Cuando el reloj de la estación marcaba las 2.20 horas, se produjo la colisión de dos trenes de la empresa ferroviaria de Guatemala. Según se informó entonces, el tren de pasajeros número 16 que hacía su recorrido nocturno entre Tecún Umán y la capital llegó a la estación Buena Vista, ubicada en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, donde recogería un vagón con ganado.

La máquina se encontraba desenganchada de su convoy, que además de los vagones de primera y segunda clase también llevaba otros con mercadería, por lo cual se encontraba sobre la otra vía para poder enganchar el carro que tenía el ganado.

Sorpresivamente, sobre la misma vía y en direccion a la capital, apareció el otro tren de carga halado por la locomotora 604 que también se dirigía a la misma estación donde se encontraba estacionado el otro tren.

El convoy de carga halaba 35 carros cargados de banano e impactó contra los vagones donde se encontraban las víctimas del fatal accidente. La tripulacion del tren de carga estaba integrada por el maquinista Diego Cabrera, el fogonero Octavio Cárdenas y como conductor del convoy César Hugo Barrios y Barrios.

El tren nocturno de pasajeros que salía ordinariamente de Ayutla o Tecún Umán salió a las seis de la tarde, por lo cual llego con retraso a la estación de San José Buena Vista y llevaba como tripulación al conductor José Pedroza, al maquinista Silvino Orellana, al fogonero Ramón Casasola y como abanderado a Gabriel Godínez Campos.

Error humano

El maquinista del convoy cargado de banano que impactó contra el tren de pasajeros dijo que fue un error del abanderado del tren de pasajeros, pues este no estaba colocado en el lugar y la distancia reglamentaria con su lámpara de prevención, por lo cual le fue imposible detener la marcha de la máquina que conducía.

Gonzalo de Jesús Aragón Rosales, que esperaba el tren en la estación, dijo que fue encandilado por los faros del tren pero aun así pudo ver como apareció de pronto el tren de carga, el cual chocó violentamente contra los vagones de primera y segunda clase. Indicó que entre los marcos averiados del tren de pasajeros pudo observar dentro de los vagones, los rostros ensangrentados de los heridos así como escuchar gritos de dolor entre los hierros. “El ruido que se escuchó fue como un terrible artefacto de guerra lanzado a mis pies”, dijo.

Los muertos

Los 22 cadáveres fueron llevados al anfiteatro del Hospital Nacional de Escuintla, donde se identificó a las víctimas, entre las cuales se encontraban varios niños. El primero en ser identificado fue Ce?sar Orellana, “el chibolero” del tren de pasajeros; Luis Horacio Fong, Luisa Luz Moreno, Lucila Romero, Vi?ctor Gonza?lez y Gonza?lez telefonista de la Polici?a Nacional, Sandra Patricia Aguilar, de 7 an?os, y Ezequiel Ba?maca, 12.

El resto de las vi?ctimas no fue identificado mientras familiares que acudi?an al hospital preguntaban por sus familiares y amigos.

Sobrevivientes

Adela Solares de Iglesias, de nacionalidad mexicana y quien se encontraba sentada en una silla de ruedas en una sala del hospital y con crisis de nervios, pedía a su familiares que residían en Guatemala que acudieran a verla.

“Yo venía a pasar la Navidad con mis sobrinos y ya ve lo que nos ha pasado, que el tren venía parando mucho y yo quería llegar luego”, se lamentó.

Dolores Morales, al ser entrevistada dijo: “Lo único que sé es que no puedo moverme”.

Los hermanos Marco Tulio Fernando y German Fong, quienes se encontraban heridos, dijeron que regresaban a la capital procedentes de Tapachula y recordaban que junto a ellos viajaba su prima Miriam Spigaris, quien leía unos chistes cuando vieron una luz fuerte que se acercaba velozmente; luego, se produjo el violento choque.

Explicó que muchos pasajeros lucharon con obstáculos debido a la destrucción que se produjo en el vagón donde viajaban; ellos pudieron salir por sus propios medios de los escombros.

Recopilación de accidentes de trenes. (Video: tomado de Youtube)