Guillermo Díaz, director general de Migración, señaló que por 700 lempiras (unos Q225) les venden pruebas de antígeno falsas a los migrantes hondureños que intentan ingresar al país por la frontera Corinto, en Puerto Barrios, Izabal.
“Han sido engañados en Honduras, hay una oficina aquí a la par -de la frontera- que está generando pruebas falsas de antígeno y eso no es justo, porque le están sacando el dinero que no trae a la pobre gente”, dijo Díaz, quien añadió que la mayoría de los hondureños que han ingresado lo han hecho de manera ilegal.
“Todos han ingresado de manera irregular (…) han violentado el protocolo de Salud y el de Migración poniendo a la población guatemalteca en total riesgo. Estamos jugando al gato y al ratón, son localizados, llevados a la frontera y al poco tiempo están de vuelta, no les importa nada, no les importa que los niños no han comido, no les importa nada”, agregó Díaz.
Añadió: “en Guatemala respetamos el derecho de migrar, es un derecho universal, pero se debe hacer de forma ordenada”.
En tanto, Héctor Alarcón, gobernador de Izabal, señaló que la situación es compleja, pues los migrante ingresan al país sin cumplir los protocolos establecidos para evitar la propagación del coronavirus.
Dijo que por la mañana se ubicó a un grupo de hondureños que ingresó al país sin cumplir con los requisitos establecido por las autoridades, entre estos una prueba negativa de coronavirus.
Agregó que todos fueron regresados a la frontera, pero muchos de ellos lo vuelven a intentar.
Las autoridades saben que en las próximas horas otro bloque de migrantes llegará a esa frontera; además, al paso fronterizo de Agua Caliente se estima que llegue la mayor cantidad de hondureños, por lo que las fuerzas de seguridad refuerzan los operativos en carreteras.
El Gobierno de Guatemala mantiene firme su posición de no permitir el ingreso al territorio de los miles de migrantes hondureños que pretenden cruzar el país en caravana rumbo a México para luego llegar a Estados Unidos.
Decenas de soldados del Ejército y agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) están custodiando las diferentes fronteras de Guatemala con Honduras para impedir el paso de los hondureños, algunos de los cuales ya se encuentran en Corinto, limítrofe con Izabal.
Un oficial de la Policía con megáfono en mano explicó a los migrantes hondureños que no se les permitirá el paso por Guatemala si no cumplen con los requisitos migratorios, especialmente tener la prueba negativa del covid-19.
En el lugar, mujeres con niños en brazos, hombres y jóvenes intentan pasar a territorio guatemalteco para buscar el sueño americano.
“Le suplicamos señor presidente (Alejandro Giammattei) que nos permita pasar por Guatemala, nos estamos muriendo de hambre”, pronunció un adulto, quien reconoció que no llevan documentos y tampoco la prueba del coronavirus.
Más de tres mil migrantes hondureños salieron desde el jueves por la noche en caravana hacia Estados Unidos, hasta donde esperan llegar pese a las advertencias de los Gobiernos de ese país, Guatemala y México, de que no permitirán el ingreso de personas que intenten cruzar de manera irregular.
Los migrantes, hombres, mujeres y niños, en su mayoría llevando solo una mochila en sus espaldas, decidieron irse por el punto de Agua Caliente, departamento occidental de Ocotepeque, fronterizo con Guatemala.
En la caravana, con una bandera de Honduras al frente en azul y blanco extendida, van muchas personas que son familias completas, padres e hijos. En algunos casos son acompañados por otros parientes, según sus relatos.
Los hondureños buscan llegar a Estados Unidos para tener mejores condiciones de vida, alejados de la pobreza y la violencia que azotan el istmo.