Guatemala

Orellana habría robado droga

Los servicios de inteligencia policial apuntan que quienes intentaron matar al supuesto capo Jairo Orellana Morales, alias el Pelón, serían narcotraficantes hondureños, pues les habría robado droga.

En esta oficina  almorzaba Jairo Orellana  con su cirujana, cuando a través de la ventana observó la matanza de sus guardaespaldas.

En esta oficina almorzaba Jairo Orellana con su cirujana, cuando a través de la ventana observó la matanza de sus guardaespaldas.

Fuentes cercanas al Ministerio de Gobernación explicaron que el presunto capo, quien se libró el jueves último de un atentado en una clínica de estética en la 0 calle 17-43, colonia El Maestro 1, zona 15, tiene vínculos con el cartel de los Zetas.

Junto con ellos habría robado un cargamento, cuya ruta era de Honduras hacia Guatemala y la entrega en México.

Mauricio López Bonilla, ministro de Gobernación, en conferencia de prensa ofrecida en la Casa Presidencial, dijo ayer: “Es una posibilidad”.

Agregó: “También hay acciones punitivas por tumbes —robos— que se han hecho entre ellos mismos. Entonces, la posibilidad puede estar en un área”.

Explicó que otra de las razones de ese tipo de enfrentamientos sería por la fragmentación de los grupos operativos, pues con la captura de capos comienza la disputa por las rutas de trasiego.

Otra razón sería que se pelean por los bienes de sus jefes, agregó el funcionario.

El ministro dijo que es la primera vez que ocurre una narcomatanza en la capital. Y agregó: “Pero no se trata de una incursión del narcotráfico en la capital”.

Comentó que le preocupan hechos como ese, y por eso monitorean las acciones que han ocurrido en la provincia. “Lo que tenemos que hacer es ponerle atención a eventos como este”, añadió.

Vínculos

Los investigadores añadieron que Miguel Alexánder Mejía de Paz, conocido como Miguelito, es quien actúa de enlace entre el comandante Yanky, un zeta, y Orellana.

De esa manera, el supuesto capo tendría sicarios para actuar y defenderse, aunque en el caso de su escolta que fue ultimada en el fallido atentado contra él, los obligaba a estar siempre con trajes formales.

Orellana Morales es oriundo de Zacapa y conviviente de Marta Julia Lorenzana, a quien en su familia la conocen como la Yulis.

También explicaron que esta sería la cuarta vez que intentan matarlo, y creen que por las cirugías a las que se ha sometido es que no lo reconocen.

Los hechos

Testimonios que el Ministerio Público recogió en los alrededores de la escena del crimen permiten establecer que el ataque armado duró cuatro minutos.

Los investigadores de la Policía aseguraron que el grupo actuó estructurado, con mucha precisión, pero no lograron su objetivo, “ultimar al capo”, manifestó una fuente.

Trabajadores de Multiclínicas dijeron que en el inmueble ingresaron tres hombres de 1.80 de estatura, con gorros pasamontañas y armados con fusiles AK-47.

Otros dos atacantes del grupo, que llevaban descubierto el rostro, pero más pequeños que los otros, preguntaron por Fernando, y también abrieron fuego.

La hipótesis de las autoridades de cómo se habría librado el presunto capo es que se encontraba en el segundo piso del inmueble.

Al momento de la balacera, Orellana estaba en la oficina de la propietaria de la clínica, a la que identificaron como María Lucelly Zapata Correa, colombiana nacionalizada guatemalteca.

En la habitación se encontraba su hija, cuyo nombre aún no precisaron las autoridades, y con quien tendría relación amorosa el supuesto capo, y en ese instante almorzaban.

En esa habitación hay una ventana que da hacia el parque, lo que le permitió a Orellana ver cuando arrodillaron a sus escoltas y les dispararon.

También eso le dio tiempo de buscar dónde esconderse.

Se indicó que otra persona, quizás otro escolta, habría logrado escapar al quebrar una de las ventanas, y aunque se causó heridas, alcanzó a llegar a un vehículo.

Los investigadores comentaron que los clientes frecuentes de Multiclínicas son mujeres colombianas, y tuvieron información de que llegaban jóvenes sudamericanas para que les practicaran cirugías, bajo engaños de que las contratarían para modelar, aunque, según las fuentes, forman parte de la lista de víctimas que figuran en trata de personas.

Conocían su identidad

La ficha médica de Orellana, que encontraron en las clínicas, refería que su nombre es Álex López, aunque quienes laboraban en Multiclínicas sabían su verdadera identidad.

Los investigadores agregaron que para confirmar que se trataba de Orellana, pidieron la colaboración de testigos para elaborar una foto robot.

Fue de esa manera como tuvieron certeza de la presencia del supuesto capo, quien el jueves último, día del ataque, vestía pants.

Mencionaron que cinco minutos después de que se fueron los sicarios, Orellana bajó a toda prisa las gradas y abordó una camioneta Prado, en la cual llegó a su tratamiento, y se marchó del lugar.

Las autoridades informaron que las clínicas eran investigadas desde hacía varios meses, pues al presunto capo desde mayo último le practicaban cirugía de rejuvenecimiento.

Explicaron que asistía a las sesiones dos veces por semana, sobre todo al mediodía.

Los vecinos explicaron que era habitual la llegada de lujosas camionetas agrícolas a las clínicas. Afuera siempre había hombres con traje que servían de escoltas.

De acuerdo con los investigadores, el representante legal del negocio es un guatemalteco, aunque no brindaron el nombre, pues aún continúan las pesquisas.

Los fiscales manifestaron que el inmueble no cuenta con circuito cerrado de vigilancia.

Se refugió

Los testigos relataron que Ferdy Samuel Ávila Sosa, quien era parte de la escolta de Orellana, buscó refugio en una de las habitaciones de Multiclínicas, pero los sicarios lo ubicaron y le dispararon.

Peritos en recolección de evidencias del MP encontraron 60 casquillos de fusil AK-47 y de bajo calibre que quedaron en el piso.

Los investigadores suponen que los sicarios creyeron que había más escoltas y que tenían protegido a Orellana, por eso descargaron sus armas en la habitación.

Las autoridades informaron que en las prendas de Santiago Cac Coc, otro de los ultimados y propietario de uno de los vehículos que escoltaban a Orellana, le encontraron cinco bolsas con cocaína.

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