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2004: marchan contra la violencia

El 14 de agosto de 2004, Prensa Libre dio a conocer  sobre la  concentración de miles de guatemaltecos contra la violencia, entre los cuales se encontraban varias organizaciones  y la Procuraduría de los Derechos Humanos e Iglesia Católica.

Titular de Prensa Libre del 14 de agosto de 2004. (Foto: Hemeroteca PL)

Titular de Prensa Libre del 14 de agosto de 2004. (Foto: Hemeroteca PL)

Ese día vistieron playeras blancas.  La Plaza Italia fue colmada  por guatemaltecos, y la  marcha recorrió las calles del Centro Histórico, hasta la Catedral Metropolitana.

La Organizacion Frente contra la Violencia fue la que  hizo el llamado    a la población para que participara  en la protesta contra la violencia con el lema  ¡YABASTA! Tambien pidieron  por la  paz en Guatemala.

Rechazo  a la violencia

Los guatemaltecos  efectuaron una  de las  marchas más grandes contra  la inseguridad.

La provincia  también se unió  a la demanda nacional  por el imperio  de la ley y la paz.

Emotivas fue el calificativo de las marchas contra la violencia efectuadas  en la capital y varios departamentos  del país.

Víctimas de la violencia fueron apoyadas por la solidaridad de la población.

La caminata  fue  mucho más emotiva de lo imaginado. A las 16 horas, frente a la Municipalidad,  los  presentes comenzaron a caminar.
 
Sosteniendo mantas en las que se pedía el cese de la violencia, recorrieron toda la 6a. Avenida de la zona 1 capitalina.
Las playeras o camisas blancas fueron el emblema de ese día. La 6a aAenida se llenó de gente, que  ocupó  hasta ocho cuadras.

Lo que más resaltó fue que  personas de diferentes clases sociales se  mostraron unidas con el único objetivo de pedir la  paz. “A todos nos afecta la violencia, por eso estamos aquí, para gritar ¡basta ya!”, comentaron dos trabajadoras del sector público que salieron antes de su oficina.

A la par se encontraban habitantes de las zonas rojas de la ciudad y organizaciones de derechos humanos. Nadie quiso faltar a la cita, pero la mayoría prefirió no forzar el protagonismo y mezclarse entre la gente, como varios diputados que también participaron en la marcha .

Algunos carteles llamaban la atención por las fechas y nombres, que recordaban los más de tres mil homicidios    que se producen año: “Elida, 10 de abril de 2004”, decía uno.

Muchos de estos nombres eran portados por sus propios familiares, que al ser preguntados por su historia, no podían evitar el llanto. Los grupos de mujeres fueron los que más insistieron en que la identidad de las víctimas no puede ser olvidada, por lo que realizaron un homenaje en memoria de una adolescente asesinada, que fue vista por última vez en un almacén de la 6a. avenida y 12 calle de la zona 1.

Culminó en la  Plaza

Se produjeron tensiones entre el procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, y el vicepresidente de la República, Eduardo Stein. Cuando el mandatario quiso ingresar al lugar donde se pronunciarían los discursos, se le dijo que tenía que esperar a que llegara el Procurador. Finalmente, Stein asistió al acto, pero no subió a la tarima, y se retiró antes de que finalizara.

La lectura de los discursos  fue por parte de dos niños, y se instó a los presentes a que cantaran por la paz.
Aquí fue el culmen de la emoción, pues los presentes no pudieron evitar que se les llenaran los ojos de lágrimas.  
Por un país diferente

El protagonismo  de la marcha  recayó  en dos niños: María Fernanda Urzúa y Gustavo Matheu. Ellos ?fueron los encargados de leer el comunicado en nombre de todos los participantes. Pidieron por un país diferente, que solo se conseguiría con el esfuerzo de todos. “Queremos vivir con tranquilidad y armonía, sin la pesadilla cotidiana de la violencia”, dijeron al unísono.
 
Los niños culparon principalmente a la delincuencia organizada que azotaba a Guatemala, y solicitaron que se investigaran los casos.

Sin peticiones oficiales

Que  cesen  de  los secuestros, asesinatos, violencia generada  por el narcotráfico,  los crímenes contra la mujer, la miseria, desintegración familiar, asaltos   y la impunidad, pedían los manifestantes.
Sacerdotes portaban pancartas con recortes de prensa sobre hechos violentos, mientras jubilados mantenían sus puños en alto.

José García, un expandillero  que recorrió la 6a. Avenida en silla de ruedas,  pues  quedó inválido a causa de una herida de bala, dijo: “Necesitamos que se termine la violencia y que todos podamos formar parte de una misma sociedad Integrada. Yo represento a los jóvenes pandilleros que quieren una nueva vida”.
 

No más violencia

Niños, mujeres y personas de la tercera edad hicieron patente su sentimiento contra la violencia en la marcha.
Las expresiones plasmadas en mantas, cartones y plásticos dejaron al descubierto la realidad que viven millones de guatemaltecos, a causa de los niveles de violencia en el país.

En Chiquimula

En una megamarcha contra la violencia  organizada por las iglesias Católica y Evangélica, así como las auxiliaturas de la Procuraduría de Derechos Humanos, destacó la presencia de niños, niñas, mujeres indígenas, ladinas y hombres de avanzada edad.

La protesta en  Chimaltenango llegó frente a la municipalidad del lugar. Los asistentes leyeron en kaqchikel un manifiesto en el que rechazaban la violencia. También en   Mazatenango, Suchitepéquez,  participaron decenas de personas.

Rosenda Pérez, diputada por Petén,  no pasó inadvertida entre la multitud de asistentes a la marcha contra la violencia en la capital.

“Estoy sorprendida por la asistencia masiva de personas”, expresó la lideresa de los ex patrulleros de Autodefensa civil.

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