El superintendente explicó que es necesaria una “reingeniería” de la SAT, porque hay divorcio y desorden internos.
“Los sistemas informáticos —de la SAT— andan por cualquier lado, y eso lo saben todos bien”, añadió Muñoz, quien aseguró que el miércoles recién pasado se hizo una auditoría en la gerencia informática sobre el funcionamiento de los sistemas.
Aunque no dio detalles sobre los feudos que operan en la entidad recaudadora, Muñoz se exculpó y añadió: “No es problema de él —Carías—, sino un problema de 16 años que permitió que la SAT trabajara por transacciones y no por procesos”.
Para el consultor fiscal Juan Carlos Paredes, la lucha por el poder viene de adentro, por los intereses que se manejan, más que por cuestiones externas que influyen en la operación de la entidad.
“Estas situaciones las debieron de controlar desde que ingresaron a la gestión. Si hay lucha interna de poder, es la misma institución la que deberá neutralizarla, por la jerarquía que tienen el superintendente y el Directorio”, afirmó Paredes.
El analista resaltó que el superintendente y el ministro debieran identificar las fallas, las contradicciones de los grupos y la lucha de poder que están en contra de la institucionalidad del país.
En aquella ocasión, Carías aseguró que en la SAT hay cinco intendencias y 12 gerencias que dependen del superintendente, y no hay jerarquía entre ellas. Eso impacta, indicó, porque un plan que hace una gerencia la hace independiente de las demás.
A septiembre de este año, la SAT mantiene una brecha fiscal —impuestos programados versus no recaudados— de Q1 mil 350 millones, lo que ha puesto en aprietos las finanzas del Estado.
El agujero por el impuesto sobre la renta es de Q1 mil 620 millones, y por IVA importaciones, de Q44.2 millones, montos que la SAT no ha captado.
Muñoz confirmó que la proyección de recaudación para este año es de Q49 mil millones, inferior a la meta establecida, de Q51 mil 500 millones. La brecha a fin de año sería de Q2 mil 500 millones.
Combate
Marvin Flores, directivo de Acción Ciudadana, calificó de “inaudito” que se justifiquen errores y desaciertos en la recaudación tributaria. A lo que se debe proceder, comentó, es a combatir esos feudos o mafias con medidas administrativas y legales para desmantelarlas.
“Si saben de los feudos, deben errardicarlos; o bien, renunciar por incumplir con la meta de recaudación”, aseguró.
Pero Muñoz afirmó que continuará en el cargo y la decisión de seguir en él será del presidente Otto Pérez Molina.
Omar Franco, intendente de Recaudación, señaló que a la SAT no se le puede culpar de la crisis financiera del Gobierno y que los problemas se deben a las fuentes de financiamiento, porque no se aprobó el presupuesto estatal de este año.
“El plan de gasto no solo se financia con ingresos tributarios y no tributarios, y con las fuentes de financiamiento como préstamos y bonos, que deben ser aprobados por el Congreso”, expuso.
“Reconocer que todo es culpa de la SAT no puede ser así y hay que contemplar las fuentes de ingreso para cubrir el presupuesto”, mencionó.
El Ministerio de Finanzas recurre a los ingresos tributarios —provenientes de impuestos— para cubrir el pago del servicio de la deuda pública.
Crisis
Falta de recursos
La carencia de insumos médicos en hospitales, combustible para autopatrullas de la Policía Nacional Civil y el impago de sueldos a trabajadores por contrato en varias dependencias, son algunos de los problemas que aquejan al Gobierno, por la escasez de recursos financieros al no lograr las metas de recaudación tributaria.
El recorte también podría extenderse a otras entidades descentralizadas, como el Organismo Judicial, que advirtió de acciones legales contra el Ejecutivo si no se cumple con las asignaciones.
En tanto, el Partido Patriota cabildea en el Congreso por la aprobación de una solicitud por Q4 mil millones, que se destinarían a cubrir el saldo y otros gastos.
Por su parte, el Ministerio de Finanzas ha garantizado el pago de la nómina para los trabajadores estatales, calculados en más de 280 mil
a fines del 2012.