En el caso de viviendas particulares, las recomendaciones están fijadas en la norma DSE-4, vigente desde el 2010.
Esas disposiciones, a diferencia de las RD-1 y 2, dirigidas a ingenieros y arquitectos en proyectos de gran envergadura, están enfocadas en técnicos de la construcción y maestros de obra, grupo que según Monzón se encarga de las dos terceras partes de las construcciones en el país, pese a tener conocimientos empíricos.
Los datos se dieron a conocer durante el seminario “Construcción segura ¿Estamos listos para otro terremoto?”, organizado por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
Materiales
Monzón agregó que aunque se intenta que se deje de utilizar el adobe y se sustituya por hierro y block, estos materiales tampoco cuentan con la certificación de calidad necesaria.
Esa falta de control en la producción de los materiales también representa una debilidad en las construcciones del país, agregó el profesional.
“El block en la provincia no está certificado y es imposible determinar su resistencia. Eso lo hace igual de vulnerable que el adobe”, explicó.
El secretario de la Conred, Alejandro Maldonado, afirmó que “con las técnicas de construcción adecuadas se espera reducir la vulnerabilidad sísmica”.