“Pedro de Heredia. Cartagena de Indias a su fundador” se lee debajo de la estatua.
BBC NEWS MUNDO
Quién fue Pedro de Heredia, el despiadado cazafortunas que se convirtió en fundador de Cartagena, la perla amurallada del Caribe colombiano
En una céntrica plaza de la ciudad está su monumento, con armadura, espada y los símbolos del imperio español.
La estatua de Pedro de Heredia está en una de las plazas más céntricas de Cartagena. (Crédito: Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena)
Así rinde homenaje esta población, una de las principales del Caribe colombiano, a quien es considerado el noble español que la instituyó en 1533.
Sin embargo, la historia de este hombre está lejos de gestas épicas o heroicas, según algunos estudiosos de su figura.
Tampoco se trataría de un justiciero o de una persona dotada de virtudes superlativas.
“La realidad es que este señor era un asesino comprobado y perseguido que llegó a la ciudad preparado para acabar con su gente”, afirma a BBC Mundo el historiador cartagenero Francisco Muñoz, a quien entrevista en el marco del Hay Festival Cartagena, que se celebra esta semana en la ciudad colombiana.
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El autor del libro “Cartagena de Indias: compilación histórica” (2012) añade que el papel del “fundador” fue aplacar a los pobladores nativos de la zona que se oponían al desembarco español en sus tierras.
“Pedro de Heredia tiene un sitio de honor en Cartagena y eso es engañarnos”, sentencia el investigador.
Los antecedentes del fundador
Las crónicas y documentos de la época describen a Pedro de Heredia como un noble que cayó en desgracia por su vida azarosa.
Nació en 1484 en Madrid y en su juventud llegó a meterse en tantos problemas que tuvo que partir rumbo a la recién descubierta América.
Todavía no queda claro si lo hizo huyendo o si España fue la que lo envió hacia el “nuevo mundo” como lo hizo con otros delincuentes que así conmutaban sus penas.
“Fue un guerrero avezado, un espadachín formidable. Se destacó en las lides de armas y en las del amor. Su actividad de donjuán le granjeó admiración y enemigos a granel“, señala Arturo Aparicio en el libro “Pedro de Heredia. La maldición del oro y la espada”, presentado en Colombia el año pasado.
Aquella obra comienza con el relato de la noche de parranda en la que seis hombres lo emboscaron en Madrid, lo que le significó perder parte de la nariz en el combate.
Un médico amigo de su padre logró reconstruirle el rostro con una técnica originada en los antiguos reinos de la India y mejorada siglos después por un par de hermanos sicilianos.
Después de pasar dos meses con su nariz hilada a su brazo izquierdo, un corte de piel de la parte superior de esa extremidad formó una nueva fosa nasal, aunque De Heredia no se libró del apodo de “Desnarigado“.
Sediento de venganza, recorrió bares y burdeles de Madrid buscando a sus atacantes.
Llegó a matar a tres de ellos en duelos de espada, pero ya tenía a la justicia tras suyo.
Por ello, en 1520, se subió a un barco como parte de la hueste que iría a conquistar Guatemala.
“Pedro no tenía temperamento para estar encarcelado así que no tuvo otra opción que poner mar de por medio y partir al Nuevo Mundo”, escribió Aparicio.
Oro por baratijas
Ya en el continente recién descubierto, la primera fortuna de De Heredia la consigue a través del intercambio de oro por baratijas (espejos, gorros, cascabeles, etc.) con los nativos del norte de lo que sería Colombia.
También tomó ventaja de las poblaciones amerindias más pacíficas o pequeñas para realizar saqueos o reclamar rescates a cambio de no destruir sus hogares.
Con su nueva riquezallegó a firmar capitulaciones con la corona, lo que le permitió convertirse en adelantado y obtener su propia gobernación en el Caribe.
El historiador Francisco Muñoz explica que De Heredia en Cartagena siguió los pasos de Cortés y Pizarro.
“A partir de 1522 con las publicaciones de las primeras 'Cartas de Relación' de Hernán Cortés, sobre su conquista de México, narrando las inmensas riquezas que obtuvo y la forma como con solo 410 españoles venció a 40 mil nativos de 8 provincias; otros ambiciosos aventureros animaron sus pasos en las propias, como lo hizo Francisco Pizarro en Perú en 1532 al someter a 30 mil con solo 180 hombres, y Pedro de Heredia en Cartagena de Indias, quien el 14 de enero de 1533 la conquistó con poco más de 300 hombres”, señala Muñoz.
El autor añade que un día antes, el 13 de enero, los nativos “desafiaron con valor y arrojo a los conquistadores”.
¿Se fundó Cartagena?
La fecha oficial de la fundación de Cartagena es el 1 de junio de 1533, sin embargo desde aquel entonces cronistas e historiadores sostuvieron y sostienen que la verdadera fecha es el 20 de enero de ese mismo año, unos días después del desembarco de Pedro de Heredia.
La polémica, según sostiene la historiadora Carmen Gómez, se debe a “la ausencia de un documento en el que se encuentre especificado el día exacto del suceso”.
La investigadora, en su libro “Pedro de Heredia y Cartagena de Indias” señala que es posible que el 20 de enero se haya realizado un acto “provisional” y en junio se realizara la fundación definitiva después de que los españoles buscaron infructuosamente un mejor lugar para asentar la nueva ciudad.
El siglo pasado se determinó oficialmente que se reconoce al 1 de junio de 1533 como la fecha de la fundación de Cartagena.
Para Francisco Muñoz, en cambio, el 20 de enero es una fecha más arraigada para los cartageneros, aunque rechaza la idea de que la urbe haya sido fundada alguna vez.
“Pedro de Heredia nunca fundó Cartagena porque Cartagena es una ciudad que no fue fundada. La supuesta fundación de Cartagena no tiene acto fundacional, no existe”, afirma el historiador.
El investigador añade que en la fecha del 20 de enero de 1533 lo que sucede es el el trazado de unas calles y la destinación del espacio para la catedral y para un hospital.
Mano dura
Ya convertido en gobernador, Pedro de Heredia se ganó la fama de ambicioso con el oro e implacable con cualquier sublevación nativa.
“Poco a poco, Cartagena de Indias iba adquiriendo el carácter de puerto. De ese modo, la ciudad se había convertido en una rica despensa. Todos los comerciantes del Nuevo Mundo venían a negociar en aquella bahía”, describe Arturo Aparicio a la ciudad de aquel entonces.
Sin embargo, la falta de oro y alimentos comenzó a asfixiar cada vez más y más al gobernador y a su pueblo.
“Se había vuelto más duro y despiadado. Su odio y desconfianza se acrecentaban a la par que su inhumanidad con los indios y castellanos. Mientras la mayoría de habitantes de Cartagena estaban arruinados, el gobernador era el único que conservaba su fortuna pese a los cuantiosos gastos en los que había incurrido en sus expediciones de conquista”, señala Aparicio.
La ambición y necesidad lo llevaron a enviar expediciones a saquear tumbas nativas en busca de oro.
Por todo aquello, y por desviar oro de la Corona, en 1533 emisarios reales lo enjuiciaron y hallaron culpable.
Acorralado, deprimido y entregado a la bebida, De Heredia intentó llegar a España para tratar de mejorar su panorama.
Terminó su vida ahogado después de que la embarcación en la que iba se destruyó contra unas rocas.
La estatua en honor del fundador de Cartagena se levantó varios siglos después de su muerta se encuentra en una plaza en la que en los años de la colonia se vendían africanos como esclavos.
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Este artículo forma parte de la versión digital del Hay Festival Cartagena, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad colombiana entre el 22 y el 28 de enero de 2018.
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