Desde marzo, el Gobierno de Guatemala ordenó varias medidas para contener el virus, como la prohibición de concentraciones, que han golpeado a miles de pequeñas empresas, entre ellas la pastelería de Roberto, que vio suspendidos los de pedidos para festejos de cumpleaños y bodas.
“Un cliente me dijo que quería un pastel con diseño de coronavirusy me mandó una foto… La idea la plasmé en un pastel”, contó Roberto de León, sobre el origen de la tarta elaborada en su taller de repostería.
De León, de 30 años, utilizó sus destrezas para moldear el azúcar y le dio al detalle la forma del virus al pastel. Desde entonces, ha llegado a elaborar dos pasteles diarios para cumpleaños, e incluso para un aniversario de matrimonio.
“Lo que sacamos es para subsistir nada más”. Roberto de León, pastelero.
Los inusuales bizcochos se han convertido en una importante fuente para pagar las cuentas y mantener a flote la panadería, que se promociona en Instagram como Roberto’s Bakery.
“Lo que sacamos es para subsistir nada más”, lamenta el artista de la pastelería, que ansía el pronto fin de la crisis sanitaria.
“Yo anhelo que pase todo esto porque ya podríamos hacer pasteles más grandes”, agrega, aunque está consciente de que las restricciones sanitarias “van para largo”.