Ayer, los usuarios debieron usar picops, vehículos particulares, taxis y otros tipos de transporte para salir y retornar de sus labores.
Los autobuses permanecieron parqueados, mientras los usuarios se las ingeniaban para continuar con sus actividades.
La medida de hecho originó que padres de familia con sus hijos debieran caminar largas distancias para llevarlos a estudiar, o se transportaban en picops para evitar retrasos.
Atascos
La presencia de transporte emergente para movilizar a los usuarios causó embotellamiento en un entronque entre las colonias Granizo y El Amparo.
A las 6.30, hora en que comenzó a salir la mayoría de personas, fue cuando agentes de la Policía Nacional Civil tuvieron que intervenir para controlar el tránsito.
También autopatrullas y algunos autobuses de la Municipalidad colaboraron.
Picops, taxis y otros vehículos que prestaron el servicio de transporte cobraban Q5, Q10 y Q15 para hacer traslados al centro de la capital.
Pedro Moisés, vecino de la colonia Granizo, dijo que se dirigía a La Terminal, zona 4, a trabajar, pero la falta de autobuses lo había retrasado.
Explicó que le preocupa que algunos vehículos particulares les cobran Q5 y Q10 para hacer los traslados.
La estudiante Katerine Rodríguez dijo: “Estamos viviendo un momento crítico, pues muchas personas se aprovechan para cobrar, y todos salimos afectados”.
Añadió que le preocupan las personas de la tercera edad, pues se arriesgaban al abordar vehículos en los que ponen en riesgo su vida. “Muchos de ellos salen por necesidad”, dijo.
Mistin Hernández, otra usuaria, explicó que llevaba a su hijo al colegio, pero al ver el desorden que había a las 7 horas y el riesgo que corría al subirse a cualquier vehículo, llamó a un familiar para que los trasladara.
Temor
Los autobuses de las rutas 36 y 37 paralizaron el servicio desde el lunes último a las 15 horas, y desde ese día los usuarios afrontan dificultades para transportarse.
Los conductores decidieron suspender labores debido al temor de ser atacados por pandilleros.
Otro hecho que los obligó a paralizar es que el domingo recién pasado fue herido de bala el piloto de la ruta 37 Carlos Enrique Marroquín de León, de 39 años, en la 11 avenida y 37 calle, zona 8.
A raíz de este ataque, comentaron algunos pilotos, arreciaron los mensajes amenazantes, y dejaron de trabajar pues no confían en que la Policía les brinde seguridad.
En el 2014, los conductores de esa ruta suspendieron labores ocho veces, de acuerdo con la información de la Policía, debido al asedio de pandilleros.