Algunos fieles ni siquiera pudieron entrar en el templo, puesto que la fila, por momentos, se extendió por tres cuadras.
Alfonso Pérez llegó con su hijo Marlon, de 3 años, con quien viajó desde El Tejar, Chimaltenango.
“Aunque en la iglesia de mi pueblo también se puede llevar a los niños, no es lo mismo que venir hasta acá”, aseguró, con evidentes muestras de cansancio.
Elvira Marroquín llegó desde la zona 21, y aunque trabaja, expuso que pidió permiso para llevar al templo a su hija Noemí, de 2 años.
“Es cansado, pero no importa por las bendiciones que uno recibe de Dios todos los días”, aseguró, después de haber pagado Q35 por una fotografía tomada a su pequeña.
Organización
José Winter, encargado de relaciones públicas de la celebración, refirió que la actividad fue un éxito, sobre todo porque se mejoró la organización y se ordenó el ingreso de los feligreses en el templo.
“La entrada fue ordenada para los que querían apreciar el cuadro donde está la réplica de la Virgen de Guadalupe”, aseguró.
La procesión de la consagrada imagen también fue apreciada por miles de personas en el Centro Histórico. Durante la misa, celebrada en la Catedral, el arzobispo metropolitano Óscar Vian instó a los guatemaltecos a amar y venerar a la Madre de Cristo.