Juan López, quien tiene un puesto de venta en la 29 avenida, en el mercado Minerva, explicó que al momento de un siniestro sería sumamente difícil el acceso de los cuerpos de socorro, ya que esa vía es ocupada por 400 comerciantes informales, y en el otro ingreso, por la terminal de buses, se encuentran los autobuses del transporte extraurbano.
José Rodríguez, inquilino de ese mercado, explicó que no tienen ninguna organización interna para enfrentar algún siniestro. Además, hay mucho riesgo de cortocircuito.
Edwin Rodas, administrador interino del mercado, explicó que solo cuentan con dos extintores que ya vencieron y están guardados en una bodega. Refirió que hay cuatro sectores cerrados y no tienen salidas de emergencia.
Desorden
En la cabecera de Escuintla funcionan cuatro mercados, en las zonas 1 y 2, pero debido al crecimiento desordenado han proliferado ventas callejeras que dificultan el paso, no solo de vehículos, sino de los mismos peatones.
Rigoberto Ramírez, vocero de los Bomberos Voluntarios, dijo que los locatarios no tienen ningún plan de emergencia ni evacuación, y ni siquiera aceptan las sugerencias de los socorristas.
La cantidad de puestos de venta en las calles aledañas a los mercados han convertido esas áreas en peatonales, donde las unidades contra incendios no podrían pasar.
Los mercados no tienen hidrantes o tanques de abastecimiento, y por eso los socorristas deben acudir a dos áreas alejadas para llenar las unidades.
Piden acciones
Inquilinos de los tres mercados de la cabecera de Retalhuleu piden a las autoridades municipales el remozamiento de esos lugares, ya que les preocupa el desastre registrado en la capital.
Locatarios advirtieron de que el cableado de energía eléctrica es antiguo y en cualquier momento podría producirse un cortocircuito que conlleve a una tragedia.
El comerciante Julio Espinoza indicó que las autoridades municipales no se preocupan por darle mantenimiento a esa infraestructura.
Riesgo permanente
En constante riesgo viven los comerciantes y compradores del mercado central y la terminal de Chiquimula. Tampoco podrían reaccionar ante un incendio como el que se produjo en la terminal capitalina.
En esa cabecera hay dos mercados, el Central y el de La Terminal, pero en ninguno es libre el tránsito vehicular y peatonal, pues las ventas bloquean todos los accesos y pasillos.
El alcalde de esa cabecera, Rolando Aquino Guerra, refirió que no se cuenta con salidas de emergencia, extintores o hidrantes.
Rolando Ramírez, vendedor del mercado central de Chiquimula, expuso que viven preocupados porque de un momento a otro puede ocurrir un incendio y no tienen cómo reaccionar y evacuar.
Waldemar Gómez, secretario de organización del sindicato del Mercado de Zacapa, aseguró que ellos no han recibido capacitación para actuar ante emergencias.
Solicitó que se coloque una red de hidrantes y abastecimiento para combatir un eventual siniestro y evitar un incendio similar al del 2007, que arrasó con ese centro de abastos.
Fuego voraz
Siniestros que han consumido mercados en la provincia.
El 26 de noviembre del 2013, perdieron todo su producto 300 comerciantes en el incendio ocurrido en uno de los dos mercados de artesanías de Esquipulas, Chiquimula. El aproximado fue de unos Q14 millones.
El último incendio registrado en Escuintla fue en abril del 2011, en el Mercado 3, que devoró más de 300 locales.
En Zacapa, un siniestro destruyó el mercado, en el 2007, y dejó pérdidas millonarias.
400 puestos de venta hay en la 29 avenida, zona 3 de Xela.