieron con la devolución de los recursos, que al final lo llevaron a la quiebra financiera.
A pesar que Bandesa tenía el apoyo estatal, las autoridades decidieron cambiar su composición. Por medio del decreto 57-97 que aprobó el Congreso, se dio la transformación de Bandesa a Banrural.
En todo ese proceso, Walter figuró como ideólogo del nuevo modelo. Una de las últimas acciones de Walter fue la penetración de Banrural en Honduras y las negociaciones a otras plazas.
El ejecutivo se desempeñó por varios años como asistente de la Gerencia de ese grupo financiero.