Comunitario

La fuerza del amor vence al cáncer

Hay amores que con  las dificultades se hacen más fuertes, ese es el caso de  César Solares y María Eugenia Barrientos, quienes en tres años festejarán sus bodas de oro.

María Eugenia  Barrientos y César Solares se sienten felices de estar juntos cada día. (Foto Prensa Libre: Ana Lucía Ola)

María Eugenia  Barrientos y César Solares se sienten felices de estar juntos cada día. (Foto Prensa Libre: Ana Lucía Ola)

Se casaron muy enamorados  el 16 de noviembre de 1969, después de un largo noviazgo, y como producto de su matrimonio  tienen tres hijos. Uno de ellos ya formó su hogar y les dio su primer nieto.

En estos 47 años  han enfrentado dificultades que han ayudado a fortalecer su matrimonio, una de ellas el cáncer.
Hace 14 años, a César le detectaron cáncer de próstata, un golpe duro para la familia.

Su esposa dejó de trabajar para cuidarlo y llevarlo a diario a las radioterapias, que se requerían para contener el padecimiento.   

Desde entonces ella ha sido su apoyo y su   enfermera, pues el tratamiento aún continúa.

Cuatro años después de que César fue diagnosticado, el cáncer atacó a Eugenia. Los médicos le detectaron un linfoma —una forma de tumor que afecta al sistema inmunológico—.

  Los papeles se invirtieron y fue César quien se dedicó a  cuidarla y llevarla a las  quimioterapias, pese a no estar del todo recuperado.

 “Fueron momentos realmente difíciles, pero si uno encuentra su apoyo no hay nada que no se supere”, aseguró Sheny —como le dicen a Eugenia—, mientras dirige sus ojos a César.

Enamorados

Sheny, de 68 años,  y César, 70, parecen novios, pues los abrazos, palabras de cariño e incluso  un tierno beso no faltan cuando están juntos… Aunque haya testigos.

“De ella, me cautivó todo su ser”, confesó César, mientras que  Sheny señaló que la voz de su esposo siempre la atrajo.
 
Una de las razones por las que  su  matrimonio ha  permanecido  con los años y pese a las dificultades es lo que aseguró Sheny: “Jamás nos hemos ido a la dormir sin antes limar las asperezas”,  consejo que le ha trasladado a sus tres hijos.
 
La mayor parte del tiempo la pasan solos en casa, y no desaprovechan la ocasión para conversar,  tener un cita en un café o salir a dar un paseo como cuando se enamoraron.

Debido a la enfermedad, han tenido que trabajar desde su casa. Se  dedican a elaborar pasteles. Mientras ella mide los ingredientes, él le ayuda a preparar las mezclas y a hornear.

“Siempre estamos juntos”, afimaron, y además son socios en el trabajo.

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.

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