Guatemala

¿Dónde están los menores desaparecidos?

Un promedio de 14 alertas de menores desaparecidos se activan a diario.

Era una tarde de diciembre del 2010. Ella, madre de dos varones y dos mujeres, volvió a su casa del trabajo; todo normal, aunque su hijo de 15 años no estaba. Su preocupación no fue inmediata, pero con el paso de las horas, la tranquilidad se convirtió en angustia al no tener noticias de Jorge*.

“Como se habían acabado ya las clases, pensé que tal vez se había ido donde un familiar y que llamaría para decirme que estaría fuera un par de días, pero no llamó. Me comuniqué con todos los que se me ocurrió, pero nadie sabía nada. Rezaba a diario porque no sabía qué hacer. No sabía nada de la alerta Alba-Keneth, tal vez si la hubiera conocido hubiera localizado a mi hijo más rápido y él no se habría involucrado en cosas malas”, cuenta la madre de Jorge, quien escapó de casa y ya en la calle se involucró con una pandilla. Actualmente, Jorge* cumple condena por varios delitos, incluido asesinato.

“Yo me fui por rebeldía. No quería escuchar a mi mamá. Fui yo el que buscó entrar en una mara. Quería saber qué se sentía. En ese momento yo no pensaba en las consecuencias; menos en qué podía estar sintiendo mi familia”, explica el joven.

Causas diversas

Las causas por las cuales desaparecen niños y jóvenes son diversas, aunque el escape de la casa —por maltrato, enamoramiento o simple rebeldía— es la más usual entre los mayores de 12 años. En los menores de esa edad, lo más frecuente es la sustracción paterna o materna.

De acuerdo con información de la Unidad Alba-Keneth, de la Procuraduría General de la Nación (PGN), el 65 por ciento de los menores de edad localizados tras la activación de una alerta por su “desaparición” han huido de su hogar por voluntad propia. La mayoría de ellos se encuentran entre 16 y 18 años, y el 60 por ciento son mujeres.

Sin embargo, también hay robos de menores con fines de trata o explotación sexual, así como secuestro —ya sea para pedir dinero o bien efectuado por alguno de los cónyuges o familiares—, además del extravío.

Evidencia factores

La ley del Sistema Alba-Keneth fue aprobada de urgencia nacional el 10 de agosto del 2010. Guatemala carecía de un procedimiento que permitiera dar respuesta de manera inmediata a las sustracciones y desapariciones de niños y adolescentes.

El robo de bebés de cero a 3 años para comercialización en el mercado de adopciones internacionales, y la desaparición de niños de 4 a 12 años con fines de trata o explotación sexual, era alarmante, lo cual llevó a que se tomaran medidas para cambiar los procedimientos, que entonces requerían esperar de 24 a 48 horas para comenzar la búsqueda de una persona desaparecida y permitir una acción inmediata.

En lo que va del 2014, tres mil 39 alertas por desaparición de menores de edad han sido activadas. En el mismo período se han desactivado dos mil 138 —se incluyen alertas activadas en años anteriores—, que han permitido evidenciar factores que responden a problemas mayores y más estructurales.

“Cuando activamos una alerta, en raros casos sabemos cuál fue el motivo. Los padres únicamente dicen que no localizan a sus hijos y que no saben su paradero. Hasta que desactivamos la alerta sabemos cuál fue el motivo que dio origen a la desaparición”, explica Harold Flores, jefe de la Unidad Alba-Keneth, de la PGN, quien agrega que del 1 de enero al 16 de junio de este año, de los menores de edad encontrados, en cuatro de los casos el motivo de la desaparición fue por trata de personas, siete desapariciones se debieron a coacción o fines delictivos, 17 casos por secuestro y 81 sustracciones por parte de uno de los progenitores (42 por el padre y 39 por la madre). Este último es el factor más común en “desapariciones” de niños menores de 12 años.

“Los padres toman a los niños como objeto, en el que una de las partes quiere hacer daño a la otra, usando al menor de edad. Acá vemos un mal uso de la alerta, porque no es para casos de familia; pero igual nosotros la activamos y se deja constancia de lo que dice la parte afectada, por si sirve en una denuncia”, comenta Flores.

La psicóloga Marisol Rodas, de la Fundación Sobrevivientes, refiere que hay manipulación de los niños al hablarles mal acerca del otro padre. “Los niños son muy susceptibles a todo esto. El niño puede tomarlo como cierto y repetirlo como si fuera una verdad”, manifiesta, y asegura que eso les afecta mucho.

Fugas juveniles

Respecto de adolescentes, de los localizados en los primeros seis meses del año, 178 se fugaron con el novio o novia y mil 12 escaparon de casa por decisión propia o influencia de terceros.

De acuerdo con la jueza Verónica Galicia y su equipo de trabajo —abogados, psicólogos y pedagogos—, del Juzgado de Control de Ejecución de Medidas de Adolescentes en Conflicto con la Ley, en la mayoría de los casos la motivación para tomar la decisión de dejar el hogar viene por problemas en el seno familiar: hogares desintegrados, ausencia de los padres, violencia intrafamiliar, abuso y maltrato, rechazo al control o autoridad, búsqueda de libertad, dinero y poder.

“Muchos jóvenes, que no han tenido una estructura o en los que los padres están ausentes, quieren hacer lo que se les da la gana. No miden las consecuencias. Se sienten independientes”, señala Galicia, quien agrega que es cuando más propensos son a ser captados por pandillas o el crimen organizado.

Participación ciudadana

Para Érick Cárdenas, procurador de la Niñez y la Adolescencia de la PGN, gracias a la aplicación de la alerta Alba-Keneth, los casos de secuestro y robo han disminuido, si bien no han sido eliminados. “La población se ha dado cuenta de que son parte fundamental de este sistema. Las redes sociales han sido vitales para localizar menores, y esto porque los ciudadanos comparten las alertas”, puntualiza Cárdenas.

Metodología/ ¿Cómo funciona?

La unidad Alba-Keneth proporciona atención las 24 horas. Cuenta con  un grupo de respuesta inmediata y otro que le da seguimiento al caso. Al activar una alerta, de inmediato se notifica a la coordinadora nacional del sistema, integrada por la Procuraduría General de la Nación,  Policía Nacional Civil, Dirección General de Migración, Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia, Ministerio Público, Ministerio de Relaciones Exteriores y  Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas.

Sin desactivar

Según la unidad Alba-Keneth, de la Procuraduría General de la Nación, son 901 alertas las que aún están activadas. Sin embargo, en la mayoría de estas, los menores ya fueron localizados, pero el aviso no puede desactivarse hasta que  se establezca el motivo de su desaparición.

“A veces los menores regresan a su casa o bien los padres los encuentran, pero  ya no quieren traerlos para que nosotros hablemos con ellos, determinemos la causa de su momentánea desaparición  y se complete el proceso que debemos llevar a cabo para  desactivar la alerta”, explica Flores, y agrega que eso puede deberse a que la causa fue un problema familiar del que no quieren que el menor hable.

La psicóloga Marisol Rodas, de la Fundación Sobrevivientes, señala que es sumamente importante la desactivación de la alerta, ya que de lo contrario los padres podrían tener problemas  legales.

“Por ejemplo, en caso de querer salir del país con el hijo, por el hecho de que la alerta está activada y siendo Migración una de las entidades parte del sistema, no se permitirá la salida del país y se procederá a llamar a las autoridades correspondientes para la investigación que corresponda, ya que es un menor de edad reportado como desaparecido”, dice Rodas, y este es solo uno de los ejemplos del tipo de consecuencias que podrían darse.

La psicóloga agrega que  aún hay mucho desconocimiento de la función y procedimientos  luego de la activación de ese sistema, por lo que se debe continuar informando al respecto.

CIFRAS

2,138 alertas se han desactivado a lo largo del presente año.

901 Alertas Alba-Keneth permanecen activas hasta el momento.

1,012 menores localizados escaparon de sus hogares por decisión propia.

3,039 Alertas Alba-Keneth se han activado en lo que va del  2014.

81 sustracciones  fueron cometidas por alguno de los padres del menor, para afectar al otro.

60 por ciento de los menores que escapa de casa son mujeres.

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