La calificación descendió siete puntos en comparación con la de agosto cuando quienes aprobaban por completo la actuación gubernamental representaban el 46%, y ha venido en picada desde abril —cuando habían transcurrido 15 días desde que se conociera el primer caso—, mes en que la aprobación llegó al 83%.
Además, el porcentaje entre quienes están “poco o nada de acuerdo” con el manejo de la crisis creció de agosto a septiembre de 18% a 24%. En total, el 61% de los entrevistados no le da una aprobación alta al gobernante y su manejo de la pandemia.
El contexto el que se desarrolló el estudio el mes pasado en cuanto a contagios y muertos por la enfermedad es muy parecido al de septiembre. Por ejemplo, este mes se registró un incremento de 20 mil 841 casos positivos y 640 fallecimientos por covid-19, y en agosto estos números habían subido en 27 mil 245 y 978, comparados con el mes anterior.
Motivos
Al hablar de las causas por las cuales no se le da una calificación más alta al mandatario, el 29% considera que el gobernante se decidió por una apertura muy rápida y descontrolada. En ese sentido el sexto estudio se desarrolló cuando el país ya tiene más de un mes desde que reabrió la mayoría de las actividades comerciales y los protocolos de prevención se manejan de acuerdo con el semáforo de alertas.
Entre otras causas, el 21% señala que las cifras son inconsistentes y los datos no son creíbles, el 29% que no apoya a los médicos ni a los hospitales, mientras que el 18% afirma que no apoya a las personas necesitadas.
Otras causas
El exviceministro de Salud Adrián Chavez considera que hay suficientes motivos para que los guatemaltecos no estén de acuerdo con la forma como se ha manejado la pandemia.
Para empezar el uso del tablero electrónico donde se registran el covid-19 se inició si haberse hecho una distribución equitativa de las pruebas en todos los municipios por lo cual se quedaron dudas sobre si estos fueron clasificados de forma adecuada.
Otro factor, añadió Chávez, es que el sistema de alertas se basa en la medición de indicadores que determinan el nivel de riesgo de la pandemia por municipio, pero no toma en cuenta parámetros sobre la capacidad institucional del sistema de Salud para dar respuesta a posibles brotes.
Chávez expuso que otro aspecto que puede sumar a la mala calificación que se hace del Gobierno es que “la brecha de pruebas se está reduciendo a expensas de las de antígeno” la que, por tener una sensibilidad limitada incrementa el riesgo de falsos negativos.
Esto, sumado a que hay indicios de que las pruebas de antígeno se hacen más a nivel privado que en el público, preocupa porque existe la posibilidad de que no se practiquen pruebas confirmatorias lo que ocasionaría no solo un subregistro de casos, sino que compromete la toma adecuada de decisiones.
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