La actividad, que surgió para la diversión de los vecinos de la ciudad, consistía en que una persona con su respectivo burro tenían que correr en un circuito de dos kilómetros, que es lo que mide la calle principal de la localidad.
Rodas agregó que en los últimos años esta actividad había reportado un incremento en el número de participantes. “El año último compitieron 14 corredores con sus respectivos burros y este año se esperaba que el número se duplicara”, destacó.