Efectivo

Turismo de EE. UU. A CUBA

Cuando Fidel Castro tomó el poder en Cuba en 1959, decenas de viajes conectaban los aeropuertos de Miami y La Habana cada día; los hoteles lujosos y los clubes nocturnos de la capital cubana eran un destino común de los estadounidenses de clase media, como son los casinos de Las Vegas hoy en día.

LAS PLAYAS, como esta en las afueras de la ciudad de La Habana, son uno de los principales destinos que ofrece Cuba a los extranjeros.

LAS PLAYAS, como esta en las afueras de la ciudad de La Habana, son uno de los principales destinos que ofrece Cuba a los extranjeros.

Pero el embargo comercial que Estados Unidos impuso a Cuba en 1960 puso fin de forma abrupta a todo eso y creó una anomalía que desde hace tiempo representa un desafío.

Ahora esto está a punto de cambiar. En diciembre, el Gobierno de Barack Obama redujo las restricciones de viaje, marcando de ese modo el inicio del fin de la prohibición de viajar a Cuba y, muy posiblemente, el resurgimiento de un gran mercado para las compañías aéreas, cadenas de hoteles, empresas de alquiler de carros y otras.

¿Qué repercusión tendrán esos cambios en las regulaciones estadounidenses a corto y a largo plazo sobre los viajes a Cuba?

¿Qué otros cambios tendrán que realizarse antes de que Cuba vuelva a ser el principal destino de viajes del Caribe?

buenas y malas

La buena noticia para los turistas estadounidenses es que las nuevas regulaciones les permitirán visitar la isla por numerosas razones, entre ellas las visitas familiares, por motivos educativos y religiosos, sin que tengan que obtener de entrada un permiso especial del Gobierno estadounidense, tal y como se necesitaba hasta ahora.

Se pueden importar bienes cubanos por valor de hasta US$400 por persona cuando regresan a EE. UU., inclusive US$100 en puros y ron. El ciudadano estadounidense puede usar tarjetas de crédito y débito y las empresas pueden abrir cuentas en bancos cubanos e inscribir comerciantes.

La mala noticia es que continúa siendo ilegal para el ciudadano estadounidense visitar Cuba con el propósito exclusivo de disfrutar de una semana de sol y surf.

Combinación

La eliminación total de la prohibición de viajes a EE. UU. requiere la revocación, por parte del Congreso, de la Ley Helms-Burton, que extendió la aplicación territorial del embargo inicial a las empresas extranjeras que mantienen relaciones comerciales con Cuba y penalizó a las compañías extranjeras que supuestamente “traficaban” con propiedades que antes pertenecían a ciudadanos estadounidenses, pero que fueron confiscadas por el Gobierno cubano.

Suponiendo que el Congreso acabe rechazando la Ley Helms-Burton, ¿tiene Cuba el potencial para volver a ser el principal destino turístico de los estadounidenses?

Stephen Kobrin, profesor emérito de Gestión de Wharton, afirma que Cuba se beneficia de una combinación de ventajas: está geográficamente cerca de EE. UU., pero es un lugar exótico debido a la historia de su relación con este país.

En el transcurso de las últimas décadas, Cuba desarrolló un atractivo significativo en la mente de los turistas europeos y canadienses con presupuestos más moderados que se sienten atraídos por el espíritu del “turismo de aventura”.

“Cuando Cuba se abra y si lo hace, ¿contará con la suficiente infraestructura para hacer frente a la ola de turistas que exigen servicios más lujosos?”, se pregunta Kobrin.

Tomas Bilbao, director ejecutivo de Cuba Study Group, dice que el turismo en Cuba debería beneficiarse no solo de su proximidad con EE. UU., sino de su “afinidad cultural” con la comunidad hispana de ese país. Además de eso, Cuba “es uno de los lugares más seguros para el turista”.

Pero Bilbao observa que circular por Cuba puede ser un desafío. “Prácticamente no hay señales en las carreteras, hay baches enormes y la carretera central continúa inacabada”, señala.

No solo los servicios en muchos hoteles cubanos continúan muy por detrás de otras regiones del Caribe, el teléfono tampoco funciona, dice Bilbao.

“Aunque haya varios hoteles ‘cinco estrellas’ —la mayor parte de ellos gestionados por Sol Meliá, de España, con 26 hoteles en Cuba— “no hay el suficiente número de hoteles cinco estrellas para acomodar a una explosión de turistas americanos”, dice Hugo Cancio, consejero delegado de Fuego Enterprises de Miami.

Cancio advierte de que el sector turístico en otros países del Caribe no teme la posibilidad de una ola de turistas con destino a Cuba. En lugar de luchar contra la marea del resurgimiento de la isla, dice Cancio, las otras islas del Caribe deberían acoger a Cuba como socia en sus esfuerzos para promocionar el atractivo que tiene toda la región.

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