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La crisis de los hospitales públicos en 1978

Las secuelas del Terremoto de 1976, falta de presupuesto y condiciones insalubres afectaban a los dos principales centros hospitalarios en la ciudad capital. Prensa Libre dió a conocer la crisis en su edición del 27 de abril de 1978.

Nota periodística de 1978 informando sobre la crisis del Hospital General (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

Nota periodística de 1978 informando sobre la crisis del Hospital General (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

De dramáticas y miserables fueron catalogadas las condiciones del improvisado Hospital General San Juan de Dios instalado en el Parque de la Industria, debido a la destrucción del antiguo edificio del hospital por el terremoto de dos años atrás. El descontento privaba entre personal médico y los pacientes quienes alegaban la falta de atención oficial.

Falta de medicamentos, mala atención y filtración de agua eran otros de los problemas que atravesaba el principal hospital del país. Los salones que se utilizaban para exposiciones de muestras industriales se dividieron en dos, por medio de un cancel, albergando en un lado a hombres y en el otro, a las mujeres, que iban en busca de salud a ese centro.

Los médicos y enfermeras hacen lo posible para atender convenientemente a los paciente, pero la falta de medicamentos indispensables dificultaba la labor. Todo tiene una sola respuesta -dijeron- y èsta consiste en la falta de un edificio adecuado y en la necesidad de un incremento en el presupuesto, para poder dar un mejor cumplimiento en la atenciòn a los enfermos.

Uno de los pacientes dijo que lo que ocurre es una muestra palpable de la falta de atención oficial a las necesidades de la población.

Medicamentos y equipos

Empleados del citado hospital puntualizaron que uno de los problemas más ingentes lo constituye la falta de equipos especiales e implementos varios, que son de vital importancia para la atención de operaciones de cualquier tipo. “En el hospital general se carece, por ejemplo, de agujas, jeringas, bisturíes, ropa de cama, mobiliario, equipos de oxigeno, bióticos y otros medicamentos, sin los cuales, la labor de los galenos se hace un tanto deficiente, pero no por falta de capacidad profesional, sino por la ausencia de las cosas ya señaladas” indicaron.

La infraestructura era otro problema crítico ya que los salones no fueron construidos para la atención sanitaria. “Las ráfagas de viento se filtran con regularidad en esas salas y se han dado casos en que los pacientes ya en vías de recuperación, sufren pulmonías de seriedad, lo cual complica su estado de salud. Cuando hace tiempo de lluvia se agrava mucho más el problema de los salones”, indicó un trabajador.  Los pacientes reconocen que los médicos hacen su mejor esfuerzo por atenderlos por lo que la situación está en manos del gobierno pero no hay señales de mejora. El personal médico amenazó con un paro de labores si no se atiende con urgencia el problema del Hospital General.

El Roosevelt en situación “desesperante”

Médicos del Hospital Roosevelt solicitaban al mismo tiempo un incremento de Q2 millones en el presupuesto para que pueda desarrollar a plenitud sus labores en beneficio de los cientos de pacientes que atiende dicho nosocomio. El actual presupuesto es insuficiente para atender a no menos de quince mil personas en la consulta externa. Además de mil a dos mil personas en ortopedia.

Ante la situación que afronta el personal médico y paramédico han solicitado atención de las autoridades de salud e incluso del presidente de la república general Kjell Laugerud García de lo contrario ellos se verían forzados a entrar a un paro de labores.

Los trabajadores del hospital indicaron que el 70% del actual presupuesto era destinado para sueldos y salarios por lo que el incremento solicitado era para cubrir las necesidades de equipo, ropa y medicinas. La situación era casi insostenible por lo que estaban reuniéndose para definir que acciones tomar, por lo que decidieron suspender las labores en la consulta externa.  Otras acciones a tomar de no obtener respuesta inmediata, era cerrar la maternidad y otras clínicas. Pacientes que esperaban afuera del hospital esperaban pacientemente ser atendidas en la consulta externa.

El abandono del sistema de salud ha sido crítico a lo largo de las décadas y continúa hasta nuestros días, con situaciones y necesidades similares. Un problema de nunca acabar.

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