Justicia

Guatemala: tierra fértil para el narcotráfico que experimenta con siembra de coca y persiste en la producción de amapola

El narcotráfico continúa usando el suelo guatemalteco para hacer experimentos y trasegar los estupefacientes hacia México y los Estados Unidos.

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Policías antinarcóticos de la Policía Nacional Civil, en coordinación con elementos del Ejército, erradican 2 mil 977 metros cuadrados de matas de coca en tres campos ubicados en aldea El Bongo, El Estor, Izabal. Foto PNC.

Policías antinarcóticos de la Policía Nacional Civil, en coordinación con elementos del Ejército, erradican 2 mil 977 metros cuadrados de matas de coca en tres campos ubicados en aldea El Bongo, El Estor, Izabal. Foto PNC.

En lo que va del año la Fiscalía del Delito de Narcoactividad contabiliza la erradicación de 2.5 hectáreas de siembras de de coca y almácigos. Todo valorado en más de Q2 millones.  

El subjefe de la Fiscalía de Delitos contra la Narcoactividad, Allan Ajiataz, asegura que el país, hasta ahora, no se considera que sea un gran productor coca, más bien, explica, se muestra como un lugar de experimentación.   

“Tanto Guatemala como Honduras comparten esta siembra. Por la cantidad localizada hasta la fecha se establece que se están haciendo pruebas para determinar cómo se adapta, aún se está a un nivel rústico y no tan amplio comparado con los grandes productores sudamericanos”, explicó el funcionario antinarcótico. 

Añadió: “La región está focalizada principalmente en el área de Izabal, el sur de Petén y la parte alta de Alta Verapaz, por la transversal del norte, pero la cantidad no se considera como ya de producción para distribuir en el país y otras naciones”.  

El jefe de la Sgaia, Arodi López Fuentes, coincidió con Ajiataz. “La producción de clorhidrato o pasta de cocaína es mínima. Esto se puede demostrar en la situación de los  laboratorios clandestinos desarticulados que tienen poca logística y demuestra su poca o nula producción”.  

Sin embargo, ambos coincidieron en que se debe mantener la vigilancia para erradicar esta producción que también se ha extendido hacia Honduras y en otras regiones del país.  

“La siembra de coca la están desarrollando en Zacapa, Petén, Izabal y Alta Verapaz”, indicó López Fuentes, que coincide con las pesquisas que ha hecho el MP.  

 

En el altiplano 

Pero mientras esto ocurre en esta región de Guatemala, en el Occidente, particularmente en el Altiplano, las cosas que preocupan son otras.

El altiplano marquense, por ejemplo, es el foco de atención para Estados Unidos por ahora, sumado a su zona costera en el Pacífico. A esto se suma las condiciones de Huehuetenango y su frontera con México.

En este lugar el mayor peligro es la incursión que ha iniciado en todo Chiapas en Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y que ha generado violencia en San Cristóbal de Las Casas y de a poco se acerca a Comitán de Domínguez y el territorio guatemalteco en la frontera La Mesilla.  

Ajiataz explicó que “la característica en Ixchiguán y Tajumulco es la amapola por las condiciones climáticas de la región en donde de manera constante se hacen erradicaciones planificadas de forma interinstitucional”.  

Esto, según el funcionario, no se tiene en Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, Sololá, que hasta el momento no hay ningún reporte de hallazgo de ilícitos o cultivos, salvo incautaciones en la carretera Interamericana, pero aislado a una focalización en esos dos municipios. 

El fiscal de narcoactividad confirma que “tintes se visualizan, pero hasta el momento no se ha tenido información en la Fiscalía que confirme ese extremo”.  

Para el exministro de Gobernación y experto en temas de narcotráfico y crimen organizado, Francisco Rivas, lo de Tajumulco tiene relación con el cultivo de amapola que es “seguramente llevada a México, donde la procesan y luego envían a Estados Unidos. Probablemente estos grupos de narcotráfico mexicanos estén financiando todo ese cultivo y a los grupos delictivos locales con armamentos para la logística del trasiego”.  

Sobre el caso de los dos municipios sololatecos, Rivas consideró que es “diferente porque en realidad no se ve ese actuar. Más pareciera que son problemas limítrofes entre las comunidades y que por ello se genera esa conflictividad, pero sí preocupa el grado de agresividad que existe”.  

“Las armas de fuego que ostentan esos grupos son un indicio para creer que quizás estén relacionadas con la comisión de delitos graves, como el narcotráfico, sin embargo, no existen incautaciones de droga, de dinero. No existen órdenes de captura ni detenciones”, expuso.  

Además, argumentó para descubrir esto “hace falta todavía muchos procesos, mucho trabajo de investigación, de inteligencia criminal, de persecución penal como para concluir en que esta conflictividad es producto también del narcotráfico”.  

Para el jefe de la Sgaia “los hechos suscitados en Tajumulco e Ixchiguán son por las disputas limítrofes, que viene de años. Eso ha generado esta sensación al igual que Huehuetenango por algunas publicaciones en redes sociales sobre la supuesta presencia de organizaciones criminales de México que ingresan en el país”.  

Sin embargo, acotó, las fuerzas antinarcóticas “no han dejado de luchar contra la siembra y cultivo de plantaciones ilícitas en esas regiones, así como en Huehuetenango donde se ha tenido presencia antinarcótica y generado operativos y diligencias de allanamiento para mantener la seguridad en el lugar”.  

El mapa actual y acciones 

Francisco Rivas, exministro de Gobernación, aseguró que después del gobierno de Álvaro Colom, cuando se tuvo la presencia de Los Zetas, se logró controlar en alguna medida a los grupos narcotraficantes.  

Sin embargo, pasados los años, y con el resto de los gobiernos, la dinámica cambió, pese a los esfuerzos que se hicieron por contrarrestar.  

El trasiego varía, dependiendo del combate. Hay años que lo hacen por vía aérea, terrestre o marítima, dependiendo de la reacción que tenga el Estado.  

Mientras que el mapa de distribución y ruta de los narcotraficantes “cambia constantemente. En diferentes épocas han utilizado las carreteras del país porque las fronteras son porosas. Hay muchos lugares para trasladarse de un país a otro sin ningún control por parte del Estado, porque nuestras aduanas tienen procesos débiles para detectar ilícitos”. 

Agregó: “El narcotráfico busca otras formas de operar, dependiendo de las nuevas rutas que ellos identifiquen y también de los procesos de seguridad que el Estado implemente en esas áreas”.  

Pero mientras esto ocurre la batalla continúa. “En el tiempo de Carlos Menocal como ministro de Gobernación, Claudia Paz como fiscal y César Barrientos como magistrado de la Corte Suprema de Justica se hicieron grandes esfuerzos con el apoyo del Ministerio de la Defensa para contrarrestar el fenómeno del narcotráfico”.  

Sin embargo, apuntó, “estos procesos se dejaron de atender y producto de eso vimos un debilitamiento en el desarrollo del trabajo de Guatemala en cooperación con otras instituciones de seguridad de la región y pues vimos avionetas que aterrizaban en cualquier hora en Petén, en Retalhuleu, San Marcos y en otros departamentos del país”.  

“Vimos que toda la costa del Pacífico era la puerta abierta para el narcotráfico, sin embargo, han existido también algunos pasos importantes que están tratando de recuperar el control de nuestro territorio nacional”, explicó.  

“Creo que en esa ruta vamos, porque ha sido reconocido por el gobierno de Estados Unidos de que a nivel del Pacífico se han obtenido resultados importantes y a nivel de nuestro espacio aéreo o los radares del Ejército ya están funcionando como antes”, agregó.  

Rivas ve por ahora un trabajo coordinado entre todas las instancias que combaten el narcotráfico y eso es importante por las amenazas vigentes ahora.  

Aquellos clanes  

Antes se tenían identificados a los grupos en el país. Los Lorenzana, los Mendoza, Chamalé y Pocho. Pero durante los últimos años se les ha extraditado hacia los Estados Unidos para enfrentar los cargos por narcotráfico.  

De hecho, en 2022, las autoridades contabilizan a 14 personas extraditadas por las mismas razones. Todo esto le ha dado espacio a varios micro grupos con diversos roles. Se ha diversificado la actividad de estos.  

Para Ajiataz cualquiera está ocupando esos espacios. Personas que trabajaron con aquellos extraditados y hoy se han convertido en los enlaces con los cárteles mexicanos.  

De hecho, esto ha generado en algunos lugares enfrentamientos como el más reciente en Jalpatagua en el que fueron acribilladas cinco personas, entre ellas Andy Aldair Fajardo, de 30 años, a quien, según un investigador de la PNC, le seguían la huella por sus vínculos con un grupo local dedicado al trasiego de droga.  

De acuerdo con la información la matanza tuvo su origen en un tumbe de droga y que se dedicaban al sicariato. El móvil fue venganza personal por tumbes contra un guardia de seguridad de otra persona que se supone trasiega droga en el área.  

En ese ataque también pereció el agente de PNC, Kender Candito Valladares Arana.  El fiscal Ajiataz no quiso adelantar una postura sobre este caso.  

Pero lo que sí dijo es que este tipo de disputas, si es que tienen relación con el crimen organizado, les abre la puerta a los cárteles organizados de México.

Para el fiscal lo único que queda es “seguir fortaleciendo el trabajo interinstitucional con alianzas seguras y confiables de comunicación, reduciendo la brecha de impunidad y fortalecer las instituciones en sus puntos más débiles, todo esto apoyado de más y más tecnología”.