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Opinión: ¿Por qué una estrategia nacional del inglés es necesaria para la inserción laboral?

Implementar una estrategia de inglés bien cimentada permitirá que más guatemaltecos puedan optar a plazas de trabajo con remuneración más alta.

Los guatemaltecos con alto dominio del idioma inglés tienen más posibilidades de conseguir empleos en sectores como BPO. (Foto Prensa Libre: Freepik)

Los guatemaltecos con alto dominio del idioma inglés tienen más posibilidades de conseguir empleos en sectores como BPO. (Foto Prensa Libre: Freepik)

El dominio del inglés puede traer importantes oportunidades laborales para los jóvenes. En un estudio reciente, encontramos que aquellos sectores económicos que tienen una alta demanda de empleados que hablen inglés, como el sector BPO (subcontratación de procesos de negocios, o business process outsourcing en inglés) donde el 82% de los puestos requieren conocimiento del idioma, también muchas veces pagan un salario más digno. En el caso del sector BPO en Guatemala, es un 60% por encima del salario mínimo. Sin embargo, estas oportunidades no son accesibles a todos los jóvenes del país, en gran parte porque no tienen el dominio requerido del idioma inglés para cualificar para esos trabajos, a pesar de la demanda creciente de trabajadores que experimenta el sector.

Las soluciones que realmente pueden impactar esta realidad son complejas y multisectoriales. Requieren de la participación del Ministerio de Educación, el Ministerio del Trabajo y el Ministerio de Economía en colaboración con el sector empresarial para diseñar e implementar respuestas ambiciosas que ofrezcan mejoreres oportunidades laborales para jóvenes guatemaltecos. Una estrategia para el fortalecimiento de la enseñanza del idioma inglés en el país es una herramienta ideal para articular dichos esfuerzos, movilizar recursos, definir objetivos y líneas de acción, y cuantificar métricas para medir el progreso hacia las metas establecidas.

La implementación de una estrategia nacional para el inglés no es ajena a la región, donde países como Chile, Costa Rica, Colombia y Perú han aprobado estrategias nacionales para el aprendizaje de la lengua inglesa. Esas estrategias incluyen también aspectos fundamentales para vincular los aprendizajes adquiridos con oportunidades en el mercado laboral. Por ejemplo, la estrategia de Chile, “Inglés Abre Puertas,” se vincula con el sistema de educación técnica y el marco nacional de cualificaciones que incluye competencias de inglés para varias especialidades técnicas. En Colombia, dentro del Sistema Nacional de Aprendizajes (SENA) existen mesas sectoriales para cada sector que vinculan a los empleadores, al gobierno y a las instituciones educativas, a fin de determinar con exactitud qué nivel y cuáles conocimientos de inglés debería enseñarse y cómo.

Estas estrategias no son balas de plata, y nuestras investigaciones sobre el aprendizaje del inglés en los países mencionados indican que hay todavía retos importantes. Sin embargo, estos documentos, en su mejor forma, describen acciones decisivas para mejorar el dominio del inglés en un país y establecen las responsabilidades de distintos actores para su implementación. Ponen en blanco y negro el qué, el cómo, el quién y cuándo se alcanza el objetivo de fortalecimiento del aprendizaje del inglés.

En el caso de Guatemala, una estrategia nacional de inglés para la inserción laboral debe presentar una visión consensuada sobre los logros a los que el país aspira en esta materia. Para lograr ese resultado, la estrategia tiene que definir los conocimientos y destrezas mínimas para los estudiantes egresados del nivel diversificado, desarrollados en base a las habilidades lingüísticas demandadas por el mercado laboral. Estos estándares deben alinearse con el CNB existente y el inglés que los estudiantes adquieren en la educación básica, aunque en ciertos casos puede ser necesario expandir la carga horaria para la enseñanza del inglés.

Además, debe contar con metas concretas y realistas para determinar el progreso hacia los objetivos finales y los procesos de evaluación para medir los avances intermedios. Una estrategia también requiere identificar los programas y políticas públicas que se desarrollarán para lograr esos objetivos, incluyendo el apoyo para docentes de inglés y la implementación de respuestas alternativas como el uso de tecnología para reforzar los aprendizajes y abordar brechas existentes en el corto plazo.

Para cada una de estas dimensiones, hay que definir los actores responsables por su implementación y los recursos con los que contarán para hacer ese trabajo. Además, ya que el sector privado ofrece el 80% de la oferta de la educación diversificada, es clave que esta estrategia sea una propuesta, no solamente para las escuelas públicas sino para todo el sistema educativo.

Quiero ser clara: el desarrollo de esta estrategia por sí sola no transformará el aprendizaje del inglés para la inserción laboral en Guatemala. Ese es una labor de muchos años que implica la colaboración sostenida de múltiples actores. Lo que una estrategia ofrece es una hoja de ruta para que esta transformación ocurra.

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