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Sin Pfizer y Moderna, vacunar contra el covid-19 a mujeres embarazadas se complica

La vacunación contra el covid-19 en mujeres embarazadas comenzó la primera semana de agosto, la cobertura a este grupo de población va lenta, mientras hay escasez de dosis para ellas.

En Guatemala la vacunación de mujeres embarazadas contra el covid-19 comenzó el 2 de agosto, poco se a avanzado en cubrir a esta población. (Foto Prensa Libre: EFE)

En Guatemala la vacunación de mujeres embarazadas contra el covid-19 comenzó el 2 de agosto, poco se a avanzado en cubrir a esta población. (Foto Prensa Libre: EFE)

Las embarazadas están entre los grupos vulnerables al contagio del covid-19, aun así, en Guatemala solo 22 mil 228 habían sido vacunadas contra la enfermedad, dato oficial al 14 de octubre pasado. De este grupo el 0.03 por ciento son menores entre los 12 y 17 años.

El peligro que corren las mujeres en período de gestación ante la infección del coronavirus es mayor al de las demás personas. Si enferman tienen mayor riesgo de desarrollar síntomas graves.

Un reporte de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (Flasog) señala que comparado con población no obstétrica las probabilidades de que necesiten cuidados intensivos se triplican, de requerir ventilación mecánica es 2.9 veces más elevado.

La posibilidad de dar a luz antes de tiempo es mayor, y el riesgo de mortalidad en ellas es del 70 por ciento. Es una amenaza contra dos vidas: madre e hijo.

Sin embargo, la inmunización de este grupo de población se complica. El lineamiento del Ministerio de Salud especifica el uso de Moderna y de Pfizer para las embarazadas mayores de edad a partir del cuarto mes de embarazo, pero hay escases de dosis.

En el área de Salud Guatemala Central, por ejemplo, se suspendió inocular con estas marcas. Desde el fin de semana se agotó Pfizer, y Moderna solo hay para segundas dosis, dijo el director Augusto Alfonso Contreras.

Se llegó a este punto luego de que se abriera la vacunación a los adolescentes entre 12 y 17 años, más allá de quienes tenían factores de riesgo, que eran la prioridad. Pero como ha sucedido antes, los lineamientos no se cumplieron.

El lunes Diana Sierra, coordinadora del Programa de Inmunizaciones, detalló en el Congreso de la República que en el Centro Nacional de Biológicos tenían 93 mil 574 dosis de Moderna para completar esquemas de vacunación, y solo 500 de Pfizer para primeras dosis.

Por ahora, ni las embarazadas ni los adolescentes podrían ser vacunados con ambas marcas hasta que ingresen nuevos lotes.

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De Moderna se desconoce si arribará al país otro cargamento, de Pfizer se espera que vengan 2.5 millones de dosis a través del Mecanismo Covax, cantidad que el presidente Alejandro Giammattei aseguró estarían en suelo guatemalteco el pasado 15 de octubre, lo que no ocurrió. El ministro de Salud, Francisco Coma, rectificó que podría llegar en noviembre, sin precisar día.

La opción que queda para las embarazadas mayores de edad es AstraZeneca, la otra vacuna que según los lineamientos de Salud está aprobada. Sierra señaló que había disponible 298 mil 190 dosis de esa marca.

Pero habría unas 25 mil niñas y adolescentes embarazadas entre los 12 y 17 años para quienes las dosis de AstraZeneca no son opción, por su edad deben recibir Pfizer.

Zulma Calderón, defensora de la Salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos, señala que el abordaje de inmunizar a mujeres embarazadas ha sido “muy débil” desde el comienzo del plan de vacunación. La falta de disponibilidad de las vacunas es uno de los fatores que perjudica la cobertura de esta población.

“El mayor riesgo es que se está utilizando marcas específicas para vacunarlas, pero seguimos sin conocer la fecha del ingreso de estas vacunas al país”, indica Calderón.

A criterio de Mirna Montenegro, del Observatorio en salud Sexual y Reproductiva (Osar), el Ministerio de Salud no tiene la proyección de a cuántas embarazadas debe vacunar, y cuántas de estas son adolescentes.

“No es una prioridad (vacunarlas). Es necesario adecuar y actualizar el plan de vacunación, estableciendo grupos prioritarios y su cobertura”, indica Montenegro, para lo cual el ministerio debería tener claridad de cuánta población alcanzar, pues las dosis deben estar disponibles no solo para las embarazadas, también para puérperas (posparto) y lactantes.

De acuerdo con la doctora Nipunie Rajapakse, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, estudios han demostrado que las mujeres embarazadas pueden transmitir anticuerpos, por vacunación, a los bebés. Esto puede ocurrir a través de la sangre del cordón umbilical -antes del parto-, como por la lactancia materna. Por ello, es importante inyectarlas contra el coronavirus.

Números contradictorios

“Las embarazadas son vulnerables al covid-19, la respuesta inmunológica está disminuida para hacer frente a la infección, por esa razón son susceptibles a presentar complicaciones”, dice Montenegro.

Esas complicaciones pueden costarle la vida. Hasta el 30 de septiembre el Osar contabilizaba 95 muertes maternas por covid-19 al 30 de septiembre. Es Quetzaltenango el departamento que más decesos registra entre este grupo poblacional, con 13 en total, seguido de Guatemala y Huehuetenango, con 11 casos cada uno, Escuintla con 10 y Petén, 9.

Esos números distan de los que el Ministerio de Salud tiene como dato oficial. Al 2 de octubre reportaba 13 decesos de embarazadas por covid-19.

Pero tampoco encaja con las muertes maternas que el director del área de Salud de Escuintla aseveró a medios locales habían ocurrido solo en ese departamento. Al 7 de octubre el médico señaló que eran 13 casos.

El reto es la provincia

En provincia es donde se registra la mayor cantidad de embarazos en adolescentes. En Huehuetenango al 31 de agosto eran 9 mil 574, en Alta Verapaz se contaban 7 mil 724, en Quiché había 6 mil 353, mientras que 5 mil 359 en San Marcos y 4 mil 628 en Petén, los cinco departamentos con la mayor cantidad de casos este año.

A criterio de Silvia Xinico, de la Alianza Nacional de Organizaciones de Mujeres Indígenas por la Salud Reproductiva (Alianmisar), el proceso de vacunación de mujeres embarazadas en los municipios es lento y la afluencia baja.

Las razones son diversas, pasa por la falta de implementación de estrategias de comunicación para informar y orientar a las gestantes sobre la vacunación, su importancia y sus beneficios.

“No hay promoción de mensajes en español mucho menos en idiomas locales, hay poca accesibilidad de las mujeres para acudir a un servicio de salud, lo que implica salir de madruga y caminar varias horas para llegar al servicio con el riesgo de que al llegar al centro de salud no haya disponibilidad de la vacuna”, indica Xinico.

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Montenegro refiere que las comadronas, que ya se vacunaron, pueden ser las mejores comunicadoras para incrementar la aceptación y demanda de las dosis, y los mensajes también deben estar dirigidos a las parejas de las futuras madres y a las familias.

En el caso de las niñas y adolescentes embarazadas se debe considerar que la decisión de vacunarse la toman los adultos, que puede ser un grupo difícil de convencer, pues los lineamientos de Salud indican que ellas deben llegar a los centros acompañadas por alguno de sus padres o bien el tutor legal para recibir las dosis.

A Alianmisar le preocupa que el proceso de vacunación hacia las embarazadas sea lento, como también el que no haya dosis suficientes de la vacuna anticovid. Para la organización es necesario que los servicios de salud programen jornadas móviles coordinadas con las municipalidades en las comunidades, implementar brigadas itinerantes para cubrir a poblaciones indígenas y rurales, acción que debe coordinarse con las autoridades locales.

Sin cambios de fondo

Si bien la fase de vacunación contra el coronavirus a los menores entre 12 y 17 años se abrió durante la gestión del doctor Francisco Coma como ministro de Salud -asumió el pasado 16 de septiembre-, y se tiene la Ley de emergencia nacional para la atención de la pandemia covid-19, Montenegro menciona que no se ven cambios efectivos en la cartera, la falta de personal como de insumos en las áreas de Salud persiste, como la baja cobertura de programas esenciales, entre ellos, la vacunación infantil.

Calderón señala que tras la salida de la doctora Amelia Flores del Ministerio de Salud, quien tenía la mayor capacidad para asumir el reto como titular de la cartera era Coma.

A un mes de haber asumido el cargo, considera que es corto el tiempo para hablar de avances en su gestión. Él se ha “centrado en resolver situaciones urgentes”, dice, sobre todo la crisis que dejó Flores relacionada al tema de adquisición de las vacunas contra el covid-19.

 

 

 

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.