Placas de circulación en Guatemala y la cronología de las dificultades para adquirirlas desde el 2018
La SAT de Guatemala cambia su estrategia de licitación y opta por producir placas de vehículos con poliestireno, buscando asegurar abastecimiento, reducir costos y generar empleo local, luego de varias dificultades.

Después de utilizar placas de metal y, como solución temporal, placas plastificadas y de PVC, la SAT implementa a partir del 2024 el uso de poliestireno para la fabricación definitiva de placas de vehículos. Foto, Prensa Libre: Freepik)
Lo que originalmente comenzó como un plan provisional para la emisión de placas de vehículos, se ha convertido en el proceso principal de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) en Guatemala.
Armando Pokus, intendente de Atención al Cliente de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), explicó cómo el desabastecimiento de placas y la búsqueda de un proveedor adecuado desde 2018 ha sido un desafío para la superintendencia. Este largo proceso parece que llegó a una solución en 2024.
Pokus detalló que, al sacar a licitación los contratos para la impresión y fabricación de placas, se encontraron con diversos obstáculos. Entre ellos, la rescisión de contratos por parte de proveedores adjudicados y el incumplimiento de los requisitos establecidos por la junta calificadora, lo que impedía aprobar las adjudicaciones.
Por cada licitación para la compra de placas de vehículos, la SAT requiere de 30 personas para que levanten el proceso durante un mes.
En 2018, la SAT no pudo adjudicar la licitación para ese año, lo que dejó a la institución sin placas. Como solución temporal, se otorgaron placas provisionales en dos versiones: de papel plastificado y de PVC. Las primeras, que se deterioraban rápidamente tras un lavado o cualquier incidente, perdían la legibilidad de la información. Las segundas, aunque con una vida útil estimada de cinco años, todavía se usan hoy en algunos vehículos.
Se toma como referencia el 2018 porque marcó un cambio significativo en el proceso, fabricación y distribución de placas. No obstante, a partir de aquí, se analizan las licitaciones, adjudicaciones y entregas entre 2021 y 2024.
En cuatro años, seis licitaciones y una adjudicación
Aunque la SAT ha publicado varias licitaciones, en algunos casos no se ha podido concluir con éxito el proceso. Pokus destacó que, si bien algunos proveedores han incumplido con los requisitos, también ha habido ocasiones en las que la junta calificadora no ha aprobado las adjudicaciones por diversas razones.
El funcionario señala que, en ciertos casos, los servidores públicos encargados de adjudicar las licitaciones se han mostrado reacios a asumir la responsabilidad, debido a la presión que esto conlleva. Como resultado, el proceso de adquisición de placas de circulación se ha complicado aún más.
Además de las limitantes en cuanto a los detalles del proceso, es importante tener en cuenta ciertos aspectos de la Ley de Contrataciones del Estado, que establece lo siguiente:
- La adquisición debe ser adjudicada al oferente que presente la oferta más baja.
- Si un oferente incumple con lo estipulado, quedará inhabilitado para participar en licitaciones durante dos años.
- Para poder ser adjudicado, el proveedor debe estar inscrito en el Registro General de Adquisiciones del Estado (RGAE).
2021, año récord en licitaciones
En 2021, por ejemplo, el problema fue con el nombre de la empresa Trönnjes C. A. R. D. International, S. A. —que estaba registrado en el sistema como Tronnjes, ya que cuando la empresa se inscribió el sistema de la SAT no permitía caracteres especiales— este detalle provocó que la junta anulara la licitación, lo que retrasó aún más el proceso.

En junio de ese mismo año, se adjudicó la segunda licitación a la empresa mexicana Troquelados e Impresos S. A. por ser el único oferente, con un valor de Q39 millones 550 mil. Sin embargo, la junta calificadora no aprobó la adjudicación debido a que la empresa no presentó el certificado del Registro General de Adquisiciones del Estado (RGAE), requisito indispensable para participar en el proceso.

Finalmente, en diciembre, se lanzó la tercera licitación del año, por un monto de Q69 millones 999 mil 600, destinada a la compra de más de 1.6 millones de placas.
La adjudicación de la compra recayó en Troquelados e Impresos S. A., con un contrato de vigencia de 24 meses. Aunque se había previsto que las placas se entregaran de manera parcial, la empresa ha incumplido en varias ocasiones los plazos establecidos y la cantidad correspondiente en cada entrega.

El contrato debía finalizar a principios de 2024; sin embargo, el proveedor ha enfrentado retrasos, y la última entrega está prevista para marzo de 2025. Las autoridades de la SAT explican que, debido a estos incumplimientos, se vieron obligadas a aplicar cláusulas sancionadoras, lo que incluyó el pago de la fianza correspondiente.
2022, sin nuevas licitaciones
Después de la adjudicación en 2021, se decidió no realizar nuevas licitaciones en 2022, ya que el abastecimiento estaba cubierto por la compra realizada ese año.
2023, 1 licitación y fallida
En 2023, se intentó licitar la compra de más de 1.5 millones de placas para vehículos; sin embargo, la licitación no prosperó, ya que los dos proveedores GSI Guatemala, S. A. y Trönnjes C. A. R. D. International, S. A., los dos oferentes que participaron no presentaron la certificación del Registro General de Adquisiciones del Estado (RGAE).

2024: Un giro en la estrategia
En marzo de ese año se publicó la primera licitación para la compra de casi 2 millones de placas. Sin embargo, la junta calificadora no aprobó la adjudicación a la empresa GSI Guatemala, S. A., ya que consideraron que no presentaron el documento legal necesario que demostrara que eran filial de la empresa Talleres Unidos Mexicanos S. A., la cual sería la encargada de elaborar el producto.

Luego, en junio, se otorgó nuevamente la adjudicación a GSI Guatemala, S. A.. Sin embargo, en esta ocasión se determinó que la empresa contaba con el certificado del Registro General de Adquisiciones del Estado (RGAE), según licitación SAT-LI-28-2024.
Tras varios años de intentos fallidos, la entidad decidió buscar alternativas más creativas. Con esto las autoridades de la superintendencia tomaron decisiones más audaces para resolver el problema de manera definitiva.
A través de la colaboración con el Automóvil Club Guatemala las autoridades de la SAT se contactaron con el Real Automóvil Club de España (Race) a quienes pidieron recomendaciones y sugerencias sobre cómo trabajaban en España el tema de la elaboración de placas para vehículos. De ese acercamiento surge la idea de introducir el poliestireno como material para la fabricación de las placas.
Posteriormente, las autoridades de la SAT se ponen en contacto con Eddy Fernández, director del Taller Nacional de Grabados en Acero (Tnga), con quien ya habían trabajado las placas de PVC que se usaron como provisionales años atrás. Y concluyeron que el taller tenía la capacidad para trabajar el poliestireno.
Este cambio no solo permitirá agilizar la producción, sino que también dinamizará la economía local, al generar empleo en Guatemala y reducir la dependencia de proveedores extranjeros. Además, el uso de poliestireno permitirá producir más placas que los proveedores actuales, asegurando el abastecimiento de la SAT.
Pokus también destacó que, con esta nueva estrategia, los propietarios de vehículos podrán conservar su número de placa durante toda la vida útil de su vehículo, algo que no era posible cuando las placas se producían en el extranjero. Además el cambio en el proceso de fabricación de las placas tiene varias ventajas clave al ser en el propio país:
- Impacto económico positivo: El dinero invertido en la producción se quedará en Guatemala, beneficiando a la economía local.
- Generación de empleo: La producción de placas será gestionada por mano de obra guatemalteca.
- Mayor capacidad de producción: Se podrá producir una mayor cantidad de placas que con los proveedores internacionales.
- Durabilidad: Las placas fabricadas con poliestireno tendrán una vida útil superior a la de las placas de PVC, estimada en más de cinco años.
- Personalización: Los vehículos podrán tener placas personalizadas, como distintivos para vehículos eléctricos.
Precios y expectativas
Aún no se ha definido el precio final de las placas de poliestireno, pero la SAT estima que éste será considerablemente más bajo que el de las placas metálicas actualmente utilizadas. Para poner esto en perspectiva, en la última adjudicación de 2021, el costo de las placas para motos fue de Q24.50, mientras que las placas para vehículos se adquirieron por Q69.00.
El cambio a poliestireno no solo representa una reducción en los costos, sino que también permitirá un mayor control sobre la producción local, evitando la dependencia de proveedores internacionales y asegurando un suministro continuo.
El intendente reconoce que el ahorro en los costos de importación tendrá un impacto positivo en el presupuesto estatal, explica que aún desconocen el valor real, ya que hasta el año pasado solo se realizaron pruebas: "este año se definirá el costo de la materia prima y, adicionalmente, el costo de los servicios de impresión en el Taller Nacional de Grabados en Acero (Tnga)".
Sin embargo, en Guatecompras se encuentra que, el año pasado, se realizaron nueve compras por un total de Q809 mil 190 para la adquisición de materia prima para las placas del nuevo material, poliestireno.

Número de placa como identificación única del vehículo
Este cambio, explican las autoridades de la SAT, no solo mejora la durabilidad de las placas, sino que también optimiza el costo de producción y garantiza un ciclo de vida más largo para los vehículos, dado que los propietarios podrán conservar el mismo número de placa durante toda la vida útil del automóvil.
Anteriormente, esto no era posible, ya que las placas se fabricaban en el extranjero y no existía la capacidad para solicitarle al proveedor la reposición de un número específico.
Pokus explica que este es un plan que aún está en desarrollo, y aunque ya está sobre la mesa, se deben definir los mecanismos específicos. Con esta nueva estrategia, se espera que el proceso sea más sencillo, permitiendo que la placa se mantenga como una identificación única a lo largo de la vida útil del vehículo.
Garantía de abastecimiento
Hasta el 6 de enero de 2025, la SAT contaba con 88 mil 516 placas para motos y 84 mil 141 para vehículos. Esta cantidad cubre las necesidades de dos meses. Además, se espera la entrega de 75 mil 388 placas para motos y 31 mil 025 placas para vehículos a finales de enero, lo que garantiza el abastecimiento hasta junio de 2025.
Pokus destacó que, aunque algunos ciudadanos se han mostrado preocupados por la falta de placas de metal, no hay motivo de alarma. Aseguró que la SAT no enfrentará un desabastecimiento y que, aunque puede haber cierto deterioro de las placas con el tiempo, este será monitoreado y analizado conforme avance la producción.
Pokus invitó a la población a ser positiva con respecto a los cambios en la fabricación de placas, destacando que, aunque siempre puede haber algunos problemas de calidad, el proceso actual representa un avance significativo para garantizar el abastecimiento continuo y mejorar la producción local. "La SAT está comprometida a asegurar que los vehículos guatemaltecos cuenten con placas duraderas y a un costo más accesible para todos", concluyó.
Calidad del poliestireno
Aunque aún no existen estudios certificados por laboratorios independientes que validen la durabilidad de las nuevas placas de poliestireno, la SAT tiene altas expectativas sobre su rendimiento. El proceso de fabricación incluye una capa protectora de vinilo autoadhesivo que resguarda las placas de la exposición a rayos ultravioletas, lo que, según explican, les otorgará una mayor resistencia comparada con las placas de PVC utilizadas previamente.
Las placas de PVC que se emitieron en 2019, a pesar de haber estado expuestas durante seis años a diversas condiciones climáticas, han demostrado un buen nivel de conservación. Esto sugiere que las placas de poliestireno, con un proceso de fabricación más avanzado y protección adicional, deberían ofrecer una vida útil aún mayor, estimada en más de cinco años bajo condiciones normales de exposición, afirmaron las autoridades de la SAT.