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Coronavirus: fin de cuarentena es esperanzador, pero las medidas de seguridad siguen en Wuhan

Guatemalteca en aquel país cuenta cómo, a pesar del levantamiento de la cuarentena, habitantes de esta provincia china comenzaron a movilizarse por las calles.

Celia Esquivel y su esposo Kaiming Lou salieron de su condominio luego de 75 días de confinamiento. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Celia Esquivel y su esposo Kaiming Lou salieron de su condominio luego de 75 días de confinamiento. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Las calles de Wuhan capital de la provincia de Hubei, China, comenzaron a tener vida de nuevo desde este 8 de abril cuando el gobierno decidió levantar las restricciones a la movilidad luego de 75 días de confinamiento para controlar la pandemia del coronavirus covid-19.

Aunque el fin de esta cuarentena supone un paso esperanzador para los habitantes de esta ciudad china, nadie baja la guardia y en el primer día de “libertad” después de más de dos meses aquellos que andaban en la calle lo hacían con mascarilla y respetaban el distanciamiento social, cuenta Celia Esquivel, una guatemalteca que vive en Wuhan desde hace 10 años.

Para Esquivel, retomar la normalidad no será algo que se alcanzará de la noche a la mañana, de hecho, retomar las actividades ha sido gradual desde el pasado 1 de abril cuando el gobierno autorizó que comenzaran a funcionar algunos negocios.

El miércoles, contó esta guatemalteca originaria de El Progreso, Jutiapa, se vieron más negocios abiertos, por ejemplo, algunos centros comerciales y restaurantes, la mayoría de estos solo atendía servicio para llevar y aquellos que ofrecían servicio de mesas desinfectaban las instalaciones cuidadosamente.

Celia Esquivel, guatemalteca en Wuhan, China.

“En las calles se ven jóvenes con su mascarilla puesta y siempre manteniendo la distancia y solo se sale si es necesario”, precisó Esquivel, al indicar que la población china no baja la guardia, a pesar de que fue declarado el fin de la cuarentena en Wuhan.

Incluso en los condominios, aunque las puertas han sido abiertas, en la entrada principal personal de salud chequea las condiciones de quienes entran.

Adatarse y tratar de retomar la normalidad también dependerá de cada familia. A la familia de Esquivel le costará un poco más porque, añade, su esposo trabaja en otra ciudad en la cual piden a todos las personas que lleguen de Wuhan permanecer 28 días en cuarentena al final de la cual deben hacerse la prueba de covid-19.

Hay que acatar medidas

 

Esquivel cuenta que las medidas de aislamiento fueron cruciales para detener la propagación del virus en todo el país.

Según las cifras oficiales, en la provincia de Hubei, de donde Wuhan es capital, se ha producido el 81 por ciento de los contagios de todo el país; 67 mil 803 de un total de 82, 809, lo cual confirma la efectividad de las medidas de confinamiento.

Un niño con mascarilla patina en la una de las calles de Wuhan en el primer día después de 75 de confinamieto. (Foto Prensa Libre: EFE)

 

Le preocupa Guatemala

Aunque la esperanza y con ello un poco de paz ha llegado a Wuhan, Esquivel no puede decir lo mismo, puesto que, como afirma, “una parte de mi corazón está en China y la otra en Guatemala”.

Al hacer un llamado a los guatemaltecos para que cumplan con las medidas dictadas por el gobierno, Esquivel asegura que “el éxito del control de la pandemia aquí -en China- ha sido escuchar las seguir las indicaciones gubernamentales, quedarnos en casa y usar mascarilla”.

Y agrega: “Yo invito a los guatemaltecos a que se queden en casa, esta enfermedad no es una broma. Países desarrollados como Estados Unidos ya llevan 400 mil casos y nuestro sistema de salud no está preparado para una crisis como esas. Podemos los guatemaltecos evitar una catástrofe como -ocurrió- en Ecuador Italia o China, pero debemos seguir las medidas de prevención”.

Lo que les dejó la cuarentena

 

La vida para los habitantes de Wuhan y posiblemente del mundo entero no será la misma después de esta crisis sanitaria; sin embargo, Esquivel trata de ver el cambio desde una perspectiva positiva puesto que, afirma, los 75 días de confinamiento le han enseñado a valorar cada detalle de la vida que antes no prestaba tanta atención.

lLas familias en Wuhan aprovecharon para salir y comer en la calle, después de mucho tiempo de no hacerlo. (Foto Prensa Libre: EFE))

 

“Nos quejamos del tráfico, del trabajo y no valoramos las cosas pequeñas de la vida como por ejemplo ir al parque, al supermercado a trabajar y tener la libertad de caminar en las calles”, relata.

Al mismo tiempo reflexiona sobre las cosas que extraña de Guatemala. En primer lugar, su familia, pero también la gastronomía, la cultura, los paisajes y el aire puro porque en China “hay mucha contaminación”.

A propósito de la Semana Santa, también echa de menos las procesiones y las actividades eclesiales en las cuales participaba puesto que en China estas fechas pasan desapercibida.

Aplicación

 

Otra de las virtudes que tuvo China para evitar la propagación de la enfermedad fue el uso de la tecnología.

Varios operarios con máscarillas trabajan en la línea de montaje de la planta de automóviles en Wuhan, China. (Foto Prensa Libre: EFE)

 

Esquivel cuenta que todos los ciudadanos y la mayoría de los extranjeros llevan un control estricto de su estado de salud en su teléfono celular, ya que en dos aplicaciones tienen que responder a diario un cuestionario de 15 preguntas al final de las cuales se les asigna un color: rojo, amarillo o azul.

Así, en todos los lugares a los que quieren ingresar, transporte público, supermercados o bancos, deben escanear el código QR y solo pueden entrar si tiene verde, si lleva amarillo o rojo debe tomarlas medidas para aislarse.

A través de sus redes sociales, de Chapina en China, tanto en Facebook, como en Instagram y YouTube, Esquivel ha publicado videos de entrevistas y momentos cruciales que ha vivido Wuhan durante esta pandemia.

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