Guatemala

Condenan a asesinos de hermanas Oscal Pérez

Por el asesinato de dos estudiantes del Inca, el Tribunal Décimo Tercero condenó a dos hombres a 52 años y 62 años de cárcel. 

Kevin Davis Canté Mérida y Mynor Alejandro Rodríguez Pablo, supuestos integrantes de la Mara Salvatrucha, implicados en el doble crimen. (Foto Prensa Libre: Hemerteca PL)

Kevin Davis Canté Mérida y Mynor Alejandro Rodríguez Pablo, supuestos integrantes de la Mara Salvatrucha, implicados en el doble crimen. (Foto Prensa Libre: Hemerteca PL)

Nancy Paola y su hermana, Karla Daniela, de apellidos Oscal Pérez, fueron atacadas a balazos la mañana del 3 de abril de 2014, a una cuadra del Instituto Nacional Centro Amércia (Inca), cuando fueron interceptadas por dos hombres que iban en una motocicleta.

Un año después del  acto criminal, Kevin Davis Canté Mérida y Mynor Alejandro Rodríguez Pablo supuestos integrantes de la Mara Salvatrucha, fueron acusados formalmente por el Ministerio Público de participar en la muerte de las hermanas Oscal Pérez.

Rodríguez Pablo tendrá que cumplir los 25 años de sentencia por cada una de las muertes, mientras que Canté Mérida además se le impusieron 10 años más porque según la evidencia del MP, sería él quien disparó el arma. Ambos recibieron dos años más de cárcel por el agravante de utilizar una motocicleta y esta les habría facilitado la fuga.

Por este caso en la colonia las Brisas San Pedro Ayampuc, fue aprendido Jason Estuardo Martínez Hernández, 16, alias el Huesos, confesó haber vigilado a las víctimas durante el trayecto al centro educativo, y haberse comunicado con el sicario y el piloto de la motocicleta. Días después de su captura, fue localizado muerto en una celda de la correccional Las Gaviotas en la zona 13 capitalina.
 
A los capturados se les sindicó el delito de femicidio y tentativa de femicidio, ambos pertenecen a dos grupos de la Mara Salvatrucha.

Horas de agonía

Karla Daniela perdió la vida en el ataque y Nancy pereció en el Hospital San Juan de Dios horas después por una herida de bala en el cráneo.

Casi una semana después del ataque los padres de familia sacaron a sus hijos de ese plantel educativo por temor a nuevos ataques. Para entonces Gobernación anunció un reforzamiento del programa Escuelas Seguras para vigilar ese establecimiento.

Incluso en los días posteriores al ataque hubo una llamada de un sujeto en prisión que se atribuyó el ataque para intimidar a los maestros, a fin de que pagaran una extorsión, lo que las autoridades calificaron de oportunismo.

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