Comunitario

Niños trabajan y estudian para alcanzar un mejor futuro

Por diversas circunstancias estos niños deben aportar al sostén de sus familias sin perder sus grandes metas de vida.

857 mil 937 niños trabajan en Guatemala y muchos han dejado de estudiar.

857 mil 937 niños trabajan en Guatemala y muchos han dejado de estudiar.

En Guatemala, 850 mil 937 niños trabajan, de los cuales cuatro de cada seis niños en área urbana son niñas trabajadoras. En total, dos millones 32 mil niños estudian primaria a nivel nacional.

Prensa Libre pudo documentar la situación y los anhelos de estos pequeños trabajadores que saben que la educación es el camino para construir sus sueños.

  • “Voy a ser un buen bombero”

Armando Gonzáles Morales, 11.
Estudia cuarto primaria.
Trabaja en  una venta de tacos.

Armando estudia cuarto primaria. Al salir de clases ayuda a su padre a preparar y despachar tacos mexicanos en una carretilla.
 
“Preparo los condimentos, ayudo a cocinar a mi papá, atiendo a los clientes, corto el pan y le echo lo que se cocine”, refirió.
 
Gonzáles sueña con ser bombero y planea ir a la universidad, le gusta su trabajo, pues quiere continuar con el negocio que su padre le ha enseñado.
 
“Trabajar duro y estudiar te hace una persona de bien”, manifestó Gonzáles.

  • Llegó desde Quiché para ser licenciado

Diego Alex Morales, de 12 años, vive solo en la capital desde hace un año.
 
Estudia quinto primaria los sábados en una escuela de la zona 1, con ayuda de una entidad no gubernamental.
 
Lustra zapatos en el Paseo de la Sexta, zona 1. Paga el alquiler de una habitación, en la zona 8 capitalina.

Con la ayuda de una oenegé, Diego obtuvo una caja de madera y accesorios para lustrar zapatos con la cual se gana la vida en la Sexta Avenida de la zona 1, a donde llega a las 6 horas y se retira a las 18.
 
Aunque hay días en que pierde la cuenta de los zapatos que lustra y otros en que sufre por la falta de clientes, no pierde la fuerza de voluntad  para hacer sus tareas y ayudar a  su madre que vive con tres hermanos pequeños en Chichicastenango, Quiché, de donde partió hace más de un año.
 
Morales tiene el anhelo de acudir a la universidad y convertirse en licenciado, aunque aún no decide en qué profesión.
 
Con las ganancias de los lustres,   Morales paga Q120 al mes para vivir en una habitación en la zona 8 capitalina.

  • Tortea junto a su madre

María Teresa Us, 11 años.
Estudia educación primaria.
Quiere ser enfermera.

A pesar del bullicio de los camiones y de las personas que descargan producto en el área de la tomatera en el mercado La Terminal, zona 9, María Teresa acude todos los días a una escuela del área, con el sueño de superarse en la vida.
 
Us es una niña tímida que por la tarde ayuda a su madre en una tortillería, en ese mercado, y durante la noche hace sus tareas. “Hago tortillas temprano, antes de ir a estudiar, al mediodía y en la noche”, comentó.
 
Una de sus metas es terminar la primaria, trabajar y ahorrar para seguir con sus estudios  en la universidad.
 
Us sueña con ser enfermera, pues no le gusta ver sufrir a la gente.
 
En la actualidad, 25 niños que trabajan en ese mercado y alrededores reciben educación del Programa Educativo del Niño y Adolescente Trabajador (Penat), que les provee útiles y lugares donde puedan recibir sus cursos.
 
Yeny Choco Chic, una de las maestras de Penat, refirió que a pesar que durante el incendio de 2015  se quemaron 25 computadoras e instalaciones, los niños son constantes en sus clases.

Penat tiene programas similares en los mercados San Martín, zona 6, y  Guarda, en la  zona 11.

  • “Ser maestro de básicos”

Isaí Benjamín Chan, de 11 años.
Estudia quinto primaria.
Su curso  favorito es matemáticas.

Isaí Benjamín y no titubea al relatar que junto a su madre trabaja en una venta de comida desde que tenía ocho para despachar gaseosas y servir alimentos, después de salir de la escuela en la zona 1.
 
A pesar de que su madre ha cambiado el puesto en varias ocasiones, debido a las malas ganancias, señaló que ahora se trasladó a otro sector, en la zona 1, donde poco a poco aumentan las ventas.

“Cuando sea grande quiero ser maestro de básicos. Quiero seguir estudiando y trabajando porque quiero ayudar a mi mamá”, refirió.

  • “Con lo que gano ayudo a mi papá”

María Cecilia Calel, de 9 años, estudia en una escuela ubicada en el mercado La Terminal, zona 9.
Al concluir sus clases, se dedica a la venta de rasuradoras, peines, dulces y cortauñas.
Sueña con ser  médico. Según su maestra, obtiene buenas notas.

La situación económica y las responsabilidades que afronta a diario Cecilia, no le impiden  sonreir, jugar muñecas y obtener buenas calificaciones en una escuela ubicada en el mercado La Terminal, del lado de la zona 9.
 
Cecilia es una niña muy segura cuando habla. A su escuela  llega todos los días a las 7 horas y al salir, vende de forma ambulante, junto a su madre, distintos productos en la línea férrea, zona 8, por donde también reside.
 
“Los fines de semana no trabajo y juego muñecas con mis amigas, con lo que gano ayudo a mi papá porque está enfermo y ya no puede trabajar, también me compro ropa”, refirió.
 

  • Obtiene buenas calificaciones

Ismael Martínez Solís, 10 años.
Estudia cuarto primaria en la zona 1
Vendedor ambulante de productos.

Ismael vende bancos, relojes y productos varios en la 6a. avenida y 18 calle de la zona 1.
 
La temporada fuerte, según él, es la Semana Santa, en especial  durante los recorridos de las procesiones, ya que vende los bancos y artículos alusivos a los cortejos procesionales.
 
“Un día que entré al aula los niños lo tenían rodeado, me asusté y  pensé que algo le había pasado, pero al acercarme vi que solo ofrecía su producto”, comentó una de sus maestras.
 
Agregó que es uno de los mejores estudiantes de la clase.

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