Guatemala

Servicio cívico atrae a miles de jóvenes

"Lo que me llamó la atención del servicio militar, más que el social, fue aprender a ayudar, por ejemplo qué hacer en caso de terremoto, y me gusta eso. Además de que le enseñan a uno a ser disciplinado y a ejercitarse", expresó María Cristina Paiz, de 17 años.

Jóvenes reservistas se entrenan en el conocimiento de armamento propio del Ejército. Los participantes también son capacitados en legislación y ejercicio  físico.

Jóvenes reservistas se entrenan en el conocimiento de armamento propio del Ejército. Los participantes también son capacitados en legislación y ejercicio físico.

La joven se inscribió antes de la primera convocatoria oficial, al igual que más de cuatro mil 700 jóvenes —entre voluntarios y plan piloto— para prestar servicio cívico social o militar, mientras esperan a siete mil 500 más antes de que finalice el año.

Por aprender, ejercitarse o por curiosidad, la mayoría se ha acercado al Ejército de Guatemala a prestar servicio militar.

Jorge Solórzano, quien participa en el comando aéreo central La Aurora, afirmó que la mayoría de jóvenes llegan por la curiosidad que tienen de conocer ese mundo.

“Nos dan entrenamiento militar, defensa personal, uso de armas de las que usa el Ejército, primeros auxilios, descensos de riscos y prevención de desastres y calamidades públicas”, explicó Solórzano.

Ellos acuden cada 15 días a ese comando, en el área metropolitana, pero también hay participantes en las reservas militares de los departamentos.

El entrenamiento

En el área de servicio militar se han presentado tres mil 835 jóvenes, aseveró Roni Urízar, portavoz del Ejército. De ese número, 500 son parte del plan piloto, y el resto, voluntarios.

Su entrenamiento inicial se centra en legislación nacional, combate individual del soldado, conocer el armamento, primeros auxilios y cómo apoyar en caso de desastres naturales. Al final no obtienen ningún grado estipulado en la carrera militar.

“También reciben entrenamiento especial, van al Cuerpo de Ingenieros para conocer aspectos técnicos”, indicó Urízar.

La jornada es el domingo, cada 15 días, debido a que la mayoría estudia.

Según el pénsum de entrenamiento militar, en los nueve meses de trabajo que estipula la Ley del Servicio Cívico, los participantes serán capacitados en operaciones y tácticas militares, pero también son entrenados físicamente.

“Todo es muy interesante; sin embargo, hay algunas personas que se han desmayado y se van saliendo porque no aguantan estar bajo el Sol, donde son los ejercicios. Si uno para, sea mujer o un hombre, tiene que repetir la rutina del ejercicio”, manifestó Paiz, quien se enteró del servicio por una amiga y decidió participar.

No obstante, el Ejército contempla un área de desarrollo humano, en la cual se imparten principios, valores y espiritualidad.

También en lo social

Además de los tres mil 835 jóvenes que han buscado a la institución castrense, hay 913 en el área social: 500 para trabajar en la limpieza del Lago de Amatitlán, y 413, en el Ministerio de Gobernación.

“Son proyectos vinculados en la parte de organización juvenil, prevención de la violencia, encuestas de victimización y Escuelas Seguras”, refirió Bienvenido Argueta, secretario ejecutivo de la Junta Nacional del Servicio Cívico, sobre las actividades en que los jóvenes participan en la cartera del Interior.

La referida cantidad de jóvenes forman parte del plan piloto, el cual incluye una segunda fase para la incorporación de otros siete mil 500 jóvenes para desenvolverse en proyectos en educación, salud, cultura y deportes, el programa Escuelas Abiertas y en la prevención de desastres.

Argueta indicó que los primeros aún no han recibido remuneración.

En el caso de quienes apoyan a la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (Amsa), tienen varias responsabilidades.

“Son varios ejes: conservación de suelos, educación ambiental y limpieza del Lago. Ahora se encuentran efectuando una ronda para evitar incendios”, expuso Ever Barrios, supervisor de Amsa.

Gonzalo De León, 23, expuso que su motivación para colaborar con la limpieza de las aguas de ese cuerpo lacustre es que las futuras generaciones puedan apreciarlo.

Estefanía García, 21, señaló: “Ahora estamos tomando conciencia de retirar la basura y cuidar nuestro planeta, porque está muy descuidado”.

Polémica legal

El Reglamento de la Ley del Servicio Cívico ha originado varias dudas, sobre todo el artículo 37, el cual reza que “el rechazo a cumplir con la prestación del servicio cívico, en cualquiera de los casos de alistamiento y realización, será impedimento para optar y desempeñar funciones y cargos en la administración pública”.

Abogados objetan esa disposición, debido a que la Constitución Política de la República establece el derecho a la libertad de trabajo en cualquier caso.

“Derecho a la libre elección de trabajo y a condiciones económicas satisfactorias que garanticen al trabajador y a su familia una existencia digna”, reza el inciso a) del artículo 102 de la Carta Magna.

“En este momento no puede ser tan rígido —el artículo del Reglamento—. Puede ser un proyecto efectivo de cara al futuro, en el sentido de que en muchos de los países, por ejemplo, el hecho de no prestar un servicio social o militar significa también, por su propia condición de obligatoriedad, tener restricciones, pero yo creo más bien que debe verse en el sentido positivo en este momento”, afirmó Argueta.