La denuncia en su contra fue interpuesta en el Ministerio Público por Adriana Margarita Portillo, madre de dos niñas que desaparecieron el 11 de septiembre de 1981, junto a una bebé de 18 meses y tres mayores de edad, y en los que vincula a las fuerzas de seguridad de ese entonces.

¿Qué opina de la denuncia interpuesta en su contra?
De eso no hay nada cierto. No conozco a esa gente que me está imputando, y no me consta nada de esos hechos.

Se dice que cuando estuvo al frente de la Policía Nacional, existía un comando que perpetraba secuestros, ¿es cierto?
Absolutamente falso. Todas la capturas que se efectuaban eran con orden de juez competente. Eso que dicen, que yo traté de violar los Derechos Humanos, es falso. ¿Y no soy humano yo también, pues? A mí no me hubiera gustado que me hicieran cosas absurdas, pero sí estaría de acuerdo en que si yo hubiera cometido un delito, aun in fraganti, me llevaran ante la ley. Pero sólo porque dicen, porque cuentan, porque oyen, con eso no estoy de acuerdo. Lo que dicen es lo peor. Por mi parte, no he hecho nada.

¿Está dispuesto a someterse a los tribunales?
Por supuesto, pero que no le falten el respeto a quienes lleguen a declarar, como pasó con el general Mejía Víctores, a quien sólo faltó que consiguieran un galón de gasolina y lo quemaran.

¿Qué opina de los señalamientos contra el ex jefe del Comando Seis, Pedro García Arredondo, y del entonces ministro de Gobernación, Donaldo Alvarez Ruiz?
A mí no me consta que esta gente haya hecho cosas de esa naturaleza. Además, veo que los señalamientos que se formulan son más oportunos en este momento, por la proximidad de las elecciones.

Entonces, ¿podría ser una maniobra política?
No me atrevo a decir eso con toda claridad porque no soy político. De política no sé nada; por ello, no le puedo decir si es asunto político o no.

¿Qué opina de Valiente Téllez?
Ese sí era un muchacho muy malo. Le averiguamos algunas cosas feas; yo mismo pedí su destitución y dije a mis superiores que se iba él o me iba yo.

¿Pero usted contrató a Garcia Arredondo?
Efectivamente, pero antes lo sometí una prueba sicológica y de aptitud, la cual me dio como resultado que era un buen elemento, por eso lo confirmé en el cargo.

Otro tema que se le achaca es la quema de la embajada de España en 1980. ¿Qué opina?
Que recuerde, no hubo participación de las fuerzas de seguridad. Pero la mejor explicación está en los periódicos de ese tiempo, con lo que dijo el señor embajador sobre el asunto, quien indicó que las personas que estaban adentro -campesinos del CUC- habían lanzado un artefacto hacia afuera, pero éste no pasó de los balcones y eso produjo la quema.

Al mandato del general Lucas García, durante el cual usted fue director de la PN, se le califica de régimen de terror, ¿por qué?
No podría responderle. Serían quienes nos acusan los que deben decir por qué motivo creen que fuimos un grupo de personas que sólo cosas malas hizo. Debo decir que el general Lucas tenía muy buenas intensiones, como dejar el puente de Río Dulce, hospitales, y el aguinaldo del 100 por ciento.

¿Teme por su seguridad?
Desde que tengo conocimiento, siempre temí por mi seguridad, pues ninguno quiere morirse así por así.

¿Se ha comunicado con otros ex funcionarios?
Con el general Lucas, la última vez que hablé, fue precisamente el día del golpe de Estado. Con Donaldo Alvarez y Pedro García Arredondo no he tenido comunicación desde hace mucho tiempo.

El Ministerio Público lo citará de nuevo, ¿acudirá?
¡Ah, claro! Pues, ¿por qué no vamos a ir? Si hay que aclarar algo, se debe acudir.

¿Piensa usted irse del país?
No salí, no he salido ni saldré. Pienso morir en mi país porque no debo nada; muestra de ello es que después del golpe, nunca me fui.

Huellas de un general cuestionado

Durante el gobierno de Kjell Laugerud, German Chupina se destacó como oficial de Inteligencia Militar. En el régimen de Romeo Lucas fue nombrado director de la Policía Nacional, con jerarquía sobre el Comando Seis y el Cuerpo de Detectives.

El informe de Recuperación de la Memoria Histórica, Remhi, y el documento de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico incluyen, entre otros, decenas de crimenes cometidos por subalternos de Chupina.

• Asesinato del líder estudiantil Oliverio Castañeda, en octubre de 1978.
• Secuestro de 32 manifestantes frente al Parque Centenario, el 1 de mayo de 1981. !8 aparecieron con señales de tortura en los días posteriores.
• Asalto a la Embajada de España, el 31 de enero de 1980, con saldo de 39 muertos.
• Secuestro de 44 sindicalistas, de junio a agosto de 1980.
• Agentes policíacos participaron, de 1980 a 1982, en nueve masacres dirigidas por el Ejército, según el Remhi.
• De 1978 a 1981, 35 líderes de dos partidos de izquierda (FUR y PSD) fueron asesinados. Asimismo, unos 100 estudiantes y catedráticos de la Usac.

Meses después de esta entrevista, Chupina Barahona fue denunciado ante la Audiencia Nacional de España junto a otros miembros del ejército por Rigoberta Menchú en diciembre de 1999. En 2006 Chupina fue arrestado y presentó recursos legales para impedir su extradición, sin embargo permaneció la mayor parte hospitalizado. Fue favorecido en diciembre de 2007 por una resolución de la Corte de Constitucionalidad en la que se revocó la oren de captura girada por España. 

German Chupina falleció el 17 de febrero de 2008 por enfermedad y sin enfrentar las acusaciones vertidas en su contra.