Luis Enrique Monterroso, secretario de Seguridad Alimentaria y Nutricional, afirma que cálculos estadísticos efectuados para encontrar las causas de la desnutrición y cómo reducirla evidencian que el analfabetismo en madres mayores de 15 años es el factor con más incidencia.
“Hay una lógica interna en Sesan (Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional), que dice que la mujer debe estar bien nutrida, sea o no madre, pues esto será una precondición para que su hijo nazca saludable”, indica el funcionario, quien considera que la madre es vital en el tema de la desnutrición.
Igual de Importante
La nutricionista Laura Cristales explica que la alimentación de la fémina, en cantidad y calidad, y especialmente de las embarazadas, es importante, pues si ellas están bien nutridas y se educan tendrán capacidad para realizar todas sus actividades; sin embargo, en el país sucede lo contrario.
“Podemos ver que en los hogares, a los niños se les sirve más que a las niñas, y que las mujeres guardan el plato más grande para el hombre, cuando son ellas las que esperan a los hijos. Es importante que la mujer no coma lo que sobra, sino que se alimente igual que el hombre, porque da a luz y da lactancia materna”, comenta la experta.
Cristales cree que en la provincia hay mayor riesgo y más mujeres con desnutrición, porque estas tienen más hijos y no siguen ningún plan de espaciamiento. “No es lo mismo partir una tortilla para dos hijos que para siete”, agrega.
Los riesgos de la mala nutrición son grandes, pues las madres con desnutrición crónica son bajas de estatura y corren más riesgo durante el embarazo y el parto, en comparación con aquellas que tienen la estatura adecuada.
Cambio de Actitud
La educadora comunitaria Lisbeth Flores considera que para reducir la desnutrición las madres deben saber sobre el problema, sus causas y cómo prevenirlo, pues de esa manera se puede lograr el cambio en su hogar y luego en su comunidad.
“Cuando hablamos con la mamá y le hacemos saber cuál es el papel fundamental que ella desempeña en el hogar, qué se debe y no se debe hacer y cómo debe cuidar a los hijos y esposo, ella lo aprende, llega a su casa, lo comparte con su familia y todos cambian”, asegura Flores.
Para lograr ese cambio de actitud, explica la entrevistada, se convence a la madre de que sin ella no habría hogar, y se le hace reflexionar sobre lo que pasaría con sus hijos y su esposo si ella faltara.
“Por eso nos enfocamos en la madre, para que transmita lo importante que es ella en el hogar”, afirma la educadora.
Oportunidades
Maritza Oliva, representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA), señala: “El cuidado, la atención y la salud que tenga la madre implica la mitad de los mil días del niño. Es esencial el fomento de la nutrición de la madre. Esto logrará una mejor oportunidad para la niñez”.
Otra ventana de oportunidad para los niños está en que la mujer tome conciencia sobre la importancia de la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé, refiere Irma Chavarría de Maza, también del PMA y líder voluntaria del Programa de Leche.
La experta dice que se debe informar que la leche materna, independientemente del estado nutricional de la madre, es de excelente calidad, pues el desconocimiento de esta ventaja es una de las causas por las que muchas féminas dejan de amamantar.
Cuidado de la madre
Laura Cristales, nutricionista, dice que el cuidado de la mujer se inicia cuando está en edad fértil, para que el embarazo sea saludable. “Durante la gestación, las féminas deben tomar suplementos como hierro y ácido fólico, para evitar enfermedades congénitas en el niño”, aconseja.
La mujer necesita alimentarse adecuadamente, pues requiere energía para sí y para el feto. También se recomienda dejar tres años entre cada embarazo.
Importancia de país
Irma Chavarría de Maza, líder voluntaria del Programa de Leche, dice que para tener éxito en la lactancia materna la mujer necesita dos elementos. El primero es la información, pues desde el embarazo debe estar lista para amamantar de manera exclusiva.
El segundo es el apoyo familiar, el que recibe del esposo, de la madre, de la suegra, de la comunidad e incluso de su lugar de trabajo, y que se respeten las leyes que la amparan.
“La práctica de amamantar es gratis”, insiste.