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Selva petenera muere sin que nadie haga nada

Incendios forestales  consumen más terreno del que las autoridades pueden atender;   invasiones y crimen organizado agravan esta realidad.

La mayoría de incendios forestales son provocados por las personas que usurpan el parque Laguna del Tigre y que intentan apropiarse de grandes extensiones de tierra. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

La mayoría de incendios forestales son provocados por las personas que usurpan el parque Laguna del Tigre y que intentan apropiarse de grandes extensiones de tierra. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Desde la alerta de los incendios en marzo pasado  al momento en que usted lee  este reportaje se han quemado 30 mil hectáreas de selva en Petén. Ese espacio equivale a  un área  seis  veces el tamaño del  municipio de Santa Catarina Pinula.

El fuego es apenas uno de varios problemas que afronta la Biósfera Maya: comunidades enteras invaden su territorio y el crimen organizado acapara grandes extensiones de tierra.

En los últimos 33 años —de 1984 a 2017— el Parque Nacional Laguna del Tigre perdió 34 por ciento de su cobertura vegetal. A este paso, en tres décadas desaparecerá el parque como hoy se conoce. O peor, de conjugarse lo anterior con el  fenómeno El Niño, hay pronósticos de que el parque se consuma en un año.

Los datos de pérdida forestal son elaborados por el Centro de Monitoreo y Evaluación (Cemec) del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), con base a los datos gratuitos de satélites de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (Nasa, en inglés) y la Agencia Espacial Europea (ESA, en inglés), entidades que avalan el trabajo efectuado por el Cemec.

El análisis técnico de la información obtenida de los satélites permite  dimensionar de una forma más real la problemática de los incendios forestales que afectan al parque nacional Laguna del Tigre, pues la pérdida no solo es de bosques, sino de los humedales, llanuras y las  zonas agropecuarias que muestran cierta regeneración natural.

Pero lo que más preocupa a los expertos es que si el ritmo de destrucción continúa, el parque Laguna del Tigre tendrá alrededor de 30 o 35 años más antes de estar totalmente deforestado.

La zona vista desde el aire es desalentadora. Mientras lee estas líneas, el fuego continúa.

Criterios Distintos

Datos del Sistema Nacional de Prevención y Control de Incendios Forestales (Sipecif), muestran que hasta el 27 de abril en Petén ocurrieron 52 incendios forestales y la pérdida ascendía a 2 mil 223 hectáreas,  sin contar el pavoroso incendio ocurrido en Laguna del Tigre que, según los datos estimados, habría consumido unas mil 300 hectáreas. La diferencia entre los datos de Sipecif y Cemec es de 27 mil 477 hectáreas.

Al respecto, Jimmy Navarro, director del Sipecif, dice que “esta información es un sistema de alerta temprana para detectar los puntos de calor, lo que nos queda es hacer los monitoreos correspondientes y determinar si en verdad hubo un incendio forestal”.

Navarro agregó que esta información no puede tomarse como “cien por ciento real hasta que no haya sido monitoreada en campo”, pese a ello reconoció que muchas veces se encuentran cicatrices de incendios en las áreas que fueron marcadas y para hacer un correcto control también influye el tema de los recursos.

Víctor Hugo Ramos, asesor del Cemec, explicó que los datos que ellos obtienen de los satélites no pueden ser manipulados, ya que estos son controlados directamente por la Nasa y la ESA.

Ramos también destacó que los datos son validados por técnicos de estas agencias internacionales  pues mantienen un frecuente contacto con ellos, y reciben información que aplican a los diferentes estudios que efectúan en el Centro.

Cuando se le consultó a Navarro si el Sipecif no intentaba minimizar el problema de los incendios, respondió que “no” y aseguró que en este momento se está en proceso de control y no puede requerir datos puntales cuando el personal está en otras tareas.

“En la temporada de prevención, evaluamos esos datos y verificamos que pasó, intentamos monitorear las áreas, no del 100 por ciento porque por el presupuesto no tenemos capacidad, pero sí en ciertos puntos”, dijo.

Tierra sin ley

Prensa Libre hizo un sobrevuelo en el Parque Nacional Laguna del Tigre y constató varias situaciones que afectan  la biodiversidad del lugar, además de los incendios forestales, que en esa ocasión sumaban más de una docena los que estaban activos.

El sobrevuelo inició en las comunidades de Paso Caballos, las cuales  están asentadas de forma legal, y donde es visible el uso agrícola de las tierras entregadas a familias campesinas.

Más adelante, a pocos kilómetros  del biotopo  de Laguna del Tigre, se encuentran varias comunidades invasoras, muy cerca del lugar donde están asentados hay varios incendios forestales fuera de control y que arrasan principalmente con humedales y bosque.

Varios kilómetros al suroeste de estas comunidades es notoria la destrucción que causaron las llamas en la zona arqueológica  El Peruito. Según el Ministerio de Cultura, algunas estructuras fueron saqueadas antes de que comenzara el incendio y las llamas habrían debilitado las estructuras y causado daño irreversible al patrimonio cultural.

Mientras se recorría el biotopo y zonas  al norte del parque se evidenciaba la destrucción causada por incendios anteriores. Estas  cicatrices  dan paso a  terrenos en forma de fincas ganaderas y casas que aparentemente forman pequeñas comunidades.

Llama la atención,  en muchos de estos terrenos,  dos cosas: primero, en las comunidades no se  observan plantaciones agrícolas, no hay señales de siembras de maíz o frijol, y segundo, en las supuestas fincas ganaderas, que incluso están circuladas con alambre de púas, no tienen ganado. Decenas de estos terrenos parecen estar acaparados sin tener algún uso.

La ley califica como un delito la acción de ingresar y asentarse en un área protegida, e incluso quienes lo hacen pueden ser castigados con prisión de cuatro a ocho años. A pesar de que la legislación está a favor del Estado, los desalojos no se hacen de forma inmediata porque debe  abrirse una demanda penal o civil, y en esto el Estado se muestra débil para proceder.

El recorrido continuó y a pocos kilómetros de la zona fronteriza con México, se observa una casa de bloc en medio de la nada, pistas clandestinas de al menos dos kilómetros de longitud y 250 metros de ancho, y restos de aviones abandonados.

La casa   a la orilla del Río Escondido está circulada, pese a no haber nada en kilómetros al rededor y con un muelle de ingreso.

Más adelante  cuatro pistas de aterrizaje, una de ellas parece estar  en funcionamiento debido a sus condiciones, y cerca de ahí, restos de aviones que fueron abandonados. En los alrededores de esos lugares la situación era la misma, incendios y tierras acaparadas.

La selva de  Laguna del Tigre es destruida lentamente, las autoridades hacen poco para solventar la situación. Pese a todo hay  esfuerzos para salvar el bosque  en peligro, las concesiones.

Urgen crear estrategias

Lenta pero inexorablemente avanza la destrucción  del Parque Nacional Laguna del Tigre, el Biotopo Río Escondido y el Triángulo de Candelaria, más de 350 mil hectáreas —territorio mayor que el departamento de Jutiapa—   que sucumben al paso de la agrocriminalidad.

Las principales amenazas para el área son  deforestación, incendios, ganadería extensiva y la ingobernabilidad. El grupo ambientalista Wildlife Conservation Society (WCS Guatemala) señaló que  Laguna del Tigre “está en camino de ser tierra destruida, desertificada, con sus humedales desecados y sus sitios de patrimonio cultural destruidos. Sus poblaciones de jaguares, jabalí, tapir y guacamaya han sido seriamente diezmadas”.

La organización aseguró que es “urgente” comenzar un proyecto entre las comunidades del área, el Estado,  entidades ambientalistas y donantes, para promover un modelo sostenible que atienda las necesidades de los campesinos  y que, juntos,   se recuperen la integridad ambiental del área”.

La situación se agrava por la ingobernabilidad, situación que Prensa Libre pudo corroborar en un recorrido por el área, donde es evidente la usurpación de tierra y la acción del crimen organizado.

No es solo en el norte

  • Problemática de incendios afecta a todo el país.
  • Hasta el 27 de abril último habían reportado en todo el país, menos Petén, 533 incendios y otros 11 estaban activos.
  • Los siniestros que ya habían sido controlados afectaron nueve mil 117 hectáreas de bosques en 19 departamentos.
  • Los departamentos  más afectados, después de Petén, son Chiquimula y Baja Verapaz.

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