Guatemala

Blanca Stalling y una peluca: cuando falla la cadena de custodia

La desaparición de una peluca con la que fue detenida la magistrada Blanca Stalling refleja una falencia en la cadena de custodia, por risible e insignificante que parezca esta evidencia, según expertos.

Esta foto fue tomada cuando la magistrada Blanca Stalling fue detenida en una abarrotería de la zona 9.

Esta foto fue tomada cuando la magistrada Blanca Stalling fue detenida en una abarrotería de la zona 9.

La magistrada ha negado el uso de un peluquín. “Probablemente sea un montaje, usted sabe son muy fáciles de hacer”, dijo Stalling este jueves a periodistas, antes de comparecer ante el Juzgado Séptimo, que la ligó a proceso por tráfico de influencias y la envió a prisión.
 
“El parte policial no es prueba, esa peluca no existe”, esgrimió la noche del miércoles Marco Antonio Rossell, abogado de Stalling.
 
Medios de comunicación publicaron fotos y video donde se ve a Stalling con un peluquín al momento de ser arrestada en la zona 9, en cumplimiento de la orden judicial.


El jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (Feci), Juan Francisco Sandoval, dijo hoy al respecto: “Sorpresivamente estoy viendo los oficios de consignación de la Policía Nacional Civil en donde consta la incautación de un arma de fuego y de otros objetos, no consigna lo atinente a una peluca”.
 
Además de la peluca, no aparece el celular que llevaba la magistrada. “El aparato telefónico que ella -Stalling- utilizaba, que podría ser de utilidad en una investigación, fue devuelto a la abogada de la magistrada. Son cuestiones que tendrá que explicar el funcionario que se hizo cargo de la detención de ella”, dijo Sandoval.

Consultada la fiscal General, Thelma Aldana, manifestó desconocer el paradero de la peluca y el teléfono celular de la magistrada Stalling.

La cadena de custodia

El hecho que la peluca no aparezca, dicen abogados consultados por Prensa Libre, es una falla en el resguardo de la evidencia.


“Aunque sea la evidencia más irrelevante, eso lo define el juez, no el fiscal, ni el policía, por lo tanto debe resguardarse todo”, explica el penalista Estuardo Oliva.

El problema de fondo es que no hay un protocolo definido en la antesala del procedimiento de ejecutar una orden de captura. “La pérdida de la peluca pone de manifiesto la improvisación”, señala Oliva.

“Si el Ministerio Público o la PNC dice que la detenida tenía peluca, debe presentarla. Si no aparece, no existe en el universo jurídico, por lo tanto, no puede alegarse ni presumirse, ni siquiera mencionarse”, resume el abogado César Calderón.

La peluca no es determinante, puede utilizarla cualquier persona. Si estaba en la calle, entonces la sindicada no se escondía, estaba en una tienda y esto puede favorecerla, en lugar de perjudicarla, analiza el defensor.

“Si esa peluca apareciera con posterioridad tampoco tendría valor porque no existió en la cadena de custodia. Debieron haberla embalado”, expone Calderón, quien coincide con Oliva en que tanto la Policía como el MP tienen el adiestramiento necesario para fortalecer la cadena de custodia.

“Es lamentable que no podamos ver una vez más la peluca”, bromea el penalista David Pineda, que luego añade: “Es relevante –la peluca- si la fiscalía asegura en el juzgado que Stalling fue capturada con una peluca porque entonces tienen que probarlo, especialmente si intentan sustentar que ella obstruía su captura al usarla”, agrega.

El abogado Wilve Salazar difiere si era necesaria  una cadena de custodia para la peluca, si es que esta no es parte de los indicios por los que Stalling fue capturada.
 
“Para acreditar el peligro de fuga, si llevaba o no peluca, creo que no es un elemento fundamental. Lo relevante es si se encontraba o no en su casa o en los hospitales en donde aseguró que se hallaba. Una peluca no prueba la intención de fugarse”, opina.

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