Alentada por decenas de compatriotas que convirtieron el Centro de Convenciones del Puerto de Darling en un verdadero estadio de fútbol, Soraya desbarató todos los pronósticos al levantar 225.5 kilos (95 en arranque y 127.5 en envión) y terminar primera en la división de 58 kilos. 

La norcoreana Ri Song Hui, quien era amplia favorita, estuvo primera durante toda la competencia y cuando levantó 1227.5 en el envión parecía encaminada al triunfo, ya que esa marca le daba ventaja de 2.5 kilos sobre Jiménez. 

Sin embargo, la mexicana dejó a todo el mundo atónito cuando levantó 127,5 y desplazó a su rival del primer lugar, ganando el oro, siendo además la primera medalla mexicana en pesas. Soraya se convirtió en el estandarte de la mujer mexicana. 

Al estar en el proceso de clasificación de los siguientes juegos en Atenas 2004, Soraya inició el trabajo de preparación con el entrenador guatemalteco Luis Rosito, quien manifestó sentirse satisfecho y comprometido de poder trabajar con Jiménez de cara a los siguientes juegos olímpicos. Rosito calificó a la medallista como muy tenaz y perseverante. Una deportista de lucha constante

Sueños truncados

A pesar de las expectativas que se generaron en torno a Soraya, constantes lesiones en sus rodillas le impidieron continuar con el proceso de clasificación a Atenas. En junio de 2004 anunció su retiro del deporte un día antes de que se llevara a cabo el selectivo para definir qué pesista ocuparía la única plaza disponible para la halterofilia en México, la cual fue ganada en el Panamericano, en el que ella no pudo competir. 

La medallista de Sydney comenzó el 2004 con un trabajo intenso, de la mano de Luis Rosito. Sin embargo, a principios de mayo, antes de disputar el clasificatorio en Cali, Colombia, sufrió una recaída de la lesión en las rodillas, lo que le impidió participar. 

El 28 de marzo de 2013 el mundo del deporte fue sorprendido con la triste noticia del fallecimiento de Soraya Jiménez, quien murió de un infarto fulminante en su residencia en México. La deportista no pudo reponerse en su salud, tras 14 operaciones en la rodilla izquierda y en un pulmón que le fue extirpado a consecuencia de una bronquitis mal tratada.

Soraya era una mujer grande y humilde, había expresado a su familia que en caso de fallecer, no se le hiciera ningún tipo de homenaje público, por lo que sus funerales se desarrollaron en la intimidad de su familia.