La bomba fue desactivada oportunamente y fue localizada por la policía local en la iglesia El Salvador, en la vecindad del Consulado. La representación guatemalteca funciona en un edificio que compró el Gobierno de Guatemala, en el que también se encontraba la Misión Permanente de Guatemala ante las Naciones Unidas, MINUGUA, y ahi tenía su residencia el embajador de Guatemala ante la ONU, licenciado Francisco Villagrán de León.

El edificio, que estuvo a punto de ser blanco de la explosión, se localiza entre la 37 y 38 calles de Park Avenue, en Manhattan, Nueva York.

El cónsul no quiso aventurarse a relacionar el frustrado atentado con la situación política en Guatemala, ante la visita próxima que realizaría el presidente de la República, Vinicio Cerezo Arévalo. 

Al consultársele al embajador Francisco Villagrán de León sobre el hecho indicó que no tenía conocimiento de alguna amenaza al consulado de Nueva York y que eran solo rumores. Prensa Libre ratificó que la información publicada había sido obtenida mediante entrevista telefónica al cónsul Antonio Arís de Castilla e informaciones de familiares del funcionario.

“La bomba colocada en un edificio cercano a la sede del Consulado de Guatemala en Nueva York, no se puede descartar ni afirmar que haya sido un atentado contra nuestra representación”, dijo el ministro de Gobernación, Roberto Valle Valdizán.

Esa respuesta la dio al preguntársele si ese atentado contra la sede consular significaba que el terrorismo guatemalteco se había extendido a sedes diplomáticas de nuestro país. “Tenemos que dejar claro que fue en una iglesia vecina, pero no se sabe en realidad el propósito de la colocación de ese artefacto”, concluyó Valle Valdizán.

Manifestaciones contra Cerezo

Algunas cadenas internacionales de noticias reportaron que numerosos latinos y norteamericanos protagonizaron una manifestación frente al Consulado de Guatemala en Los Ángeles, California, Estados unidos, días atrás. Según indicaron, la manifestación se realizó en pro del aparecimiento con vida de los estudiantes universitarios secuestrados y como condena por los atentados terroristas contra la sede del GAM y otras organizaciones de derechos humanos en Guatemala, así como por las amenazas contra periodistas.